Cureño y su desfachatez
“Otro Ecatepec es posible”
Los rollos insulsos de Xóchitl
Suena ridículo que este hombre a quien considero muy inteligente y audaz, lo haya perdido la soberbia y su pasión por las féminas y el alcohol y hoy busque resarcir su presencia utilizando a otras personas, pero lo más increíble es que personajes como doña Carmen Cerón Cruz, veterana luchadora social con muchos años de camino en la brega del quehacer político este haciendo migas con el llamado coloquialmente Cureño.
Presentan como la estrella de la película a la parlanchina diputada Xóchitl Arzola Vargas que dice cual iluminada, que las candidaturas deben estar basadas en un análisis más profundo - SIC – que el meramente numérico, que contenga varias vertientes, entre ellas el perfil de las y los candidatos, su trayectoria, su grado de aceptación entre la ciudadanía, las propuestas y discursos políticos y las estructuras que los respaldan; y como dicen los paisanitos ¿qué quiso decir?
Extrañamente la legisladora Arzola Vargas habla de construir acuerdos necesarios que permitan generar estrategias eficientes para lograr el triunfo tanto en los distritos federales y locales, como en las candidaturas de la planilla municipal para integrar el ayuntamiento, pero ella y sus seguidores son unos belicosos.
El cinismo de estos izquierdosos llega al extremo cuando hablan de reconocer que los resultados del o los dos últimos procesos electorales internos no pueden ser definitorios ni vinculantes, tal vez queriendo proteger que la contundente derrota que sufrieron no fue consecuencia del pésimo gobierno cureñista.
Se justifican en voz de la legisladora cuando refieren que las concesiones reales de competencia; en esos procesos; no fueron los más equitativos e igualitarios.
No sé de dónde sacaron pero resulta que hablan de una mayoría “sintética y estéril, carente de propuesta política y sin intención de competir para lograr el triunfo, ya que se hace evidente el ánimo de la exclusión dentro del partido”.
Pero después de este rollo insulso, observo en la reunión la presencia en esta representación de Sergio García Romero, actual secretario general del comité municipal perredista, a quien conozco muy bien y lo calificó como un hombre prudente e inteligente, por lo que causa extrañeza que esté también con el membrete “Otro Ecatepec, es posible” tal vez su actitud es en agradecimiento a que fue director de servicios públicos en la administración cureñista y su esposa Claudia fue regidora en la pasada administración.
De José Luis Gutiérrez Cureño, no me sorprende que quiera nuevamente resurgir y está en su derecho, lo que no veo bien es que busque hacer otro frente, y buscar la confrontación con quien en este momento le lleva años luz de distancia en cuanto a trabajo y presencia en los últimos años, me refiero a Octavio Martínez Vargas, quien es el único que ha estado oxigenando al perredismo.
No cabe duda que la persona que calificó y denominó como tribus a las organizaciones y expresiones perredistas o también identificadas de izquierda, tenía mucha razón y le dio al clavo, porque en lugar de formar un gran frente de todas las expresiones y unirme en busca de su lucha social que presumo es en beneficio de los ciudadanos ecatepequenses hoy se dedican a denostar y a descalificarse.
Cureño quizá sufre los escalofríos, de la apatía que los ciudadanos tienen para su persona después de haber hecho un pésimo gobierno municipal y que no consolido absolutamente ni una migaja de fuerza política.
Debo decir que me resulta extraño que todavía se diga militante del PRD porque en algunos momentos anduvo coqueteando con otros partidos de izquierda e inclusive se esperaba su incorporación al partido MORENA de Andrés Manuel López Obrador.
Que me perdonen mis amigos que asistieron a la reunión, pero considero que no tiene nada de transcendente ni trascenderá la presunta expresión “Otro Ecatepec es posible”, porque tal vez lo único que están es planificando el camino para que vuelvan las Lorenas Villavicencio, las Lulas y muchas mujeres más que nada más vinieron a Ecatepec a adorarle el oído al entonces jefe José Luis Gutiérrez Cureño.
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