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domingo, 9 de febrero de 2020

Atlacomulco recibe a AMLO como el gran Mesías





Es "arropado" en la tierra del priismo mexiquense
El presidente de la república realizó una gira de trabajo en Atlacomulco donde refrendó su plan de trabajo



Ataviado con sombrero, un collar de flores en el cuello, chaleco de lana y una faja bordada en la cintura, el presidente recibió el bastón de mando y con este simbolismo los residentes de el celebre municipio de Atlacomulco, que dio nombre al poderoso Grupo político que durante años ha gobernado la entidad; con excepción de la gobernatura de Eruviel Ávila Villegas; recibió al ahora presidente de la republica Andrés Manuel López obrador

Atrás quedaron los tiempos que el PRI y sus líderes mexiquenses como Isidro Fabela, a quien se le atribuye la creación de esta expresión política y el profesor Carlos Hank González, en su léxico no tenían otra palabra que lealtad al Partido Revolucionario Institucional que fuera creado por el maestro rural Plutarco Elías Calles,
Ayer en la tierra reconocida como la cuna del priismo mexiquense y del ex presidente de la república Enrique Peña Nieto, su sucesor que denosta con todo contra su administración y lo que huela al tricolor, es decir Andrés Manuel López Obrador, visitó por primera vez Atlacomulco tras ganar la presidencia de la república en 2018 y fue recibido como el hombre blanco que trae la salvación de su región.


La unidad deportiva municipal de esa demarcación albergó a cientos de asistentes, en su mayoría indígenas, algunos mostraron pancartas escritas en lengua materna que daban la bienvenida al mandatario nacional.

Otras lo invitaban a visitar Santa Ana Nichi, comunidad mazahua ubicada en San Felipe del Progreso, en donde se encuentra el centro ceremonial de la “ciudad de siervos”, que es el significado en español del término mazahua en nahua y una más pedía continuidad a los trabajadores del extinto Seguro Popular.
Minutos antes de las 16:00 horas, las notas del mariachi y de la banda sonaron al mismo tiempo, así le dieron la bienvenida a López Obrador, quien estuvo acompañado del gobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo Maza y de la delegada federal en la entidad de los programas del Bienestar, Delfina Gómez Álvarez. Además de un staff que recibía al por mayores peticiones escritas que firmaba el titular del ejecutivo mexicano.

En el pasillo central de la unidad, el presidente de México estrechó las manos de quienes las extendieron a su andar, detrás decenas de teléfonos móviles captaron el sonreír de López Obrador.
En el presídium, lo esperaban los jefes supremos de las cinco etnias mexiquenses en donde se llevó a cabo el ritual indígena con el característico olor emanado del copal y la invocación a los cuatro puntos cardinales.

El sitio se pintó de varias tonalidades, pero destacaba la vestimenta indígena, sombreros y en algunas sillas el tono vino que identificaba a los funcionarios, servidores de la nación y representantes populares del partido político Morena.
En el terruño de su antecesor, Enrique Peña Nieto, López Obrador refrendó su compromiso con los pueblos originarios y con la población en general a poco más de un año de mandato.
Al igual que el 22 de enero de 2019 y que en el resto de sus actos masivos, el presidente de la República cerró con el himno nacional, esta vez en lengua materna a cargo de un coral de niñas.

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