La espiral inflacionaria en el aumento de los alimentos básicos golpea de manera severa a la economía familiar, sostienen las amas de casa y dicen que el salario del obrero no alcanza para comer carne, ni tomar leche, pues estos alimentos son de lujo para las familias pobres, señalan.
De acuerdo con Antonieta Anguiano y Ubalda Sánchez, el salario de un obrero no alcanza ni para un kilo de carne, la leche cuesta hasta 19 pesos un litro, además de que depende de su presentación.
Un garrafón de agua vale 35 pesos; un kilo de huevo, 28 pesos; un pasaje mínimo, 8 pesos; un pasaje en el metro, 5 pesos; un kilo de azúcar, 16 pesos; un kilo de piloncillo, 22 pesos; un par de zapatos en el tianguis, 130 pesos; un kilo de tortilla, 12 pesos, y así sucesivamente. No hay dinero que alcance para alimentar a una familia de seis integrantes que desayunan, comen, cenan, visten, pagan luz, agua y otras importantes necesidades prioritarias.
Lo grave del caso es que la mayoría de la población carece de la protección social, son subempleados dedicados al comercio informal, la falta de empleo y oportunidades de los nuevos profesionistas los obliga a dedicarse a otras actividades y muchos más buscan el sueño americano.
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