COMENTARIO Y DEBATE
MAURICIO VALDÉS
Muchas veces hemos escuchado el
ensordecedor sonido de los motores de los helicópteros y de las aeronaves sin
imaginar lo que este avance tecnológico ha significado para la humanidad. La
aviación a nuestro servicio ha sido más que un medio de transporte salva vidas,
ayuda en la seguridad, en la vialidad y lamentablemente en los ataques entre
naciones, hasta fugas de algún penal, como aquella tarde de agosto de 1971 del
penal de Santa Martha Acatitla en la CDMX, y desde luego abusos de funcionarios
públicos de convicción patrimonialista con cargo a los contribuyentes.
Los primeros estudios del helicóptero que
registra la historia los hizo Leonardo da Vinci, con su invento de una hélice
en espiral que se movía con fuerza muscular, comprensiblemente insuficiente
para la rotación necesaria. Fue hasta 1942 que el Ing. Igor Sikorsky, de
Ucrania, logró un aparato muy similar en su estructura a los hoy conocidos y que
logró hacer volar.
Todo ello lo escribo, para expresar un
homenaje a pilotos, técnicos y asistentes de vuelo que han servido en el
llamado Departamento de Transportes Aéreos o unidad de rescate aéreo del
Gobierno del Estado de México, que hace unos días celebraron el 50 aniversario
de su creación en 1972, durante el Gobierno del Profesor Carlos Hank. Mi
reconocimiento por su gran labor.
Este servicio ha resultado de utilidad
creciente para el cumplimiento de diversas funciones gubernamentales y de apoyo
a la comunidad de cerca de 18 millones. Su misión merece mi agradecimiento a
todos ellos, en especial a mi querido Amigo Piloto Carlos Garza M. quien me
compartió datos de quienes han logrado reunirse para la celebración del jubileo
por sus 50 años de entrega al servicio del Estado de México.
Han tenido que padecer muchas peripecias,
así como momentos de gran alegría. Salvar vidas de muchos mexiquenses, y
arriesgar su propia vida, algunos hasta perderla, como sucedió en el accidente
que también falleció el querido luchador social Carlos Gómez, en cumplimiento
de una de sus actividades en Tejupilco; el accidente en Chiconcuac al
Gobernador Mario Ramón Beteta, y otros más de fatales consecuencias.
Hoy día muchos gobiernos estatales y
algunos municipales han incursionado en el uso de helicópteros y aviones para
el servicio público, no siempre justificados en su gasto, por lo elevado del
costo de adquisición, mantenimiento y operación de estos servicios, poco
sujetos a normas para su funcionamiento controlado, como sucede en otros
países.
Tal es el gusto de algunos mexicanos por la
aviación privada que ocupan el segundo lugar en el mundo, después de Estados
Unidos. Mientras que la CDMX es la segunda ciudad y la zona metropolitana con
más helicópteros en el mundo, estimados en alrededor de 100, después de Sao
Paulo. No obstante servicios de utilidad comunitaria.
Mauricio Valdés
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