Leopoldo Rivera Rivera, director de la Asociación Mexicana de Estudios sobre Cannabis, opina que en caso de legalizar la mariguana la gente dejará de recurrir al crimen organizado.
CIUDAD DE MÉXICO.- El autocultivo de mariguana “es un gran paso para proteger la salud de los consumidores y que dejen de recurrir al crimen organizado para obtenerla”, señaló Leopoldo Rivera Rivera, director de la Asociación Mexicana de Estudios sobre Cannabis (AMECA ), agrupación que ha impulsado la regulación de la planta en la legislación y estudios sobre su efectivo uso medicinal.
Entrevistado por El Financiero, en el marco de la discusión sobre la posibilidad de que se ejerza el autoconsumo de mariguana en México, el también promotor de la revista de difusión sobre uso de la cannabis Cañamo, explicó que “regular el cultivo es lo que va a permitir que no se tenga tanta resistencia al regular otros usos de la hierba que no sean recreativos, por ejemplo, el medicinal, y les daría la posibilidad a quienes lo necesitan, de tener los medicamentos de primera mano”, además de propiciar que más usuarios salgan a la luz y dejen de ser criminalizados y se arriesguen a adquirirla incluso alterada con pesticidas.
De acuerdo con Rivera, una paulatina legalización sí mostraría un aumento en el número de consumidores, pero eso estaría relacionado –en mayor medida– con que los usuarios por fin admitirían su uso y probablemente la comunidad que consumía alcohol o tabaco se mude al uso del cannabis.
Pero no todas las opiniones sobre el libre uso de la droga son tan favorecedoras. Para la directora de los Centros de Integración Juvenil,Carmen Fernández, los más afectados, si se permite su autoconsumo para actividades recreativas, serían los jóvenes, ya que aseguró, inician la práctica entre los 12 y 17 años, y cuando llegan a requerir ayuda ya tienen entre 19 y 24 años.
Para la maestra en psicología, los jóvenes están siendo manipulados por los grupos de adultos que han pedido la legalización de la marihuana y lamentablemente se convierten en adictos cuando no tienen información suficiente, ni el criterio para decidir usar la droga.
Con base en las estadísticas de sus centros, Fernández destacó que, de 2008 a 2014, aumentó 18 por ciento los adictos a la marihuana que fueron atendidos, además de que 88 por ciento del total asistido empezó a consumirla cuando aún eran menores de edad.
Sin embargo, aceptó que sólo en caso de que se comprobara que es mejor que cualquier otro medicamento en el mercado como analgésico contra náuseas, dolores de cabeza, glaucoma o enfermedades terminales, apoyaría una iniciativa a favor de su uso en fármacos.
“Es una decisión muy seria que tiene que tomar la Corte y yo creo que, apegados al derecho, harán las consultas científicas necesarias con base en evidencias y no a ideologías”, concluyó Carmen Fernández.
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