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jueves, 18 de febrero de 2016

LA PEOR CRISIS DE PEMEX EN SUS 80 AÑOS

El nuevo director de Pemex debe realizar un ajuste lo suficientemente drástico como para garantizar la sobrevivencia de la empresa ante el colapso de los precios del petróleo.


Durante casi 80 años, Pemex reinó sobre la industria petrolera mexicana como un país en sí mismo. Pocos osaban desafiar el monopolio estatal, un pilar de los ingresos gubernamentales con aliados políticos poderosos.

Ahora, un economista educado en Harvard está a punto de intentarlo.

Como un trueno, la llegada de José Antonio González Anaya a Petróleos Mexicanos está reverberando por toda la industria petrolera global.

Su nombramiento como director de Pemex la semana pasada subraya una dura y nueva realidad para México y su corporación más grande: tras décadas de crecimiento vertiginoso, Pemex debe achicarse drásticamente ante el colapso de los precios del petróleo.

La pregunta principal —para Pemex, sus 145 mil empleados y millones de mexicanos comunes— es si este nuevo director puede actuar lo suficientemente rápido como para evitar una crisis total.

González Anaya, de 47 años, tiene escasa experiencia en la industria petrolera, pero no es un desconocido para Pemex. De hecho, sus lazos con la empresa son profundos. Su abuelo fue una de las primeras personas en trabajar para Pemex tras su creación en 1938, cuando México nacionalizó su industria petrolera. González Anaya nació en Coatzacoalcos, un centro de Pemex en Veracruz, al oriente del país. Además, como ex subsecretario de Hacienda, integró la junta directiva de la empresa durante tres años.

Pero ahora González Anaya asumirá la que muchos consideran la tarea más difícil entre las corporaciones mexicanas, una que determinará el futuro de Pemex y por ende, de toda la economía del país.

“Es un reto enorme. Es una situación casi imposible”, dijo Adrián Lajous, ex director de Pemex, en entrevista telefónica desde Ciudad de México. “Es uno de los momentos más difíciles” en la historia de la compañía, señaló.

LUNA DE MIEL

Para González Anaya, la luna de miel se terminó antes de empezar. El miércoles, nueve días después de su nombramiento, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, anunció que el gobierno reduciría gastos en 132 mil 300 millones de pesos mexicanos (siete mil 200 millones de dólares) este año. Unos 100 mil millones de pesos de esa suma saldrán de Pemex.

Con cada caída de los precios del petróleo se multiplican los desafíos. Intereses especiales, como sindicatos y contratistas privados, se interpondrán en el camino del nuevo director. González Anaya debe realizar un ajuste lo suficientemente profundo como para garantizar que Pemex pueda aguantar una deuda que superará los 100 mil millones de dólares. También debe honrar siete mil millones de dólares en pagos a varios contratistas de Pemex. Y lo que quizás sea lo más difícil, debe hallar nuevas fuentes de dinero mediante asociaciones o ventas de activos debido a los bajos precios del petróleo.

En Nueva York, Londres y el resto del mundo, los bonistas estarán atentos. Pemex, cuyo presupuesto el gobierno redujo en cuatro mil millones de dólares el año pasado, debe recaudar unos 23 mil millones de dólares millones en 2016 para cubrir todos los gastos, incluyendo la deuda que vence, según un informe del Moody’s Investors Service publicado el 10 de febrero. Con los precios actuales del petróleo, la nota crediticia de Pemex podría correr peligro este año de no haber reducciones drásticas de gastos, según Moody’s.

“El desafío para González Anaya es: ¿Puede entregarle Pemex a la próxima administración en el estado en el que se encuentra hoy?”, dijo Marcelo Mereles, ex ejecutivo de Pemex. “¿O Pemex seguirá cuesta abajo?”.
La ruta de José Antonio González en Pemex

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