México.-Pese a que la información sobre la ubicación de los ductos de Petróleos Méxicanos (Pemex) debe mantenerse reservada, pues es de seguridad nacional, los reportes de robo, perforación y ordeña, han destacado la necesidad de atender la seguridad de la población que habita por donde pasan.
Informes de la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM) indican que esta infraestructura cruza por, al menos 28 municipios en la entidad, en donde se han registrado actos relacionados con el huachicoleo.
Sin embargo, son 16 los municipios considerados dentro de los 91 más problemáticos del país por la alta incidencia de este tipo de delitos: Cuautitlán, Nopaltepec, Otumba, Axapusco, Toluca, Nextlalpan, Tezoyuca, Acolman, Acambay, Ixtlahuaca, Ecatepec, Tepetlaoxtoc, Tultitlán, Teoloyucan, Aculco y Chiautla.
De ahí que no sea casualidad el anuncio de programas sociales del Gobierno federal en esas 16 municipalidades, con el objetivo de dar alternativas de ingresos a los habitantes, cuya economía es dependiente del robo y comercialización ilegal de combustible.
Otro de los objetivos de la entrega de apoyos es alejar a la gente del peligro de una explosión como la ocurrida en Tlahuelilpan, en el estado de Hidalgo, que dejó más de un centenar de muertos y decenas de heridos graves.
La densidad poblacional de los sitios donde se tendió la red de distribución de hidrocarburos de Pemex, hace ya varias décadas, ha cambiado de manera sustancial.
La mayoría de los sitios estaban alejados de las zonas de vivienda; sin embargo, debido al crecimiento de los asentamientos humanos, aunado a que en muchos casos no se respeta el derecho de vía ni de los ductos ni de las vías del ferrocarril, ahora la gente habita prácticamente sobre estos ductos de Pemex.
Existen casos como el de Ecatepec, el municipio más poblado del país, por el que transcurre una parte del ducto Tuxpan-Acapotzalco, y donde la densidad habitacional casi no ha dejado espacios para los campos de cultivo ni para la habilitación de parques o áreas naturales, es en donde las tuberías de Pemex están peligrosamente cerca de las zonas habitacionales, así como de edificios escolares y comerciales, pero también es donde las autoridades municipales desconocen su ubicación precisa.
Otro caso parecido es el de Cuautitlán, en donde la urbanización crece de manera acelerada y sin un control estricto por parte de las autoridades.
En el caso de Toluca, la capital del Estado de México, el ducto Tula-Toluca pasa por el norte del territorio, zona identificada por su vocación rural, con mayoría de población de origen étnico y con un alto grado de pobreza y marginación.
Información dada a conocer por el cuarto regidor del ayuntamiento, Arturo Chavarría, refiere una extensión de alrededor de 12 kilómetros de tuberías entre San Cayetano y San Andrés Cuexcontitlán, donde corren peligro cerca de 200 mil habitantes que viven, trabajan o transitan por esa zona.
Estas dos poblaciones, junto con la delegación de San Pablo Autopan, registran la mayor incidencia de robo de combustible, según información oficial, de suerte que representa un riesgo en materia de protección civil, pues si bien aún conserva grandes extensiones de terrenos cultivables, el no conocer la precisa ubicación de los ductos dificulta medir los riesgos de seguridad para escuelas, viviendas y otras instalaciones.
Tan sólo en un año se localizaron en territorio mexiquense, cinco mil 161 tomas clandestinas y recuperaron cerca de un millón 636 mil litros de hidrocarburo.
La Secretaría de Seguridad detalló que del total del hidrocarburo rescatado, 980 mil 218 litros correspondieron a gasolina, 382 mil 182 a diésel, 228 mil 900 a gas licuado LP, 24 mil de gas butano, así como 17 mil 500 de turbosina.
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