La imagen que acompaña la nota de hoy descubre dos manos estrechándose, como en señal de un saludo cordial o probablemente de un pacto.
En el fondo están dos banderas: del lado izquierdo la del PRD y del lado derecho la del PAN.
En este contexto, la fotografía puede traducirse como una alianza partidista entre los amarillos y los azules, que desde hace algunos años dejó de ser novedad.
La imagen es a propósito del proceso electoral que se avecina, para el cual ya comienza a configurarse el tablero, y en algunos estados que tendrán elección en 2017 se perciben las intenciones de formar alianzas.
El PAN y el PRD son la coalición que intentaría arrebatarle el Estado de México al PRI; sin embargo hay que recordar que el partido azul no es fuerza hegemónica en territorio mexiquense y se encuentra en el tercer lugar si hablamos de preferencia ciudadana.
Por su parte, el PRD se coloca en segunda posición; no obstante en la entidad la corriente de izquierda que domina desde hace 14 años es la de Alternativa Democrática Nacional liderada por Héctor Bautista López, quien destaca por ser uno de los principales opositores a las coaliciones de su partido con otros –principalmente con el PAN–.
Es así cómo podría venirse abajo el proyecto de Alejandra Barrales, presidenta nacional del PRD, y de Víctor Hugo Sondón, presidente estatal del PAN, quienes desde hace días han anunciado la formación de un posible frente opositor en el Estado de México.
La intención, dicen, es derrocar al PRI en la entidad mexiquense, la cual no ha conocido la alternancia y es posible que pase un sexenio más sin que ocurra lo contrario.
Y es que, como señalamos, la coalición de azules y amarillos en el Estado de México es un hecho prácticamente imposible, aunque muchos señalen lo contrario, y siendo este el panorama, ambos partidos en solitario tienen una batalla perdida.
Para el PAN la única salvación sería que Josefina Vázquez Mota se postule como candidata, pues es quien aventaja en las encuestas; no obstante ella ha negado en repetidas ocasiones sus intenciones de ir por la gubernatura mexiquense.
Para el PRD el terreno es todavía mucho más incierto, pues además de no tener a ningún aspirante a candidato presentable, el partido hoy atraviesa por una de sus peores crisis que lo ponen en evidente desventaja en la competencia donde su influencia es mínima en comparación con la del partido hegemónico: el PRI.
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