Celebramos la Solemnidad del Corazón de Jesús: el Santo Padre nos invita, en un tweet, a "mirar con confianza al Sagrado Corazón de Jesús y a repetir con frecuencia, especialmente durante este mes de junio: Jesús manso y humilde de corazón, transforma nuestro corazón y enséñanos a amar a Dios y al prójimo con generosidad".
En la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús que celebramos en
este mes de junio tradicionalmente dedicado al él, la "máxima expresión
humana del amor divino", el Santo Padre llama, una vez más, a repetir con
insistencia: "Jesús, manso y humilde de corazón, transforma
nuestro nuestro corazón y enséñanos a amar a Dios y al prójimo con
generosidad".
El Sumo Pontífice invita a cada uno de nosotros a mirar
"con confianza al Sagrado Corazón". Con frecuencia Francisco ha
llamado a abandonarnos en el Señor, pidiéndole, como dijo en la Audiencia
General del pasado miércoles, que haga "nuestros corazones
semejantes al suyo". Configurarnos al corazón de Jesús, implica humilidad,
misericordia y perseverancia en el amor, en la oración y en las buenas obras.
Tal como explicó en la homilía en
la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús en 2014, "el sentido de la
fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, es que "descubramos cada vez más y
nos envuelva" la fidelidad humilde y la mansedumbre del amor de Cristo,
"revelación de la misericordia del Padre". Se trata, por tanto, de un
amor cuya ternura "podemos experimentar y gustar" en cada estación de
la vida: en el tiempo de la alegría y en el de la tristeza, en el tiempo de la
salud y en el de la enfermedad y las dificultades. Una promesa cierta, hecha
por el mismo Jesús, que nos dice: "Vengan a mí todos los que están
afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y
aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán
alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana".
La Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús - también
Jornada para la Santificación de los Sacerdotes - se celebra el viernes
siguiente a la Solemnidad del Corpus Christi. Casi como para sugerir que la
Eucaristía/Corpus Domini no es otra cosa que el mismo Corazón de Jesús, de
Aquel que, con "corazón", cuida de nosotros.
La fiesta, obligatoria para toda la Iglesia a partir de 1856
con Pío IX, nos recuerda el corazón coronado de espinas de Cristo. Y cuando
oímos la palabra "corazón", pensamos sobre todo en la esfera
afectiva, sentimental. Pero en el lenguaje bíblico tiene un significado mucho
más amplio, porque indica a toda la persona en la unidad de su conciencia,
inteligencia y libertad. El corazón indica la interioridad del hombre, pero
también su capacidad de pensamiento: es la sede de la memoria, el centro de las
elecciones, de los proyectos. En el costado abierto de Jesús, Él nos muestra y
nos dice: "Me interesas", "tomo en mi corazón tu vida".
Pero también dice: "Haz esto en memoria mía: cuida de los demás. Con un
corazón. Es decir, tener los mismos sentimientos que yo, toma las mismas
decisiones que yo".
No hay comentarios :
Publicar un comentario