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lunes, 8 de mayo de 2017
Espectaculares son basura visual y altera a los seres humanos
El comercio y los procesos electorales se confabulan para hacer basura urbana a través de los anuncios que hacen de sus respectivas actividades en anuncios espectaculares que no sólo son un dispendio de recursos, sino que contaminan visualmente y alteran los sentidos, señaló la maestra en arquitectura y urbanista Susana Bianconi.
Explicó que, en lo personal, le ofende que haya dinero público que vaya a dar a esas estructuras que, además, son antiestéticas y peligrosas que tienen detrás algo poco ético, porque quien trabaja se gana un salario con su esfuerzo intelectual o físico, pero quien tiene en su casa un espectacular y lo renta está obteniendo un ingreso sin hacer nada y sin esfuerzo, por lo que además esto no ennoblece a nadie.
Consideró innoble la construcción de espectaculares, porque para que se vean bien los propietarios talan los árboles, “copas preciosas de los árboles son siempre sacrificadas para que sea vea bien un cartel y eso a mí me duele en el alma”, resaltó.
Susana Bianconi, también catedrática universitaria, consideró que no hay concesión que hacer y que los ciudadanos deberemos exigir que no existan los espectaculares, de la misma manera que exigimos una ciudad sin ruido, que no se transmitan anuncios a volúmenes muy altos, por ejemplo.
Dijo que los espectaculares son una copia bastante desafortunada de la cultura norteamericana, ellos les llaman billboards, les hemos copiado eso que es algo antiestético en lugar de copiarles el buen arbolado urbano que tienen y que es hermoso. En Europa, agregó, no existen los espectaculares y por eso sus ciudades son bonitas, porque no existe esa basura visual.
Consideró que ni siquiera existe una ley que sea precisa, clara y rigurosa con este tipo de estructuras al grado que invaden la cinta asfáltica, además de que no se han conformado con afear las ciudades sino que ha invadido el campo, las carreteras.
Pero lo más grave para la especialista en urbanismo es que los mismos gobiernos y las universidades utilizan estas estructuras para promocionar lo que es su obligación, su trabajo, pero además, ni siquiera están preparados para satisfacer las demandas de los ciudadanos y de los estudiantes, pero lo más grave es que destinan dinero público para ello.
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