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lunes, 5 de junio de 2017
Las elecciones de ayer, ¿un parteaguas?
Los resultados de las elecciones del día de ayer anticipan que tendremos una etapa compleja y tensa en la política durante los siguientes meses.
En el Estado de México, sin duda la elección más importante de las que ayer se realizaron, el triunfo de Alfredo del Mazo no fue reconocido por AMLO el día de ayer, quien reivindicó el triunfo de Delfina Gómez.
Y ello tendrá consecuencias en la estabilidad política del país pues nuevamente Morena se lanzará a desacreditar a las instituciones electorales.
Sin embargo, más allá de la leve ventaja con la que ganó el candidato priista, se cometerá un error por parte del PRI, si no entiende lo que pasó ayer.
Los signos del día de ayer muestran, sin embargo, que será difícil que se aprenda la lección. Hace seis años, Eruviel Ávila ganó con poco más de 60 por ciento de los votos y Alfredo del Mazo obtuvo, en términos relativos, apenas poco más de la mitad de lo conseguido seis años atrás.
Si ese hecho no se identifica como una crisis, me parece que no se estará leyendo correctamente el resultado.
Le he comentado previamente en este espacio que los resultados de las elecciones de ayer cambiarían el panorama político nacional.
¿Hacia dónde se va a mover el ambiente político?
Dependerá de la lectura que se haga de los resultados por parte de los diferentes partidos.
Si el PRI no asume que los resultados le implican un golpe terrible, probablemente estará dando pasos firmes a su derrota en 2018.
Si el PAN no aprende que en unas cuentas semanas puede caerse de encabezar las encuestas a un distante cuarto lugar, como pasó en el Estado de México, también repetirá la historia en 2018.
Si el PRD no asume que aun un buen candidato no alcanza para ser competitivo, entonces lo único que cabe preguntarse es a quién le va a restar votos su candidato presidencial… salvo que haga una alianza.
Si Morena, y específicamente AMLO, supone que una actitud agresiva y de rechazo a las instituciones, como la que mostró ayer, le permitirá convertirse en ganador, repetirá la historia de 2006.
Lo peor para el país sería, como le decía al principio, que aumentara la tensión, no sólo la competencia legítima entre fuerzas políticas, sino el enrarecimiento de la vida política.
Este cuadro tiene una implicación económica importante.
Podemos tener hacia el frente no sólo la incertidumbre natural de un proceso democrático, en el que existe duda de qué partido o candidato ganará, sino que podría generarse la incertidumbre de que una de las fuerzas políticas más relevantes del país, Morena, pueda reconocer los resultados en caso de no ganar.
El otro tema relevante es el asunto de las alianzas.
El triunfo en Nayarit de la alianza PAN-PRD, así como la ventaja que esta alianza obtuvo en una gran cantidad de alcaldías de Veracruz, muestra de nueva cuenta que la alianza de estos dos partidos tiene un rendimiento electoral muy destacado y seguramente se va a poner sobre la mesa muy seriamente en la perspectiva de 2018.
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