Circula al interior del PRI de Nuevo León la percepción de que si avanza la pesquisa de la UIF sobre Rodrigo Medina será preciso escalar la situación al CEN tricolor, donde Alejandro Moreno Cárdenas tendrá la definición sobre la militancia del ex gobernador.
Héctor Gutiérrez de la Garza, identificado con el grupo de Jorge Mendoza, Felipe Enríquez y Rogelio Cerda, ha reclamado que se discuta la expulsión.
En julio del 2016 el CEN tricolor ya habían recibido una denuncia contra Medina que fue rechazada por entender que no se habían aportado las pruebas necesarias. El dirigente era Manlio Fabio Beltrones.
Los movimientos recientes indican que Moreno Cárdenas no quiere expulsar figuras del partido ni hacer de la corrupción un tema recurrente. Todo dependerá de hasta qué punto avance Santiago Nieto con la investigación. Los abogados de Medina se muestran confiados, según pudo conocer LPO; alegan que la carpeta revelada por Grupo Reforma es anterior a la 4T y que Nieto tiene otras cuestiones más urgentes.
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El expediente sobre el patrimonio de Medina se inició en el sexenio de Enrique Peña Nieto, pero no tuvo mayores avances. Jaime Rodríguez Calderón por eso denunciaba que la llamada "Operación tornado" se veía impedida desde Los Pinos.
La realidad actual arroja otros escenarios. Moreno Cárdenas acaba de recibir un sondeo que le dice que el 72% del electorado rechaza la marca PRI a nivel país. Una eventual expulsión de un gobernador que ni siquiera está detenido no entusiasma demasiado.
Medina tiene en su favor además que sus dos principales arietes políticos cuentan con un lugar de centralidad en el partido. El alcalde de Monterrey, Adrián De la Garza, por un lado y el coordinador de los diputados locales, Francisco Cienfuegos. Ambos tuvieron un rol muy activo en la elección de Moreno Cárdenas.
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