Mariela Gutiérrez Escalante
Hoy visitamos la rotonda de las personas
ilustres, para conmemorar un aniversario más de Felipe Villanueva Gutiérrez, el
más destacado de los tecamaquenses.
En ese recinto descansan los restos de 120
mexicanos que han dejado huella en diversos aspectos del quehacer humano, de
los cuales sólo 8 son mujeres, entre ellas la escritora, filósofa y poeta Emma
Godoy, de quien les comparto una foto de su sepulcro.
No tenemos por costumbre hablar de la muerte o
de su inminencia pero en caso de tener que hacerlo no encuentro palabras mas
acertadas que las que ahí están grabadas:
“… Heme aquí, Padre Celestial, para
agradecerte por haberme dado larga vida; lo que significa que guardas un amor
especial por mí,
pues me has ofrecido la oportunidad de ir
acumulando más y más méritos para no llegar ante tu trono con las manos vacías
sino rebosantes de denarios celestiales.
Te suplico que en el tiempo que todavía me
concedas vivir en la tierra, sea Jesucristo mi Maestro; para aprender a
perdonar de corazón a quienes me han hecho daño y hacer el bien a mis enemigos;
Que yo disfrute y sonría con Jesús, de las
cosas amables y bellas que Tú me prodigas cada día; y también sepa sufrir
heroicamente pensando en los dolores que por mí padeció mi Redentor en el
Calvario.
Sobre todo, que a cada momento me vaya
pareciendo a Él en el amor, sobre todo en el amor, para que cuando Tú, mi
Padre, vengas por mí porque ya ansías abrazarme, veas en el rostro de mi alma
algún rasgo del parecido con Jesucristo y me lleves en brazos a gozar de su
gloria eterna…”
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