El país ha avanzado en impuestos a las emisiones contaminantes, pero aún está por debajo del mínimo para cubrir el costo por tonelada de dióxido de carbono.
México ha avanzado en su política de poner impuestos al uso de diferentes tipos de energía con los aumentos más significativos entre los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), entre 2012 y 2015, pero aún permanecen en el rango de los más bajos y eso que a nivel global, existe una amplia diferencia entre el costo en daños climáticos y el nivel de tasas fiscales que pagan.
En el estudio “Taxing Energy Use”, la organización encontró que a nivel global los impuestos a las emisiones contaminantes de la energía se encuentran por debajo del mínimo estimado para cubrir el costo de 30 euros por tonelada de dióxido de carbono, y en su mayoría se han concentrado a tasas altas las emisiones de combustibles de uso en el sector de transporte carretero, mientras que en el no carretero, que es responsable del 95 por ciento de todas las emisiones de carbono por el uso de energía, el 85 por ciento de esas emisiones no paga impuesto.
En el reporte la OCDE analiza el impuesto establecido entre 42 países miembros, y del G20, y concluyó que México, junto con China e India, implementó grandes aumentos en las tasas impositivas sobre productos derivados del petróleo, cambios que obedecen a reformas.
De acuerdo con el estudio, el impuesto en el sector carretero en moneda nacional creció en México 724 por ciento entre 2012 y 2015, el más significativo, pero aún se ubica en la parte baja de la tabla de todos los países, advierte el organismo.
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