De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, del primer trimestre de 2020 al tercer trimestre de 2021, creció 38.6% el desempleo de jóvenes mexiquenses de entre 20 y 34 años con estudios de educación media superior y superior.
En el primer trimestre de 2020 había 107 mil 800 jóvenes
desempleados en dicho rango de edad y con la citada preparación académica. El
11 de marzo de ese año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la
Covid-19 como una pandemia.
Un año después, la cifra de estos jóvenes desempleados se
incrementó en 41 mil 652, pues al cerrar el tercer trimestre de 2021 había 149
mil 452 desempleados.
De acuerdo con datos del Inegi, antes de la pandemia se
tenían en México 884 mil 237 personas con algún grado superior de estudios,
pero desempleados y sin una oportunidad inmediata de conseguir un empleo.
Y esta institución refiere que poco más del 50% de los
empleos generados en la actualidad, incluso a raíz de la reactivación económica
por la pandemia, caen en un estado de informalidad. De las 31 millones de
personas en el país que se encuentran realizando actividades en dicho ámbito,
el 40% son jóvenes.
En este sentido, Cynthia Valeriano López, licenciada en
Economía y docente del Tecnológico de Monterrey, considera que los retos
asociados con la actividad económica de los jóvenes, en realidad, siempre han
sido preocupantes.
“Existe un porcentaje importante de jóvenes que incluso
teniendo maestría, desafortunadamente no encuentran empleo, lo cual se
encuentra relacionado con actividades o industrias en México que todavía no
terminan de recuperarse de la pandemia”, manifestó.
Refirió que antes de la pandemia, cerca de 30.7 millones de
personas, del total de la población en el país, se encontraban en dicho rango
de edad y poco más de 12 millones de jóvenes ya estaban en desventaja laboral.
“Antes de la pandemia, un número importante de jóvenes ya
estaba en desventaja laboral, estamos hablando de poco más de 6 millones de
jóvenes de los 12 millones que señalamos, quienes no estudiaban, pero tampoco
trabajaban”, indicó.
“Otro porcentaje –alrededor de otros seis millones– trabaja,
pero la realidad es que carece de un ingreso suficiente o lo que obtiene es
inferior al salario mínimo, sin horarios laborales definidos y sin seguridad
social", dijo
Informalidad
La especialista agregó que los jóvenes, en la mayoría de las
ocasiones, acceden a puestos de trabajo informales, como un reflejo de su
deserción educativa.
“El que los jóvenes accedan a empleos informales se
encuentra relacionado con los altos niveles de deserción educativa, así como la
falta de preparación o el desarrollo de habilidades”, externó.
Ante dicho panorama, los jóvenes aceptan empleos,
principalmente, en el sector comercio y servicios como restaurantes, hoteles,
parques o entretenimiento, porque no se requieren muchas habilidades.
Precariedad laboral
En México, sólo uno de cada tres jóvenes consigue
desempeñarse en actividades vinculadas con su perfil profesional, comentó la
académica del Tecnológico de Monterrey.
Esto incrementa la situación de precariedad laboral en este
sector de la población, es decir, han empeorado sus condiciones de trabajo con
salarios insuficentes, pocas horas de trabajo y empleabilidad por contratos.
Para la docente, hay jóvenes que se colocan en un espacio
laboral donde carecen de ingresos suficientes o lo que obtienen es una cantidad
inferior al salario mínimo, sin horarios laborales definidos y seguridad
social.
“Hay casos de personas de 15 a 29 años que realizan una
actividad informal y por ende no firman contratos y carecen de servicios de
salud”, reiteró.
Colaboran empresarios
Se estima que en nuestro país, cerca de un millón de jóvenes
no han podido volver a trabajar y por ello representan el mayor número de
desempleados y desempleadas debido a la Covid-19.
Gilberto Sauza Martínez, presidente del Consejo de Cámaras y
Asociaciones Empresariales de la entidad (Concaem), expresó que el tema del
desempleo entre jóvenes no representa un problema menor, incluso forma parte de
una agenda de trabajo que establecieron con la Secretaría de Desarrollo
Económico (Sedeco), a través del Instituto Mexiquense del Emprendedor (IME).
Mencionó que la propuesta es elaborar un padrón entre el
Concaem, Sedeco e IME para poder brindarles capacitación, mentorías,
acercamiento y vinculación a los jóvenes, esquema que se encuentra impulsando
directamente el gobierno estatal.
“La idea es que los jóvenes puedan acercarse al esquema de
emprendimiento. Nosotros estamos respaldando este esfuerzo que impulsa
directamente el gobierno estatal a través del IME”, enfatizó.
Con la Secretaría de Educación, agregó, colaboran en las
mesas de empleabilidad de las diversas universidades que operan en la entidad,
como las politécnicas, tecnológicas y multiculturales.
“Somos parte de las mesas de vinculación y empleabilidad,
con el propósito de contribuir a reducir el desempleo en el sector de jóvenes”, señaló.
En cuanto a la forma en como los interesados pudieran
integrarse a estos esquemas, indicó que la información la proporcionan
directamente las diferentes dependencias estatales, mediante la publicación de
convocatorias.
Mientras que para Laura González Hernández, presidenta del
Consejo Coordinador Empresarial de la entidad (CCEM), más allá de los empleos
que hacen falta para los jóvenes, la realidad es que se trata de un rubro que
en términos generales no ha retomado los niveles deseados.
“No solamente se trata del empleo de los jóvenes, sino de la
sociedad en general que no encuentra trabajo, porque no existe una recuperación
económica todavía”, comentó.
Incluso, dijo, ha crecido el empleo informal y el
autoempleo.
Programas de gobierno
Para especialistas en materia laboral también resulta
preocupante el hecho de que los jóvenes mexicanos se encuentren esperando
alguna dádiva proveniente de los programas de los diferentes niveles de
gobierno.
Y que con ello se les use políticamente, como sería el caso
del programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
La especialista del Tecnológico de Monterrey, campus Toluca,
dijo que este programa está dirigido para el sector de la población que no
estudia, pero que tampoco trabaja. Sin embargo, agregó, ha caído en la falta de
supervisión y de seguimiento, por lo que extravió su rumbo.
En tanto, Sauza Martínez consideró que el programa sí
funciona.
“Como tal, el programa funciona, porque es muy positivo que
el gobierno federal busque vincular a los jóvenes en temas de procesos
económicos, con el respaldo del sector empresarial.
"Me parece que es una buena idea, pero consideramos que
en algunos rubros se queda corto, y sin duda, existen otras formas de
trabajarlo y perfeccionarlo”, sostuvo.
Desde su perspectiva, tendría que haber mayor coordinación
entre los jóvenes, el programa y la empresa, es decir, buscar siempre la
retroalimentación.
Jóvenes Construyendo el Futuro es un programa federal que
vincula a personas de entre 18 y 29 años de edad, que no estudian y no
trabajan, con empresas, talleres, instituciones o negocios donde desarrollan o
fortalecen hábitos laborales y competencias técnicas para incrementar sus
posibilidades de empleabilidad a futuro.
Durante la capacitación, hasta por un año, los jóvenes
reciben un apoyo mensual de 5 mil 258 pesos y un seguro médico contra
enfermedades, maternidad y riesgos de trabajo.
El programa también permite que al terminar el citado
periodo puedan incorporarse de manera formal a la empresa donde realizaron
estas actividades. (Con información de Sandra Hernández Chávez)
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