Jaime Sánchez Susarrey
1. 2015 fue el año del campanazo de los independientes: El Bronco, Alfaro, Clouthier, Lemus, Kumamoto. Pero también fue el año de la reacción, de las leyes antibronco: Puebla, Chihuahua, Tamaulipas,
Veracruz, etc.
2. Sorpresiva e irresponsablemente la mayoría de los ministros de la Suprema Corte de Justicia convalidaron la reacción contra las candidaturas independientes, al afirmar que los congresos locales tienen derecho a legislar a su antojo.
3. López Obrador se sumó a la reacción conservadora, asumiendo su célebre teoría del complot: “Ahora que ya no les funciona el PRIAN, están buscando frenarnos con un candidato independiente, pero aunque lo disfracen, ya sabemos que es maleante y está pelón”.
4. El hecho es que las victorias de los independientes y las leyes antibronco pusieron en evidencia el doble lenguaje de los partidos: a favor de las candidaturas de dientes para fuera, pero poniendo obstáculos insalvables en los estados que gobiernan.
5. Peor, o mejor aún, según se quiera ver, la resolución de la Suprema Corte de Justicia les ofreció la coartada perfecta: solicitar un amparo, como hizo el PRI, respecto del estado de Puebla, gobernado por el PAN, a sabiendas que no le sería otorgado.
6. Llegados a este punto, la única manera de romper el doble lenguaje y frenar la ofensiva contra los independientes era y es elevar a rango constitucional las normas para las candidaturas en el plano local. Y, además, para ser verdaderamente congruentes: reducir los requerimientos para la postulación.
7. Ricardo Anaya y el PAN entendieron la coyuntura y ya presentaron una iniciativa de reforma constitucional que va en ese sentido. Se apuntaron, así, un doble tanto: a) abanderaron una iniciativa ciudadana; b) pusieron al resto de los partidos ante una disyuntiva muy simple: o se suman y la aprueban o se atrincheran en el doble lenguaje, con el costo que esto conlleve.
8. Los puntos notables de la iniciativa panista son los siguientes: para presidente el porcentaje del padrón se reduce del 1 al 0.5 por ciento; para diputados y senadores del 2 al 0.5 por ciento; para candidatos locales oscila entre 2 y 0.5 por ciento, dependiendo del tamaño de padrón; y, para todos, se fija un plazo entre 20 y 60 días para presentar las firmas. Por último, establece que los independientes deberán tener tiempo en medios electrónicos, y financiamiento público y privado.
9. La iniciativa del PAN flexibiliza, sin duda, las condiciones para los independientes y se sitúa dentro de los parámetros internacionales, que oscilan alrededor del 1 por ciento.
10. Las candidaturas independientes, como mucho se ha repetido, no son la panacea, sobretodo si se espera de ellas la desaparición del sistema de partidos o se asume que los ciudadanos postulados son ángeles puros.
11. Pero, dicho eso, tampoco hay duda que son el vehículo más simple y eficaz que tienen los ciudadanos para expresar su hartazgo contra una clase política irresponsable, ineficiente y corrupta.
12. De manera tal, que los independientes sí hacen una diferencia. La hacen El Bronco en Nuevo Léon, Alfaro en Guadalajara, Lemus en Zapopan, Clouthier en Sinaloa y Kumamoto en el distrito 10 de Jalisco.
13. La inconformidad ciudadana, expresada en Jalisco y Nuevo León, puede ser leída como un hecho extraordinario, que difícilmente se repetirá con esa intensidad y magnitud en otras elecciones, o como una ola en un mar de hartazgo, que además tendrá un efecto de demostración.
14. Lo que se puede dar por descartado es que en la próxima elección presidencial habrá uno o más candidatos independientes. El Bronco, para no ir más lejos, dejó abierta la puerta para considerar su postulación.
15. Después de la alternancia de la alternancia, y de los resultados desastrosos de los gobiernos perredistas en la Ciudad de México, los candidatos independientes son una bocanada de aire fresco que debe ser bienvenida.
16. Con un agregado fundamental: la contrarreforma de 2007 monopolizó el debate público, la información y la propaganda en el sistema de partidos, prohibiendo a los ciudadanos expresarse durante las campañas. Ahora, con las candidaturas independientes, se abre una rendija que debería dar pie a la abrogación de esa barbaridad.
Twitter: @sanchezsusarrey
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