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domingo, 16 de septiembre de 2018

Que gobierne la ley y no el capricho…



Cuenta la historia que desde el más allá, los grandes héroes de la independencia escucharon que en México se estaba gestando la Cuarta Transformación. Curiosos regresaron para ver con sus propios ojos lo que se escuchaba tan esperanzador.
En el Zócalo ya los esperaba una comisión. “Muy buenas tardes, señores, hemos escuchado con asombro que viene en camino una nueva transformación. Con las ganas que tengo de volver a enarbolar el estandarte y gritar: “Viva la Independencia, viva la Virgen de Guadalupe, muera el mal gobierno”, señaló emocionado Miguel Hidalgo y Costilla.
“Uy, eso no se va a poder”, lo paró en seco Alfonso Romo, futuro titular de la Oficina de la Presidencia. “¿Por qué no?”, “Porque estamos viendo que el de Peñano fue tan, tan mal gobierno, no hay crisis política, no tenemos una crisis financiera, no nos está pasando lo que desgraciadamente está sucediendo en Argentina”.
“Bueno, podemos cambiar nuestra arenga, con tal de que se escuche un nuevo grito en Dolores”. “Uy, tampoco. Nuestra propuesta es dar el grito en Santa Lucía”. “¿Por qué no darlo en Dolores si ahí dio inicio la Primera Transformación, es histórico”. “Desconocemos los motivos por los que se escogió ese lugar, si se trataba de beneficiar al estado de Guanajuato o alguien más, pero lo que podríamos hacer es una consulta popular”; “Pero ya no hay tiempo”; “No importa el tiempo que lleve, porque no podemos tomar decisiones a la ligera, el pueblo de México es sabio e inteligente y debemos consultarlo”.
“Suponemos que en esta Cuarta Transformación la educación será esencial, que se eduque al hijo del labrador y del barrendero como al del más rico”, apuntó José María Morelos y Pavón. “Ya dijimos que va a cumplir el compromiso de campaña de echar abajo la Reforma Educativa y no va a quedar ni una coma de la reforma”, dijo molesto Mario Delgado, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados.
“Pero ¿de qué habla joven ilustre? La patria es una flor que hay que alimentar con justicia, libertad y, sobre todo, fe en Dios”, señaló inspirado Mariano Matamoros; “Bueno, la patria puede alimentarse de lo que quiera, siempre que lo compre con sus recursos y quepa en un Tupperware”, apuntó Martí Batres, presidente del Senado.
Tratando de calmar los ánimos, Agustín de Iturbide comenzó a decir: “Queremos, sí, que gobierne la ley y no el capricho…”, pero fue interrumpido bruscamente por Ricardo Monreal, líder de los senadores de Morena; “Momento, el Congreso es autónomo y no seguimos ningún capricho del glorioso Presidente electo. Como esto ya se está saliendo de control, vamos a pedir que sean llevados al juzgado cívico”.
“Por favor, respete a Hidalgo”, gritó Josefa Ortiz de Domínguez. “Ahhh, ya nos lo imaginábamos, lo que quieren es tener su año de Hidalgo, pero aquí no vamos tolerar la corrupción ni a los españoletes”, gritó la senadora Yeidckol Polevnsky.
Al ver a la policía preventiva llegar, la Corregidora dijo desconsolada: “Tantos soldados para custodiar a una pobre mujer, pero yo con mi sangre les formaré un patrimonio a mis hijos”. “Siempre queda la opción de unirse a Morena y quedará perdonada”, dijo Monreal. “El Indulto es para los criminales, no para los defensores de la patria”, respondió indignado Miguel Hidalgo. “Quedó perfectamente explicado que Napoleón Gómez Urrutia y Elba Esther Gordilloeran inocentes, así que no venga con acusaciones”.
Al darse cuenta que no eran bienvenidos en la Cuarta Transformación, Juan Aldama dijo: “Hemos perdidos, señores, aquí no hay más recursos que regresarnos por donde vinimos”, y así acabó la incursión de los héroes independentistas en el México de hoy.


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