Por SAMUEL AGUILAR SOLÍS
La pluralidad política debe buscar un proyecto mayoritario en el que se albergue el interés general, constituyéndose en el mayor reto de nuestra joven democracia que ha visto elevado su nivel de competencia y que incluye nuevos actores políticos.
La responsabilidad de enaltecer la política no excluye a ninguna fuerza política ni social, trasciende filias y fobias y obliga a la construcción de un futuro que resulta incierto en términos de los retos que se avecinan.
El entramado legal aprobado por la histórica LXII Legislatura ha sembrado en México reformas trascendentales que deben cosechar de manera urgente crecimiento económico, para generar empleos y mejorar la calidad de vida de millones de compatriotas.
La implementación de las reformas de manera rápida y eficiente, con una gestión gubernamental trasparente deben dirigirse a combatir la pobreza y la desigualdad, y lo anterior pasa por el diseño de nuevas reformas o bien de actualización de las mismas ante un escenario internacional adverso.
Los jóvenes de distintas generaciones a quienes las oportunidades les han sido negadas –tanto en el mercado laboral y en el ámbito académico– deben centrarse en la imaginación y empeño de toda la clase política.
Únicamente con resultados será posible la gobernabilidad, resultados traducidos en oportunidades de trabajo, educación y seguridad. La necesaria creación y fortalecimiento de la ciudadanía deben converger con los resultados para elevar la calidad de nuestra democracia.
Todas las fuerzas políticas representadas en la Legislatura que iniciará sus trabajos este 1 de septiembre deben aportar para vivir en un auténtico Estado de derecho que permita desarrollar las condiciones que generen inversión, que la sociedad viva en paz y armonía y que la procuración y administración de justicia se aplique sin distingos.
El reto inmediato se vislumbra complejo. El análisis, discusión y aprobación del paquete económico para el ejercicio fiscal de 2016 deberá aumentar el consumo de las familias y de las empresas para elevar en términos reales los ingresos y vigorizar el mercado interno.
De ese tamaño es el reto inmediato de la LXIII Legislatura que inicia incompleta por la anulación de un distrito en Aguascalientes por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Reto impuesto con mayor rigor para los senadores que ya cuentan con una vasta experiencia en el arduo trabajo legislativo. Reto que asume un diputado independiente que hace historia llegando desde Sinaloa a la Cámara de Diputados obteniendo la victoria después de que desde 1946 se establece en México el derecho exclusivo de los partidos políticos para el registro de candidatos a cargos de elección popular, en un contexto de sistema de partidos consolidado, plural, competitivo, pero con crisis de legitimidad y de representación.
El reto se vislumbra como una oportunidad para la reactivación de la economía, la transparencia, el combate decidido a la corrupción y la trasparencia que demanda la sociedad y que la aleja de la clase política. Apuntalar desde el Congreso un gobierno abierto, coadyuvará sin duda a fortalecer nuestro sistema político.
México no puede esperar para obtener resultados en el combate a la desigualdad y la pobreza. La primera oportunidad se presenta el 8 de septiembre, fecha límite en que se deberá entregará el paquete económico con un enfoque de base cero (se conoce ya el recorte y la fusión de programas federales). No hay tiempo que perder, los ciudadanos estaremos atentos.
Twitter:@SamuelAguilarS
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