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miércoles, 19 de agosto de 2015

La ‘gran devaluación’ del peso mexicano

Por Víctor Piz




El peso acumuló una depreciación nominal ante el dólar de 27.5 por ciento de finales de mayo de 2014 a mediados de agosto de 2015, según datos del Banco de México (Banxico).

Pero si se descuenta la inflación acumulada en ese periodo, la depreciación del tipo de cambio es del orden de 24 por ciento en términos reales.

Dada la magnitud del ajuste cambiario, podría decirse que esta es la primera ‘gran devaluación’ de la moneda mexicana ante la divisa estadounidense.

En la historia de México, probablemente es una de las depreciaciones más significativas del tipo de cambio en términos reales.

Sin embargo, no ha tenido el efecto inflacionario de los ajustes cambiarios de otros años, cuando éstos desembocaron en alzas de precios y en presiones sobre los salarios y las tasas de interés.

Hasta ahora, la depreciación del peso ha tenido un efecto limitado sobre los precios y no ha contaminado las expectativas de inflación.

En el artículo que publicó en Reforma el domingo pasado, el gobernador del Banxico Agustín Carstens señaló que “hay un fenómeno global de apreciación del dólar estadounidense; no es algo que sólo afecte a México [que] no está entre el grupo de países más golpeados…”.

Una gran diferencia con el pasado es que antes el peso se devaluaba frente a todas las monedas y esta vez sólo está depreciándose ante una divisa.

Si se observa y compara en una gráfica, el peso ha tenido prácticamente el mismo comportamiento del dólar canadiense ante el estadounidense.

“El dólar canadiense es el peso del norte”, dijo recientemente el economista Alejandro Reynoso al explicar el ajuste cambiario.

En el mismo ejercicio gráfico, el peso se ha mantenido estable frente al yen japonés y el dólar canadiense en los últimos tres años.

Todas las monedas se han depreciado ante el dólar, dada la expectativa de un pronto inicio del ciclo de alzas en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos.

La apreciación sostenida y generalizada de la divisa estadounidense es lo que marca la diferencia.

No es una devaluación normal, sino que es un ajuste de casi todas las monedas del mundo ante el dólar.

Por lo pronto, ¿qué podemos esperar en México si el peso continúa depreciándose?

La expectativa de los analistas y del mercado es que el Banxico incrementará su tasa de referencia después de que la Fed aumente la suya.

Conforme al calendario de reuniones de política monetaria, y según el consenso, la Fed subirá su tasa de interés el jueves 17 de septiembre y el Banxico hará lo mismo dos días hábiles después, el lunes 21.

Pero podría adelantarse a la Fed si Carstens y los otros cuatro miembros de la Junta de Gobierno advierten riesgos para la inflación y/o la estabilidad financiera del país derivados de la depreciación del peso.

La decisión puede ser unánime o tomarse por mayoría, es decir, por votación dividida como en la pasada reunión de política monetaria del Banxico.

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