El intento del presidente de México, Andrés Manuel López
Obrador, de vender el avión presidencial parece incontratable y luego de más de
dos años continúa sin señales de un comprador a la vista.
López Obrador ha buscado atraer a empresas y ejecutivos de
negocios, pero no hay interesados, e incluso se había comprometido a rifar el
Boeing 787.
Desde que asumió el cargo el 1 de diciembre de 2018, el
presidente se comprometió a vender el avión por considerarlo demasiado lujoso.
El mandatario se enorgullece de su austeridad, vuela en aviones comerciales y
ha efectuado un solo viaje al exterior.
Sin embargo, este miércoles reconoció la dificultad para
vender el jet porque es demasiado especializado y hecho a la medida.
"Nada más que ha costado trabajo porque como es muy
exclusivo, no se puede vender, el avión presidencial, ahí está. Aprovecho
también para ofrecerlo, pero no hemos podido, porque es hecho no en serie, lo
hicieron por pedido especial, exclusivo; entonces, nos ha costado trabajo, pero
vamos a seguir ofreciéndolo", dijo en conferencia de prensa.
Aunque antes López Obrador había anunciado en forma
entusiasta haber recibido propuestas por el avión, este miércoles señaló que
“no hemos podido venderlo” porque “lo hicieron por pedido especial”.
El aparato fue adquirido en 200 millones de dólares y lo
utilizó el anterior presidente, Enrique Peña Nieto. Ha sido difícil venderlo
porque está configurado para transportar a sólo 80 personas y tiene una suite
presidencial completa con baño privado. Según expertos, sería costoso convertir
la aeronave en un jet de pasajeros ordinario con capacidad para 300 pasajeros.
López Obrador dijo el año pasado que el gobierno había
recibido una propuesta de 120 millones de dólares en efectivo y equipo médico a
cambio del avión. No explicó después qué sucedió con esa oferta.
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