CHILPANCINGO.- El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, insistió en la necesidad de que los grupos delincuenciales de la Sierra de Guerrero, que se encuentran en pugna, pacten una tregua que permita la reinstalación de la paz en esa zona y el regreso de unos mil 600 desplazados.
Esa fue la propuesta del prelado católico al acudir al auditorio de Chichihualco, donde permanecen algunos de los desplazados tras el fallido intento de regresar en caravana a las comunidades de esa zona este sábado.
En esa ocasión, la caravana compuesta por 80 vehículos particulares donde viajaban las familias desplazadas, tres unidades con unos 25 militares, 10 patrullas con 80 policías estatales y periodistas de distintos medios de comunicación, fue agredida por hombres armados que hicieron varios disparos. Ninguna persona resultó herida durante el ataque.
A su llegada a las instalaciones del auditorio municipal de Chichihualco, cabecera municipal de Leonardo Bravo, el líder religioso lamentó que los intereses de tipo económico y de poder se hayan colocado por encima de la tregua que desde hace varios meses viene promoviendo entre los grupos en pugna.
Aunque consideró que el hecho de que no hayan disparado directamente contra los integrantes de la caravana puede ser un indicador de que hay condiciones para apelar a la buena voluntad y que regrese el orden en la zona.
Dejó claro que la tarea de la seguridad es responsabilidad de las autoridades de los tres niveles de gobierno, pues son quienes deben defender a cualquier mexicano en cualquiera que sea la situación que enfrenten.
El representante católico se dijo en la disponibilidad de continuar hablando con ellos - los líderes de los grupos delincuenciales de esa zona- "para que se logre la tregua en la zona".
Recordó que antes de la irrupción del domingo 11 de noviembre, tuvo la oportunidad de afianzar acuerdos con el grupo que estaba asentado en Filo de Caballos, de los cuales, dijo, ya habían asumido el compromiso de no asaltar el transporte del servicio público para generar la confianza en el paso de los habitantes de la zona de Heliodoro Castillo, que eran los más afectados.
Finalmente, insistió en recuperar los acuerdos mínimos para establecer una tregua, para pacificar una zona que registra rezagos históricos en materia de salud, educación y desarrollo económico.
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