Para el primer bimestre de 2016, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que 50 por ciento de las mujeres en México percibieron como máximo dos salarios mínimos (140 pesos al día), por trabajar en promedio 37 horas a la semana.
A la par, 813 mil 913 mexicanas están desempleadas y al menos cinco millones de trabajadoras están en el sector informal.
Si bien aún no se reportan las cifras del segundo semestre de 2015, de acuerdo con el análisis de diversas economistas, ninguna de estas cifras ha variado significativamente desde 2005.
A pesar de este panorama en el mercado laboral, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) reportó un aumento a productos de la canasta básica, como el aguacate, que pasó de 20 a 28 pesos el kilogramo.
Asimismo, la bolsa de dos kilogramos de azúcar se fijó en 25.96 pesos, el kilo de limón en 12.32, y el de cebolla en 12.99 pesos; el precio promedio del kilo de pechuga de pollo aumentó a 68.14 pesos; el de pierna a 50 pesos, y el kilogramo de bistec de espaldilla a 133 pesos.
En el caso de la fruta, la manzana está entre 22 y 35 pesos el kilo; la lechuga a nueve pesos la pieza, y la papa a 23.01 pesos el kilo, por mencionar sólo algunos productos.
Cabe señalar que de acuerdo con Inegi y Profeco, la canasta básica no está compuesta sólo por alimentos, sino que incluye 80 bienes y servicios, entre los que se encuentran medicamentos, gas doméstico, jabón y otros productos para el bienestar social.
Según el análisis “México: fábrica de pobres”, elaborado por la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mientras en 1987 una persona trabajadora tenía que laborar cuatro horas con 57 minutos por día para comprar sólo los alimentos de la canasta básica; 27 años después tendría que trabajar 22 horas para adquirir la misma canasta.
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