Para finales de julio está programada la publicación de la medición de la pobreza 2015; sin embargo, se analiza el retrasarla ya que -de acuerdo al Coneval- los datos rompen con la evolución histórica de las mediciones.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) analiza si publicará, a tiempo o con retraso, la medición de la pobreza 2015 programada para finales de julio, luego de acusar falta de transparencia del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en cambios sobre la captación del ingreso en el Módulo de Condiciones Socioeconómicas (MCS).
Gonzalo Hernández, secretario ejecutivo del Coneval, advirtió que los datos del MCS 2015 rompen la evolución histórica de las mediciones de pobreza que se han presentado desde 2008, lo que pone en riesgo los avances del Estado mexicano en cuanto a medir la pobreza con credibilidad y la toma de decisiones de política pública, lo que sería como un retroceso de 30 años en la historia del país.
Para finales del presente mes está programada la publicación de la medición de la pobreza 2015.
Al respecto, Hernández Licona expuso que se está analizando el tema de la difusión con los consejeros del Coneval y cuál será la mejor forma de proceder.
“De hacerlo, cuál es la mejor forma de que así suceda pero teniendo claro una cosa que ahorita está clarísima y es que esas cifras (MCS) no pueden ser comparables con el pasado”, agregó.
En entrevista con El Financiero, señaló que ayer se enviaron al INEGIoficios en los que se pide la explicación por escrito de los cambios que llevó a cabo en el operativo de campo para levantar el MCS 2015 y también que indique la forma en que realizará el levantamiento de campo para la Encuesta de Ingreso y Gasto de los Hogares 2016 para evitar un escenario como el actual.
El secretario ejecutivo de Coneval adelantó que se reunirán Coneval y sus consejeros con el INEGI para determinar de la mejor manera posible la parte técnica.
Hernández Licona explicó que de manera preliminar los cambios que se observan fueron en el operativo de campo y no en el cuestionario aplicado o la muestra.
Es decir, que los encuestadores del INEGI hacían dobles visitas sólo a los hogares donde se respondía en la primera vez que tenían ingresos tan bajos como mil pesos por familia, expuso.
“Los encuestadores preguntaban a las personas si además del ingreso tenían otros ingresos del tipo como programas sociales o remesas”, añadió.
El resultado de ello es que en el decil más bajo hubo un aumento de los ingresos de hasta 33 por ciento reales, es decir, descontando la inflación.
“Esto no es coherente con los datos de los ingresos de los trabajadores”, apuntó Hernández Licona.
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