Para Antonio Reyes, propietario de una tienda de abarrotes, el temor de que su familia o él pudieran infectarse con Coronavirus (COVID-19) "le quitó el sueño", por ende, puso manos a la obra decidió construir un improvisado lavamanos con materiales reciclados y colocarlo a fuera de negocio familiar ubicado en Tultepec.
“No quiero que este virus contamine mi casa o mi comunidad”, expresó Antonio; quien refirió que recientemente había leído una nota donde mencionaban que una farmacia de su mismo municipio había hecho una donación de medicamentos a personas de escasos recursos y decidió que también debía hacer algo en bien de su comunidad.
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“Decidí cuidar de mi comunidad, aportar un granito de arena y fue cuando se me ocurrió instalar en la calle un “módulo de lavado de manos”, pero como no hay dónde hacerlo, con cosas de mi tienda lo armé yo mismo”, expresó Antonio quien es padre de tres hijos.
El “módulo de lavado de manos”, como Antonio lo define, es muy sencillo, pues está conformado por artículos que se encontraban en la tienda y fueron reciclados, un anaquel y dos garrafones, uno para agua purificada que fue cortado por la mitad simulando un lavabo que, a su vez, está conectado a una manguera para las descargas.
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Al segundo garrafón, con capacidad para 20 litros de agua y una porción de cloro, Antonio le colocó una llave dispensadora y ambos fueron montados sobre un anaquel donde también colocaron jabón.
Con el letrero: “Lavado de manos gratis”, el lavamanos, fue colocado sobre la acera frente al número 10 de la Avenida San Antonio en la Comunidad de Xahuento en Tultepec, donde se ubica el establecimiento comercial denominado "La central, propiedad de Antonio.
“Al principio cuando lo colocamos, la gente lo veía raro y casi no le hacían caso, pero insistimos en invitar a todos los que pasaban, a nuestros clientes y proveedores a utilizarlo ya que pasa una camioneta del municipio a indicar que se deben lavar las manos, pero no hay lavamanos públicos”, expresó Antonio.
Indicó que el lavamanos que construyó tiene al menos dos semanas y que la gente ya lo utiliza, incluso, asegura, tiene que rellenar el garrafón de 20 litros de dos a tres veces al día y, por supuesto, "la gente se lo agradece".
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Tal es el caso de Manuela, habitante de Xahuento, quien señala que iniciativas como esta debería ser replicada en todo el municipio. “A veces estamos tan atareadas en casa con el quehacer, la comida y el cuidado de los niños que cuando salimos a comprar algo, aunque sea cerca, se nos olvida que hay que lavarnos las manos, por lo que esta idea es original y en verdad, ayuda en mucho”, dijo.
Por su parte, Alma, la hija de Antonio y quien le ayuda a atender la tienda, mencionó que su papá construyó el lavamanos sin que ninguna autoridad se lo pidiera o esperando un pago extra. “Lo hizo porque es lo correcto. Todos los negocios deberíamos intentar hacer algo similar. Porque es importante y es por nuestro bien, porque no solo existe el Coronavirus; existe la gripa, existe el cólera, existe la diarrea. Los demás virus y bacterias no se tomaron un descanso”.
Finalmente, Antonio comentó que muchos de sus clientes "piensan que el Coronavirus es una mentira, un invento del gobierno o una cuestión política".
Sin embargo él piensa lo contrario: “En verdad, esto está pesando, el ver en las noticias la gravedad del problema, fue lo que me motivó construir el lavamanos, a contribuir con mi granito de arena. No quiero que este y ningún otro virus entre a mi casa, a mi calle o a mi comunidad, creo que estoy haciendo algo bueno”, concluyó.
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