El aumento de homicidios dolosos ha hecho crecer el número de menores que quedan en el desamparo y con traumas
Cada vez hay más niños que quedan huérfanos porque sus padres son una de las tantas víctimas del crimen organizado / Jesús Gutiérrez
Guanajuato.- En Guanajuato los casos de orfandad incrementaron hasta 40% a causa de los homicidios dolosos que han ocurrido, pues no sólo han acabado con la vida de cientos de personas involucradas en la delincuencia, sino que también han afectado la infancia y relación familiar de niños que han quedado en orfandad y con posibles traumas de violencia.
Estos niños que son también victimas de la violencia son canalizados por el Sistema DIF Estatal, quien se vuelve su tutor legal hasta que encuentren familiares que se encarguen de su cuidado o sean adoptados; mientras tanto, son llevados a casas de resguardo, como la Villa Infantil de Irapuato.
La Villa Infantil de Irapuato tiene funcionando más de 30 años, ahí cuidan, alimentan, visten, dan educación y ofrecen un espacio sano para todos aquellos niños que llegaron a sufrir violencia por parte de sus familias, estuvieron en situación de abandono o sus padres fueron asesinados.
En la Villa Infantil hay actualmente 25 niños y jóvenes de entre seis y 22 años de edad, Laura Martínez de la Mora, directora del lugar, aseguró que los ingresos de niños incrementaron hasta 40%, debido a los altos índices de homicidios dolosos que se han estado suscitando.
“Han sido casos muy difíciles y el origen de la violencia está íntimamente relacionada con problemas de delincuencia y narcotráfico, algunos de estos niños que nos han llegado son los huérfanos de gente que están matando. Es muy triste y preocupante que esto este ocurriendo”
Uno de los casos más complicados que han recibido en la Villa Infantil, fue el de dos hermanos originarios del municipio de Abasolo, ambos quedaron en orfandad al ser su papá y hermano mayor asesinados, mientras que su mamá continúa desaparecida.
Los niños de nueve y 11 años de edad estaban al cuidado de su abuela paterna, el papá y el hermano mayor nunca se hicieron cargo de ellos por lo que ambos menores no iban a la escuela, vagaban en las calles y estaban descuidados. En ocasiones no comían, no tenían ropa limpia, se metían a las alcantarillas y estaban expuestos a sufrir cualquier clase de abuso.
La situación alertó al Sistema DIF, por los tomaron bajo su resguardo.
Durante su proceso, los niños fueron llevados a la Villa Infantil de Irapuato, pero no pudieron mantenerlos en el lugar ni una sola noche, ya que presentaban comportamientos violentos, desde patadas, golpes, gritos y mordidas, incluso se escapan de las cuidadoras, por lo que tuvieron que ser regresados a su municipio para tener un cuidado especial.
Después de meses de trabajo, fueron nuevamente llevados a la Villa Infantil donde pudieron integrarse; sin embargo, durante su estancia, recibieron la noticia de que su padre y hermano fallecieron.
La forma en que murieron se les encubrió para que no los afectara, pero la realidad fue que un día tocaron el timbre de la casa a la abuela paterna, al abrir vio dos costales de carne que le fueron dejados.
Ella pensó que alguna persona bondadosa le regaló carne para comida, sin embargo, al abrir ambos costales tuvo la sorpresa de que no era carne para consumo, sino su hijo y nieto asesinados y descuartizados a causa del crimen organizado.
Fue cuando los menores quedaron legalmente cargo de la Villa Infantil, sin embargo, el Sistema DIF localizó a una hermana de los niños, en Guadalajara, que decidió hacerse cargo de ambos.
Otro de los casos, fue el de un menor que vio cuando su papá asesinó a su madre con un arma de fuego.
Sufrían de violencia en la familia delniño, hasta que un día, en medio de una pelea entre los padres, el papá tomó un arma de fuego y le disparó en la cabeza a la mamá, hecho que presenció el menor.
Sin embargo, no sólo afectó al niño, también a su hermana, pues al quedar sin padres fueron separados al ser enviados a diferentes casas de resguardo, por lo que mantienen poco contacto entre ellos.
A pesar de ello, el menor se comporta de manera normal, no es violento, pero continúa afectado al estar separado de su hermana.
“Nos costaron un trabajo enorme, darles muchas terapias y hacer muchas dinámicas con la intervención de un sicólogo, fue realmente mucha labor para buscar que los niños pudieran adaptarse y dejaran de ser violentos”, explicó la directora de la Villa Infantil.
Laura Martínez de la Mora aseguró que si no se trata adecuadamente a los niños y jóvenes que fueron victimas de violencia, corren el gran riesgo de ser delincuentes.
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