Los mercados bursátiles ya descuentan el triunfo de Donald Trump, pero están considerando que el que llegaría a la Casa Blanca en enero de 2025 no sería ese ‘chivo en cristalería’ de 2017.
Por si el entorno interno en México no fuera suficientemente
complejo, el devenir que ha tomado el proceso electoral en Estados
Unidos amenaza con traer consigo toda una serie de riesgos si es
que gana Trump la elección presidencial de noviembre, lo que por ahora es el
escenario más probable.
Prácticamente, ninguna medición da a Biden ninguna ventaja
después del atentado contra el expresidente.
Veremos si tras las presiones que hay sigue en la carrera, y
qué efecto es el que habría tras su retiro.
La atención pública que tuvo la Convención Nacional
Republicana, que terminó ayer, y las presiones crecientes para que
Biden –ahora confinado por su contagio de Covid– abandone la
carrera, han creado un ambiente muy favorable para los republicanos.
Todos los sondeos señalan que Trump amplió su ventaja.
Pero quizás en donde el cambio resultó más rápido fue en
el caso de las apuestas.
Al comenzar el año, en los mercados de apuestas, Trump tenía
una ventaja de 7.8 puntos respecto a Biden.
Ya en junio, la distancia había subido un poco y se había
establecido en 9.3 puntos, con escaso cambio respecto a enero.
Pero el debate entre los dos candidatos y el
desempeño desastroso de Biden movieron radicalmente las cosas y al arrancar
julio, la ventaja de Trump ya era de 32.7 puntos.
Ayer, ya internalizado el efecto del atentado y de la
Convención Republicana, la ventaja de Trump sobre el presidente Biden
es de 53.5 puntos.
Incluso, las apuestas ya favorecen a Kamala Harris sobre
Biden en prácticamente todos los momios.
Este tipo de mecanismos no predicen correctamente el
resultado en las urnas, pero sí son bastante buenos para anticipar al ganador.
Si para México ya iba a ser complicado el panorama de un
eventual triunfo de Trump, con la elección de su vicepresidente, JD Vance,
las cosas pintan más complicadas aún.
El compañero de fórmula de Trump ha sido uno de los
furibundos antiinmigrantes y, además, es partidario de emplear a las fuerzas
militares para acabar con el tráfico de fentanilo.
Como bien dicen muchos, se trata de un clon de Trump,
pero de 39 años.
Una de las hipótesis que circulan entre el sector
empresarial mexicano es que Trump, que ha recibido fondos de muchos
magnates norteamericanos, mantendrá una política económica que no
amenace a las cadenas de valor de Norteamérica, que se extienden a México
y Canadá.
Hoy, la integración de las economías, sobre todo las de EU y
México, es sustancialmente mayor a la que prevalecía en 2016, cuando Trump ganó
la elección que lo llevó a la Casa Blanca.
Los mercados bursátiles ya descuentan el triunfo de Trump,
pero al mismo tiempo, están considerando que el Trump que veríamos en la
Casa Blanca a partir del 20 de enero del 2025 no sería ese ‘chivo en
cristalería’ que conocimos a partir de enero del 2017.
Ojalá sea el caso y veamos a un político que solo use
la retórica para posicionarse, pero que en los hechos opere con mayor
pragmatismo.
Uno sabe, sin embargo, que con Trump en la presidencia, todo
sería posible.
La mayor parte de los análisis consideran que se
comportaría de manera racional y no haría de la Casa Blanca el caos que
fue en los años de su gobierno previo.
Todavía debe ser recordado que en su discurso inaugural de
enero de 2017 anunció que repudiaría el “peor tratado firmado por Estados
Unidos”, es decir, el TLCAN.
Sin embargo, a la larga, y en medio de altibajos en la
negociación, no fue así.
La racionalidad imperó en medio de jaloneos y hoy tenemos
vigente el TMEC, que ha sido una pieza básica para el crecimiento de la
economía mexicana en los últimos años.
Sin embargo, así no hubiera afectación sensible en la parte
comercial (lo que está por verse), seguramente habrá gran ruido político y
mediático vinculado con los temas como la migración, el fentanilo y la
seguridad fronteriza.
No hay quien pueda asegurar ahora que todo ello va a
tratarse de simple pirotecnia y que nada sustantivo va a cambiar.
Lo impredecible del personaje a quien el azar salvó la vida
el sábado pasado, nos hace pensar en que viviremos, como reza el adagio chino,
“tiempos interesantes”.
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