La Guerra México-Estados Unidos de América (1846-1848), se intensificó en enero de 1847, con el arribo del General Winfield Scott y sus tropas al puerto de Veracruz. En tanto que, para el desarrollo de la campaña defensiva, a partir de agosto de ese mismo año, las tropas mexicanas se concentraron en el Valle de México e intentaron evitar la toma de esta Ciudad.
Después de los enfrentamientos verificados en Padierna,
Churubusco y Molino del Rey los días 19 y 20 de agosto, y 8 de septiembre de
1847, las tropas mexicanas se encontraban en clara desventaja para detener el
avance de la columna norteamericana, sin embargo, las unidades regulares y
milicias cívicas con las que contaba la nación para su defensa, se concentraron
en las faldas del Cerro de Chapultepec, por ello el General Scott decidió
lanzarse sobre esta posición.
Los bombardeos a este punto se iniciaron el 12 de septiembre
de 1847, los cuales sacudieron los cimientos de la instalación y causaron
estragos entre las fuerzas mexicanas. Durante la jornada del 13 de septiembre,
las columnas norteamericanas avanzaron por el oeste y sur del Cerro de
Chapultepec con un efectivo de más de 7,000 hombres.
La defensa de las tropas mexicanas, se dispuso con poco más
de 800 soldados distribuidos en diferentes posiciones; quedando 250 hombres en
la barda sur y trinchera poniente del bosque, 160 hombres en el hornabeque, 80
en el lindero norte del bosque, 92 en la glorieta de la rampa de acceso, 42
hombres en la trinchera inmediata a esta glorieta y en el Castillo de
Chapultepec 243 hombres, sin contar a los jefes, oficiales y alumnos del
Colegio Militar que decidieron quedarse para enfrentar a las tropas
norteamericanas.
El avance norteamericano en un principio fue rápido, encontraron
escasa resistencia en las faldas del cerro; la infantería enemiga continúo su
avance hasta llegar a la zona talada donde hicieron alto y se reorganizaron
para el asalto al castillo, mientras otra fracción lo hizo del lado sur del
cerro, originando que las tropas mexicanas se atrincheraran en la “Plaza de
Armas”.
Otra parte de los norteamericanos, avanzaron por la rampa,
lugar defendido por el Batallón Activo Guardacostas de San Blas, que presentó
combate al invasor en las faldas del cerro. Al interior de la instalación se
sostuvieron reñidos combates cuerpo a cuerpo, entre los cadetes y los soldados
norteamericanos.
Aproximadamente, a las diez de la mañana el Castillo de
Chapultepec se encontraba en poder de los norteamericanos, prácticamente el
asalto que realizó la infantería norteamericana duró cerca de una hora.
Entre las bajas que sufrió el Ejército Mexicano, se
encuentran: 1 jefe, 1 oficial, (Tte. Cor. Felipe Santiago Xicoténcatl, Teniente
Juan de la Barrera, y 5 Alumnos (los cadetes Francisco Márquez, Fernando Montes
de Oca, Vicente Suárez, Agustín Melgar y Juan Escutia.).
Los restos de los Niños Héroes reposan en el Altar a la
Patria, ubicado en la entrada del bosque de Chapultepec, desde el 27 de
noviembre de 1952, su actuar constituye un ejemplo para las futuras
generaciones por su demostración de honor, valor, lealtad y patriotismo al
pueblo de México.
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