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jueves, 11 de diciembre de 2014

Más ciudadanos, menos Mesías

Presencia ciudadana dentro de las instituciones como herramienta para mejorar las condiciones de un Estado que necesita fortalecerse 

El hartazgo ciudadano puede encontrar en las candidaturas independientes, una válvula de representación enteramente ciudadana, al margen de los partidos

México, D.F.- La honestidad camina de la mano de la congruencia. Y cuando éstas se sueltan es porque la doble moral es quien las conduce. Es sentido común. No hay honestidad si no hay coincidencia entre lo que se piensa, se dice y se hace. Y cuando hablamos de política, todos esperamos (sí, aún) que quienes se convierten en funcionarios públicos asomen rasgos que los presuman como tales, es decir: como personas íntegras. Y que los respalden sus actos, porque discursos hemos escuchado demasiados.

Y qué extraños, curiosos, irónicos y deshonestos se escuchan algunos cuando desacreditan a las instituciones, y luego las usan para su propio beneficio. Pero más que un descrédito, pareciera una queja sobre las instituciones porque los beneficios que buscan (casi siempre económicos) no los alcanzan. “El sistema no funciona, (porque no figuro yo)...”; en eso se convierte un discurso plagado de consignas contra el otro, pero de halagos hacia quien los pronuncia, que para este caso se ve a sí mismo como el más brillante rayito de esperanza. ¿Ya se imagina de quién hablo?

Para quienes ven encender su mecha con la menor provocación porque, cómo es posible que nos atrevamos a tocar a su casi mesiánico líder, les dejo unos datos publicados por el diario La Razón: “Aun sin participar en elecciones, el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), de Andrés Manuel López Obrador, tendrá su bancada en la Cámara de Diputados, y con ella, acceso a recursos públicos por al menos a 30 millones de pesos anuales sólo en subvenciones que se otorgan a cada fracción parlamentaria. La petición se hizo desde el pasado 4 de diciembre, pero este martes los 15 diputados del PRD, PT y Movimiento Ciudadano que la integrarán, han presentado la documentación completa al secretario general de la Cámara, Mauricio Farah, para que la Junta de Coordinación Política apruebe la creación de esta nueva bancada que iniciará a partir de enero de 2015.

Los integrantes son Andrés Eloy Martínez Rojas y Delfina Elizabeth Guzmán Díaz, del PRD: Aída Fabiola Valencia Ramírez, Rodrigo Chávez Contreras, Lorena Ménedez Denís, Juan Luis Martínez Martínez, Gerardo Villanueva Albarrán, Luisa María Alcalde, María Fernanda Romero Lozano y Alfonso Durazo Montaño, del Movimiento Ciudadano; así como Loretta Ortíz Ahlf, Rafael Huerta, Arturo López Cándido y Jaime Bonilla Valdez, del PT. Todos ellos han participado en tomas de tribuna y se han opuesto a todas las reformas estructurales presentadas por el Ejecutivo Federal...”. El diario también publica una copia de la solicitud referida, por si alguien piensa que son cuentos chinos. Y como nadie ha emitido jamás un sólo voto por Morena, ¿cómo podríamos llamar a esta fracción? ¿La “bancada espuria”?
Entonces, me pregunto: ¿pues no que López Obrador repudia a las instituciones? (aunque las instituciones son las que le han dado, en el pasado y le darán en el futuro, dinero público para su proselitismo). ¿No había casi maldecido al INE (cuando era el IFE), al Congreso y al Presidente en turno? ¿Que no AMLO habla siempre de honestidad? (y ya hemos visto que él nunca se ensucia las manos y deja que los suyos se las ensucien por él). ¿Que no le dan asco los políticos que utilizan el erario para su beneficio personal? ¿Que no AMLO se ha casi santificado y colocado como el mártir de la democracia nacional?

Dejemos a un lado el dineral que entrará a las arcas de su partido (unos 30 millones de pesos); la duda es ¿por qué hacerse de su bancada sin haber sometido a sus candidatos (porque estos no fueron abanderados de Morena) a elección ninguna? Aquí y en China esto se llama trampa, no política. Y si quiere, todavía, llamarla así, pues démosle entonces la bienvenida al grupo del que con tanto ahínco se queja: el de “las instituciones al servicio de los grupos de poder” (incluido el suyo). Pero al menos que lo asuma y deje de usar la palabra ‘honestidad’; yo propongo que se use ‘descaro’. Uno de los tantos problemas que tiene nuestra aún adolescente democracia mexicana es que da oportunidad a ésas (y otras tantas, incongruencias).

Hace un par de días hablaba, en Reporte 98.5, con Pablo Lezama, consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal, y vaya buena noticia: para los comicios del próximo año, en que se renovarán jefes delegacionales y diputados locales, se han recibido 144 solicitudes de candidatos independientes. No sabemos cuántas de éstas calificarán para llegar para llegar a la boleta, pero es buenísima señal. Los ciudadanos comenzamos a ser menos apáticos, más informados; algo evidente en las movilizaciones que hemos visto en las calles en las últimas semanas. Ambas cosas importantísimas para enriquecer y darle forma a nuestra rebelde democracia.

Presencia ciudadana dentro de las instituciones como herramienta para mejorar las condiciones de un Estado que necesita fortalecerse... eso es mucho mejor que apostolados legislativos de los falsos Mesías. Ahora más que nunca es necesario; cuando el hartazgo ciudadano puede encontrar esta válvula de representación enteramente ciudadana, al margen de los partidos.

Me cuentan que, a raíz del debate sobre las posibles filtraciones para el armado del reportaje de la Casa Blanca de Las Lomas, hay algunos muy preocupados que piden a los suyos que mejor ya no “le rasquen”, porque la nota ya ha cumplido su objetivo. ¿Cuál? Desviar la atención para que se deje de hablar de los probados nexos de Abarca con varios de estos otros que quieren “depurar” a la nación.

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