Triste historia de una joven de apenas 20 años de edad que buscaba vengarse porque una operación le frustró ser madre
CHIMALHUACÁN,
Méx., 10 de octubre.- Una operación que se complicó y que a sus 20 años
de edad la dejó estéril, pues los médicos tuvieron que cortarle ambas
trompas de Falopio, provocó que la degolladora de Chimalhuacán cayera
en el vicio y agarrara un enorme resentimiento contra la vida, siendo
esta la causa por la que decidió, atacar a cuchilladas a cuanta persona
se encontraba en su camino, pues según su mismo testimonio, "si
ella no era feliz nadie tenía porque serlo y de esta forma, atacando a
la gente, desahogaba toda la frustración que llevaba por dentro".
Primeras Declaraciones
Durante el trayecto, luego de haber detenido a la degolladora de Chimalhuacán, los ministeriales sometieron a la detenida a una serie de interrogatorios para saber cuáles eran los motivos por los que atacaba a la gente de esa manera.
"Hace unos meses fui sometida a una operación que se complicó y los médicos para salvar mi vida tuvieron que cortarme ambas tropas de Falopio, por lo que para mi desgracia quedé estéril", dijo.
"Cuando desperté de la operación y los médicos me dieron la mala noticia, sentí que me moría, al saber que pese a mi corta edad, jamás iba a poder ser madre y a partir de ese momento comencé a sentir un gran resentimiento por la vida que siempre me había golpeado y ahora en esta ocasión me había dado otro golpe, aunque este fue más contundente", agregó.
Depresión y vicio
A partir de ese momento, añadió, por la gran depresión que sufrí caí en el vicio y todos los días, a toda hora, inhalaba solventes para olvidar mis traumas que de por sí ya eran muchos, pues en algún momento no quería ni a mis propios hermanos ni a mi madre que en algún momento trastornada por la droga pensé en matar por la mala vida que me dio y por haber llevado a la casa a un hombre que se convirtió en mi padrastro y que también pensé en matar porque me hizo sufrir mucho.
Por mi misma depresión, sentía mucha rabia por la vida que me tocó vivir, y no aceptaba que la gente que me rodeaba, ya fueran familiares, amigos o vecinos fueran felices, "no lo aceptaba" y fue en ese momento que trastornada por la droga, tomé un cuchillo y siempre lo llevaba conmigo para atacar a cuchilladas a toda aquella persona que en sus rostros y por la buena relación que tenían con su familia, denotaran que eran inmensamente felices", explicó a los ministeriales.
Primer crimen y... los que siguieron
Hace algunos días, "cuando me llegó la depresión al máximo y me encontraba completamente drogada, subí a un camión de pasajeros y al observar que una mujer sonreía y hablaba por teléfono amorosamente, al parecer con su esposo y le preguntaba por sus hijos, presa de la rabia y de la envidia, saqué el cuchillo que escondía y la ataqué a cuchilladas, luego me di a la fuga y más tarde me enteré que había muerto".
Según los ministeriales, debido a que en ese momento la joven mujer confesó que no sintió ningún remordimiento y hasta sintió un enorme placer y alivio, al saber que dicha mujer ya no iba a ser feliz de nueva cuenta y que su familia iba a sufrir por su muerte, cada que estaba drogada buscaba a sus víctimas para atacarlas a cuchilladas y sacar de su interior todos sus traumas y problemas existenciales.
Los ministeriales indicaron que de acuerdo con el testimonio de la presunta degolladora, su segunda víctima fue su expareja sentimental, a quien de cariño le decía "El Gordo", a quien también trastornada por los efectos de los solventes atacó a puñaladas y le asestó tremendo tajó en el cuello, durante una discusión que tuvieron en el interior de su camioneta colectiva porque la calificó de viciosa y se negó a regresar a su lado por su mismo vicio.
La detenida dijo que esto se le fue haciendo costumbre y cada que estaba drogada y deprimida, según explicó, atacaba a quien se le cruzaba en su camino, situación que la convirtió en una mujer sumamente peligrosa, por lo que la policía hizo lo necesario para detenerla antes de que atacara y asesinara a más personas.
Gozaba hacerlos sufrir
Los ministeriales señalaron que a pregunta expresa, la degolladora confesó que atacaba a sus víctimas con tremendos tajos en el cuello, "porque gozaba ver cómo sufrían y cómo se desangraban, además de que sabía que con un tajo en el cuello difícilmente iban a sobrevivir".
Después de que se enteró que por su modo de operar y su media filiación la policía ya le tenía plenamente identificada y la buscaba afanosamente, sus padres le dieron mil pesos y le dijeron que se fuera de la casa, pues ahí la iban a encontrar y a detener.
Fue de esta forma que, explicó, se fue a rentar un cuartito en una vecindad en el municipio de Neza, donde le cobraron 400 pesos de renta, donde todo este tiempo estuvo escondida y no salía para evitar que la policía la detuviera.
Sin embargo, agregó, la mañana del pasado jueves, pensando que podía evadir la acción de la justicia y que la policía no la iba a estar buscando todos los días y a toda hora, decidió salir de su madriguera y dirigirse a la casa de sus padres para festejar con ellos y con toda su familia el día de su cumpleaños, pero la atoraron.
Primeras Declaraciones
Durante el trayecto, luego de haber detenido a la degolladora de Chimalhuacán, los ministeriales sometieron a la detenida a una serie de interrogatorios para saber cuáles eran los motivos por los que atacaba a la gente de esa manera.
"Hace unos meses fui sometida a una operación que se complicó y los médicos para salvar mi vida tuvieron que cortarme ambas tropas de Falopio, por lo que para mi desgracia quedé estéril", dijo.
"Cuando desperté de la operación y los médicos me dieron la mala noticia, sentí que me moría, al saber que pese a mi corta edad, jamás iba a poder ser madre y a partir de ese momento comencé a sentir un gran resentimiento por la vida que siempre me había golpeado y ahora en esta ocasión me había dado otro golpe, aunque este fue más contundente", agregó.
Depresión y vicio
A partir de ese momento, añadió, por la gran depresión que sufrí caí en el vicio y todos los días, a toda hora, inhalaba solventes para olvidar mis traumas que de por sí ya eran muchos, pues en algún momento no quería ni a mis propios hermanos ni a mi madre que en algún momento trastornada por la droga pensé en matar por la mala vida que me dio y por haber llevado a la casa a un hombre que se convirtió en mi padrastro y que también pensé en matar porque me hizo sufrir mucho.
Por mi misma depresión, sentía mucha rabia por la vida que me tocó vivir, y no aceptaba que la gente que me rodeaba, ya fueran familiares, amigos o vecinos fueran felices, "no lo aceptaba" y fue en ese momento que trastornada por la droga, tomé un cuchillo y siempre lo llevaba conmigo para atacar a cuchilladas a toda aquella persona que en sus rostros y por la buena relación que tenían con su familia, denotaran que eran inmensamente felices", explicó a los ministeriales.
Primer crimen y... los que siguieron
Hace algunos días, "cuando me llegó la depresión al máximo y me encontraba completamente drogada, subí a un camión de pasajeros y al observar que una mujer sonreía y hablaba por teléfono amorosamente, al parecer con su esposo y le preguntaba por sus hijos, presa de la rabia y de la envidia, saqué el cuchillo que escondía y la ataqué a cuchilladas, luego me di a la fuga y más tarde me enteré que había muerto".
Según los ministeriales, debido a que en ese momento la joven mujer confesó que no sintió ningún remordimiento y hasta sintió un enorme placer y alivio, al saber que dicha mujer ya no iba a ser feliz de nueva cuenta y que su familia iba a sufrir por su muerte, cada que estaba drogada buscaba a sus víctimas para atacarlas a cuchilladas y sacar de su interior todos sus traumas y problemas existenciales.
Los ministeriales indicaron que de acuerdo con el testimonio de la presunta degolladora, su segunda víctima fue su expareja sentimental, a quien de cariño le decía "El Gordo", a quien también trastornada por los efectos de los solventes atacó a puñaladas y le asestó tremendo tajó en el cuello, durante una discusión que tuvieron en el interior de su camioneta colectiva porque la calificó de viciosa y se negó a regresar a su lado por su mismo vicio.
La detenida dijo que esto se le fue haciendo costumbre y cada que estaba drogada y deprimida, según explicó, atacaba a quien se le cruzaba en su camino, situación que la convirtió en una mujer sumamente peligrosa, por lo que la policía hizo lo necesario para detenerla antes de que atacara y asesinara a más personas.
Gozaba hacerlos sufrir
Los ministeriales señalaron que a pregunta expresa, la degolladora confesó que atacaba a sus víctimas con tremendos tajos en el cuello, "porque gozaba ver cómo sufrían y cómo se desangraban, además de que sabía que con un tajo en el cuello difícilmente iban a sobrevivir".
Después de que se enteró que por su modo de operar y su media filiación la policía ya le tenía plenamente identificada y la buscaba afanosamente, sus padres le dieron mil pesos y le dijeron que se fuera de la casa, pues ahí la iban a encontrar y a detener.
Fue de esta forma que, explicó, se fue a rentar un cuartito en una vecindad en el municipio de Neza, donde le cobraron 400 pesos de renta, donde todo este tiempo estuvo escondida y no salía para evitar que la policía la detuviera.
Sin embargo, agregó, la mañana del pasado jueves, pensando que podía evadir la acción de la justicia y que la policía no la iba a estar buscando todos los días y a toda hora, decidió salir de su madriguera y dirigirse a la casa de sus padres para festejar con ellos y con toda su familia el día de su cumpleaños, pero la atoraron.
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