La autopista Peñón-Texcoco se convertirá en el principal acceso al Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) y por ello se ampliará de cuatro a 10 carriles.
La nueva terminal aérea permitirá en una primera etapa contar con tres pistas para mover a 50 millones de pasajeros cada año en 550 mil operaciones anuales.
Sin embargo, esta ampliación será pagada por quienes viajan constantemente entre Texcoco y el Distrito Federal, es decir, en su mayoría habitantes de los municipios de Texcoco y Atenco, reconoció Raúl Murrieta Cummings.
El subsecretario de Infraestructura de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) precisó que la autopista será gratuita para los pasajeros aéreos y sus acompañantes.
"Quien venga del Distrito Federal al aeropuerto, va a tener cero costo, no va a pagar caseta; quien venga de Texcoco al aeropuerto, tampoco va a pagar caseta. Quien haga lo mismo que hoy hace -que es moverse en su rutina del D.F. a Texcoco- va a pagar la misma cuota que hoy está pagando.
"Lo que hicimos fue desdoblar una autopista que es de cuota a la que, en vez de ponerle un carril confinado, le desconfiamos carriles para permitir que sea gratis el acceso al aeropuerto", dijo en entrevista.
Pinfra, la empresa operadora de la actual autopista, recibió autorización para continuar explotándola hasta junio de 2053, aunque el plazo original vencía en junio de 2023.
"(Se amplió la concesión 30 años) previendo este movimiento, porque sin eso, ellos no pueden hacer esta inversión, que es una inversión muy importante", dijo el funcionario sin detallar el monto.
Esta modificación al título de concesión se hizo desde el 17 de junio de 2013, casi medio año antes de que se anunciara oficialmente la construcción del NAICM, y coincidió con un aumento de aproximadamente 36 por ciento del peaje por recorrer los poco más de 16 kilómetros que mide la vialidad de cuota. Actualmente cuesta 41 pesos.
Esto la convierte en una de las autopistas más caras del País, del mismo modo que otras operadas por Pinfra, de David Peñaloza, como la México-Toluca.
Murrieta Cummings explicó que esta inversión será hecha bajo un esquema conocido como carga financiera, la cual implica que se construya obra pública con parte de los ingresos excedentes por la operación de una concesión carretera
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