Por Macario Schettino
Autoridades han decomisado más de 9 mil mdp al crimen organizado
Se publicó el dato de crecimiento de la economía en 2015 y fue de 2.5 por ciento, como creo que ya habíamos estimado. Esa cifra no es espectacular, pero implica que hay un poco más cada año para todos, porque es superior al crecimiento poblacional. Sería mejor que fuese mucho mayor, pero las medidas para ello apenas se están implementando, y algunas de ellas (como la lucha contra la corrupción) como que no quieren aplicarlas.
Lo que me parece interesante comentarle es que el crecimiento promedio de México, de 1993 a 2015, es también de 2.5 por ciento anual. Hemos tenido años de 5.0 o 6.0 por ciento de crecimiento, pero también caídas de esa magnitud, de forma que en el promedio no logramos mucho. En estos 22 años, en los que se aplicaron las primeras reformas, y un poco de las segundas, las actividades económicas que más han crecido son las siguientes:
Telecomunicaciones (10.5 por ciento promedio anual), servicios relacionados con la minería (10), recubrimientos y terminados metálicos (9), fianzas y seguros (7.6), fabricación de diversos equipos: ferroviario (7.5), cómputo (7.4), audio y video (7.3), autos (7.3), aeroespacial (7.2), aire acondicionado (5.8), electricidad (5.3), herramientas de mano (5.1) y autopartes (5). Hay otras actividades que quedan entre 4.0 y 5.0 por ciento anual de crecimiento durante estos 22 años: equipo para energía eléctrica, productos de hierro y acero, motores, comercio, transporte aéreo, componentes electrónicos, equipo médico no electrónico, colchones y persianas, alquiler y sistema financiero.
En esas actividades es donde tenemos un crecimiento importante, como el que quisiéramos que ocurriera en toda la economía, porque nos daría el célebre 3.0 por ciento anual de crecimiento del PIB por habitante. Pero no ocurre así porque al mismo tiempo tenemos otras actividades en las que el crecimiento es muy pequeño, o de plano hay contracción. Entre cero y -1.0 por ciento promedio durante estos 22 años encontramos: fabricación de otros productos de madera, pesca y caza, otro equipo de transporte, extracción de petróleo y gas, servicios postales, calzado, insumos textiles, preparación de alimentos y bebidas, estructuras metálicas, tabaco, carrocerías y remolques, telas, confección de prendas de vestir y edición de periódicos y libros. Caen entre 1.0 y 2.0 por ciento anual: metales no ferrosos (excepto aluminio), hilos, otros productos de cuero y fertilizantes. Y con caídas de 2.5 por ciento anual está la fabricación de maquinaria para industria manufacturera, y 3.9 por ciento anual si es para la industria metalmecánica.
Al promediar 22 años se pierde información acerca de la dinámica. Por ejemplo, autos y computadoras tuvieron un gran crecimiento al cierre del siglo pasado, y mucho menor después (incluso negativo para las computadoras). En cambio, fianzas, aeronáutico y ferroviario tienen su despegue en los últimos años. Lo mismo ocurre con las caídas: estructuras y metales no ferrosos caen mucho en tiempos recientes, mientras que textiles y cuero tuvieron sus peores momentos antes.
Por otra parte, cada una de las actividades mencionadas es de diferente tamaño, de manera que su comportamiento tiene un impacto muy distinto. Por ejemplo, la gran dinámica de la industria de equipo de transporte, sumada a su tamaño, ha logrado convertir a los estados del centro norte del país en modelo, mientras que la caída en extracción de petróleo, también por su magnitud, está desplomando a los estados del golfo. Para peor, sólo una actividad muy generadora de empleo (comercio) tiene éxito. Otras dos, educación y salud, tienen crecimiento promedio de 1.6 y 1.4 por ciento. Educación, además, va cayendo en esos 22 años. De eso tenemos que hablar en otro momento.
El autor es profesor de la Escuela de Gobierno, Tec de Monterrey.
Twitter: @macariomx
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