Datos obtenidos con odontólogos particulares señalan que sólo 20 de cada 100 personas con esta enfermedad sobreviven, según el Instituto Nacional de Cancerología (Incan), y 55% de los pacientes muere a los cinco años de contraerlo.
El doctor Mario de la Rosa, miembro del Colegio de Odontólogos, mencionó la necesidad de capacitar a estos especialistas y médicos de primer nivel para detectar este tipo de cáncer, ya que ha pasado del lugar 10 al sexto en los últimos años.
El cáncer de próstata y el cervicouterino ocupan el primer lugar en México, pero el cáncer bucal es una enfermedad que mundialmente va en aumento debido a varios factores, entre los más importantes se encuentran elincremento del consumo de tabaco y alcohol, los cuales potencian la predisposición a contraerlo, al igual que la edad y la dieta, explicó el médico.
Indicó que los odontólogos generales deben tener la capacitación necesaria para canalizar a los pacientes en etapas tempranas con un especialista, ya que antes de convertirse en un padecimiento maligno, la persona presenta lesiones que consisten en: placas blancas y/o rojas en la boca que no se desprenden con una técnica de raspado, como sí ocurre cuando se trata de un hongo, y éstas no desaparecen a los 15 días, otro signo es la presencia de úlceras que no cicatrizan y no duelen.
"De ahí la importancia de realizarse controles periódicos con los odontólogos cada seis meses, y ante la aparición de estos signos y síntomas, acudir al especialista, en este caso, a Patología y Medicina Bucal", señaló.
El Incan señala que en promedio ocho odontólogos y cuatro médicos generales vieron a los pacientes que llegaron a ellos con un cáncer bucal avanzado sin detectar la enfermedad en sus fases iniciales.
Las áreas donde este cáncer se presenta con mayor frecuencia son en el borde lateral de la lengua y en el piso de la boca (debajo de la lengua).
También una llaga en el labio o la boca que no cicatriza en más de una semana, aumento de volumen o engrosamiento de los labios, las encías o la boca. Una placa blanca o roja en las encías, la lengua, o en el revestimiento de la boca; la presencia de sangrado, dolor o adormecimiento en el labio o la boca, algunos pacientes presentan un cambio en la voz sin motivo aparente, los dientes están flojos o dentadura que ya no se ajusta bien, problemas para masticar, tragar o mover la lengua o la mandíbula y también se presenta inflamación o aumento de volumen de ésta.
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