Alfredo del Mazo Maza recibió la constancia de mayoría en el salón de Consejo del Instituto Electoral del Estado de México, poco antes de que fuera clausurada la sesión ininterrumpida de cómputo final de la elección de gobernador celebrada el pasado 4 de junio.
Durante la sesión, los representantes de los partidos políticos se opusieron a que la constancia de mayoría que hace a Del Mazo Maza gobernador electo se entregara en el Salón de Consejo y como parte de la sesión, por lo que una vez agotados los temas de discusión abandonaron el recinto.
Con una sonrisa amplia en el rostro, impecablemente vestido de traje oscuro, quien fuera el abanderado de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM), Nueva Alianza (Panal) y Encuentro Social (PES), recibió el documento de manos del consejero presidente, Pedro Zamudio Godínez, posó para las cámaras y se retiró entre vivas y porras, sin hacer ninguna declaración a los medios de comunicación.
César Sánchez Millán, representante del PRI ante el IEEM, aseguró que con Alfredo Del Mazo se abre una nueva etapa para los mexiquenses y garantizó que el combate a la corrupción y a la impunidad serán los sellos que distingan su administración.
Llamó a los partidos políticos de oposición a dejar a un lado las acusaciones que en todo el proceso electoral esgrimieron y que no pudieron probar ante los tribunales, especialmente al representante de Morena, a quien le recordó que el PRI si pudo comprobarles diversas irregularidades que fueron sancionadas por los órganos jurisdiccionales.
Atrás quedaron las solicitudes de partidos políticos como Acción Nacional que, en voz de su representante Alfonso Bravo, exigía que se cambiaran los resolutivos por la declaratoria de invalidez de la elección y se turnara el documento a la Legislatura local; así como de Joel Cruz Canseco, del Partido del Trabajo, quien pedía también la declaratoria de nulidad de la elección y la no expedición de la constancia respectiva.
Los argumentos de Ricardo Moreno Bastida, representante de Morena, defendió a toda costa el triunfo de su excandidata Delfina Gómez Álvarez, quien obtuvo más votos que los aportados por los mexiquenses al PRI; además de acusar una serie de irregularidades y violaciones a la legislación.
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