Massimo Modonesi es un académico
italiano radicado en México desde hace más de 20 años. Él preside una
asociación dedicada a promover la tesis marxista de Antonio Gramsci, un
importante referente académico del pensamiento comunista de la primera mitad
del siglo XX. Modonesi es historiador y sociólogo, profesor de la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales, de la UNAM.
La actividad ideológica de Modonesi dentro
del contexto académico no tendría nada de especial en un país como México,
abierto al mundo, que vive en un modelo democrático, a no ser por su nivel
de influencia en el actual círculo del poder.
Cuando descubrimos que más allá de la actividad
académica, en paralelo existe un activo trabajo proselitista revolucionario que
hoy tiene gran influencia en el círculo cercano al presidente, entonces surge
el riesgo.
Una revolución significa un cambio que nace
a partir de la exacerbación de rencores por lo sucedido en el pasado, mas que
un movimiento que pudiese representar una oportunidad para construir un futuro
incluyente de beneficio colectivo. Una revolución significa una
ruptura y esta siempre viene rodeada de violencia y agresión. Del camino a la
ruptura habla Massimo Modonesi en sus conferencias.
Una transformación no es lo mismo que una
revolución. La transformación significa evolución, porque la esencia
de aquello que se quiere mejorar permanece. Una transformación es una
transición hacia algo mejor. Sin embargo, lo que en realidad podría
vislumbrarse en el futuro de México, de desarrollarse un proyecto
revolucionario como el que pretende el sector radical de la 4T, es algo muy
diferente pues se sustenta en la destrucción de la estructura social y política
vigente, a partir de enfrentarnos y así sustituir lo que hoy existe por otra
cosa radicalmente diferente.
La revolución es una provocación continua
que pretende ruptura y confrontación entre los grupos sociales.
El presidente López Obrador ¿estará
consciente de las implicaciones que tiene dejar al segmento radical de su
partido operar una ruptura que ponga en riesgo la gobernabilidad del país?
No es lo mismo juguetear con el tigre
estando fuera de la jaula mientras el domador está adentro, exponiéndose a los
riesgos, que ahora asumir el rol de domador y entrar a ella con la
responsabilidad de controlarlo y dominarlo. Esa es la diferencia entre ser
oposición política o en su caso, asumir el control total del gobierno.
Hoy el presidente tiene la responsabilidad
de dirigir los destinos del país y cualquier movimiento subversivo que ponga en
riesgo la gobernabilidad, va en contra de la estabilidad de su gobierno.
La investigación realizada por el portal
periodístico Código Magenta sobre la actividad de Modonesi, abre una
brecha para explorar este interés que hoy existe por dividirnos a los mexicanos
y estimular los rencores.
Massimo Modonesi parece ser el guía
espiritual del sector radical de MORENA y una muy cercana influencia
ideológica para la nueva tesorera de la Federación, Elvira Concheiro, una
académica especializada en sociología que de modo sorprendente adquirió el
cargo estratégico que debiese estar en manos de un financiero experimentado, pues
va a tener la responsabilidad de administrar todo el dinero del gobierno
federal.
Modonesi publicó junto con Elvira
Concheiro y Horacio Gutiérrez Crespo el libro titulado
“Comunismo: otras miradas desde América Latina”.
A Modonesi se le atribuye la visión de que
el COVID representa una oportunidad política para la 4T, lo cual fue expresado
por el presidente López Obrador al inicio de la pandemia, cuando declaró que
esta “le venía como anillo al dedo”.
Quizá a partir de entender las ideas
revolucionarias de Modonesi cobra sentido la llegada de Elvira Concheiro a la
tesorería de la Federación, lo cual simboliza el arribo de los radicales a los
puestos estratégicos del gobierno federal en sustitución de los moderados que
ayudaron al presidente a consolidarse en sus dos primeros años de gobierno.
La salida de Alfonso Romo y la
reubicación de Esteban Moctezuma como embajador de México en Estados
Unidos podría interpretarse como el enroque para nombrar a Luciano
Concheiro, el actual subsecretario de educación superior de la SEP, como
secretario de educación pública y así iniciar formalmente la revolución
educativa. O quizá darle el cargo formal a un tercero que represente ser un
compromiso político del presidente, pero a él empoderarlo para que realice el
proyecto educativo de la 4T.
Definitivamente Esteban Moctezuma es uno de
los pocos colaboradores del presidente con amplia experiencia y credibilidad y
su encomienda, entendida como la búsqueda de un acercamiento con la
administración del presidente Joe Biden, representa un gran reto que merece un
funcionario con la estatura política de Moctezuma.
Sin embargo, todo parece indicar que el
contexto cayó como “anillo al dedo” para los radicales de la 4T.
Luciano Concheiro, como el apellido indica,
es hermano de la nueva tesorera de la Federación y tiene una larga trayectoria
académica en el ámbito universitario, lo cual de manera incuestionable le da
los méritos para obtener el cargo. Sin embargo, su currícula publicada por la
SEP nos retrata a un activista político que, quizá siendo adolescente,
participó activamente en los movimientos estudiantiles del 68 y el 71, así como
en las tomas de tierra y luchas agrarias de los años 70 y desde entonces, ha
acompañado diversos movimientos sociales en México y en América Latina.
Además, ha sido un destacado miembro del partido comunista mexicano.
Por otra parte, el asesinato del
exgobernador de Jalisco Aristóteles Sandoval es una nueva llamada de
atención que nos recuerda que el contexto nacional no es apto para experimentos
utópicos de corte social y político, pues hoy existe un jugador que podría
capitalizar los resentimientos y rencores de un amplio segmento de la población
y este es la delincuencia organizada, que cuenta con una amplia base social que
le apoya, pues por sus orígenes sociales conecta más con quienes han optado por
la vida delictiva como un medio de superar la pobreza, que con los
rebuscamientos ideológicos de una trasnochada izquierda que responde al
contexto de la lucha de clases de la primera mitad del siglo XX y no a nuestra
realidad cotidiana actual.
En un contexto de crispación social
provocado por la “ruptura” del pacto social, que proponen el académico Modonesi
y sus seguidores, la delincuencia organizada, que hoy más que nunca posee
estructura y capacidad de respuesta frente al Estado Mexicano, podría
redireccionar el descontento hacia el actual gobierno, que quiéralo o no,
heredó la representación de la estructura gubernamental que tanto critica.
El rol del presidente López Obrador hoy es
radicalmente opuesto al de antes del 2018, pues en este momento representa a la
autoridad institucional y cualquier intento de provocar inestabilidad social y
política con fines electorales, impactaría a su gobierno y al futuro de nuestro
país.
Hoy no son tiempos de utopías, sino de
respuestas prácticas e inmediatas, alejadas de ideologías que ya fueron
superadas por la misma sociedad.
Y a usted ¿qué le parece?
No hay comentarios :
Publicar un comentario