La evolución es algo inherente al ser humano. Pero el
cambio, especialmente a nivel organizacional, frecuentemente es complicado. Un
líder necesita herramientas para promoverlo. Pensando en ello, hoy comparto y
recomiendo en este espacio un excelente libro de los hermanos Chip y Dan
Heath: Switch, How to Change Things When Change is Hard.
Para comprender el problema, los autores utilizan una
analogía introducida en el libro, llamada the happiness hypothesis, donde
se compara nuestra parte emocional con un Elefante, mientras que la parte
racional es un Jinete. El Jinete conduce al Elefante, pero su situación es
vulnerable debido al tamaño del animal: cuando existen discrepancias entre el
Elefante y el Jinete, el segundo puede ser arrollado.
Todos hemos experimentado situaciones de este tipo: cuando
fallamos al cumplir una dieta, faltamos a un compromiso por quedarnos dormidos
o salimos de fiesta en lugar de estudiar para un examen.
Usualmente el cambio fracasa porque el Jinete no logra
mantener al Elefante en la senda adecuada. La necesidad continua del
Elefante de obtener una gratificación inmediata, muchas veces vence a la
determinación del Jinete de lograr sus objetivos de largo plazo.
Pero la analogía contempla más allá de las debilidades del
Elefante y las fortalezas del Jinete. El Elefante, nuestra parte emocional, es
capaz de desplegar un gran poder, mientras que el Jinete puede provocar lo que
se denomina “parálisis por el análisis”, que debemos evitar a toda costa.
Para lograr el cambio, a nivel personal y organizacional,
debemos involucrar tanto la parte racional como la parte emocional, puesto que
el Elefante es quien realiza las cosas, mientras que el Jinete las planea y
dirige.
En este contexto, los pasos que nos sugieren los hermanos
Heath para lograr el cambio son: (1) dirigir al Jinete; (2) motivar al Elefante
y (3) trazar el camino. Veamos.
Dirige al Jinete
Encuentra los “puntos brillantes”. Son ejemplos reales
de transformación, esfuerzos exitosos que vale la pena emular. Resaltar estos
puntos brillantes es muchas veces la mejor forma de demostrar que las cosas
pueden funcionar de otra manera.
Detalla los movimientos críticos. Barry Schwartz nos
recuerda que mientras más opciones tenemos frente a nosotros, “más abrumados
nos sentimos. Las opciones muchas veces nos debilitan”. Debemos evitar entonces
la parálisis que produce la multiplicidad de opciones. Esta variedad desgasta
la capacidad del Jinete para tomar decisiones. Se ha demostrado que una tienda
con demasiadas opciones vende menos que una tienda que sólo ofrece los mejores
productos. Para evitar la parálisis, necesitamos esquematizar detallada y
claramente las acciones fundamentales que se deben tomar para lograr el cambio.
Señala el destino. Diseña lo que los autores llaman una
“postal desde el destino”, una descripción viva del lugar que puedes ocupar
cuando cumples tus metas.
Motiva al Elefante
Encuentra el sentimiento que motive el cambio. Esto
sucede cuando hablamos directamente a las emociones de la gente. Por la
incertidumbre que conlleva, el Elefante siempre dudará del cambio y los
argumentos racionales no lo motivarán, pero siempre hay un sentimiento adecuado
para cada circunstancia. Las emociones negativas, como el miedo que produce una
crisis, pueden fomentar el cambio súbito, pero las emociones positivas como el
orgullo, el interés, o el sentido de pertenencia, nos ayudan a construir una
trasformación de largo plazo.
Minimiza el esfuerzo requerido. Siempre he dicho que
“un viaje de mil kilómetros empieza con el primer paso”. Cuando la tarea parece
ser demasiado grande, el Elefante se detendrá. Los grandes cambios suceden
gradualmente. Empieza con las pequeñas acciones que después encontrarás difícil
abandonar. Un líder debe ser capaz de reconocer y acreditar los pequeños
avances y diseñar una estrategia que produzca victorias inmediatas, porque
éstas producen esperanza y de esperanza se alimenta el Elefante.
Ayuda a crecer a tu gente. Desarrolla la identidad de
tu gente, porque el sentido de pertenencia es un gran motivador. De la misma
forma, cualquier esfuerzo que viole la identidad de las personas estará
condenado al fracaso.
Traza el camino
Modifica el entorno. Lo que muchas veces parece un
problema humano es en realidad un problema de la situación. Modificar el
entorno implica hacer más difícil el comportamiento equivocado y facilitar las
acciones adecuadas. Los bancos están cansados de que olvides tu tarjeta en el
cajero automático, es por ello que fueron modificados para que retires tu
tarjeta antes de poder llevarte el dinero. Ésta es también la razón por la que
los arquitectos diseñan espacios abiertos en empresas donde se requiere una
colaboración continua y los ingenieros crearon el mecanismo para que primero
debas apretar el freno antes de mover la palanca a “Drive” en los automóviles
automáticos. Piensa qué cambios debes realizar en tu entorno para promover el
cambio.
Construye los hábitos requeridos. Son las pequeñas
acciones cotidianas que hacemos casi de manera automática y que nos facilitan
el cambio. De acuerdo con los hermanos Heath, los hábitos son el piloto
automático de nuestro comportamiento. Un líder que logra establecer los
hábitos adecuados en su gente facilita el progreso de las organizaciones.
Encamina el rebaño. En situaciones desconocidas o
ambiguas, la gente siempre busca señales o gestos de otros que indiquen el
comportamiento adecuado. La gente actúa de la misma forma en que lo hacen los
demás. Un líder incentiva las conductas colectivas que promuevan el cambio, por
ello, la cultura organizacional es fundamental: es muy importante establecer
claramente los valores requeridos.
Ichak Adizes nos recuerda que el cementerio es el único
lugar donde no hay cambios. Consideremos que el cambio es vida, mientras más
cambio más vida y mientras más vida, mejor.
El cambio es posible y deseable. Les deseo una
transformación exitosa.
No hay comentarios :
Publicar un comentario