“Pues ante todo sorprendido, un poco así como que todavía no me cae el veinte. A las 5:00 de la mañana algún amigo de Morelia me llamó que estaba oyendo las noticias de Radio Vaticana, entonces le dije: esto no puede ser verdad, pero después de unos minutos me llamó el nuncio para decirme: ‘estoy oyendo de labios del Papa que usted es nuevo cardenal’”, dijo Alberto Suárez Inda.
Reconoció que su nombramiento es un regalo del papa Francisco hacia la diócesis de Morelia y un signo de confianza hacia su persona para trabajar en conjunto en su misión de ser un instrumento para la reconciliación.
“Que lo veamos como un cariño del Papa hacia esta región de México, hacia esta diócesis de Morelia, como un signo de confianza para su servidor, pero más que nada también como una nueva etapa en la vida cristiana de todos.”
Hasta la casa del ahora cardenal llegaron sus sobrinas y amigos desde Celaya, Guanajuato, quienes se mostraron felices por el nuevo cargo de Alberto Suárez Inda.
Rosa María Suárez de Mendoza, sobrina de Alberto Suárez Inda, dijo sobre el nombramiento de su tío que “estamos muy contentos, toda la familia venimos a saludarlo, a darle un abrazo, porque es una gran noticia para todos, saber que mi tío va a ser cardenal, es la coronación ya de su gran trayectoria como un pastor y un líder en la Iglesia”.
Angelina Sánchez Ontiveros, madre superiora de las Hermanas de Cristo Pobre, de Celaya, Guanajuato, quien trabajó hace más de 30 años con Alberto Suárez Inda, se mostró contenta.
“Se me hace una cosa maravillosa que se haya fijado en nuestra nación y en el señor Beto, que es tan querido y tan estimado desde el tiempo que nosotros lo conocimos en Celaya y en Morelia por su gran capacidad”, expresó.
Alberto Suárez Inda aceptó su ministerio y pidió las oraciones de los fieles católicos para ser de ayuda al papa Francisco en su tarea de llevar el mensaje de esperanza y hermandad.
Con porras y aplausos fue recibido en su domicilio por su familia y amigos que llegaron desde Celaya para felicitarlo.
En tanto, el cardenal Norberto Rivera Carrera se congratuló por la designación de los cardenales en varios países y en particular celebró la del arzobispo Alberto Suárez Inda.
“Hoy damos gracias a Dios por la designación de cardenales que hizo el Santo Padre Francisco, especialmente damos gracias a Dios porque nuevamente ha puesto sus ojos en nuestra patria, en México, nombrando a monseñor Suárez Inda, arzobispo de Morelia –don Alberto– como un nuevo cardenal de la Iglesia católica”, dijo al oficiar su primera misa dominical del año en la Catedral Metropolitana.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) también aplaudió el nombramiento e indicó que “es un gesto de amor y cercanía con nuestra patria” que tuvo el obispo de Roma con los mexicanos.
Precisó que el Papa realizará el acto de nombramiento de Suárez Inda como nuevo cardenal de la Iglesia católica durante el próximo consistorio del 14 de febrero en el Vaticano.
“Con emoción y alegría, la Conferencia del Episcopado Mexicano felicita a S.E. Mons. Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, a quien en este día el Santo Padre ha anunciado que nombrará nuevo cardenal de la Iglesia católica en el próximo consistorio del 14 de febrero. Los obispos de México, agradecidos con Dios Nuestro Señor por este don, expresamos nuestra gratitud al papa Francisco por este gesto de amor y cercanía a nuestra patria. Felicitamos a la Arquidiócesis de Morelia por esta distinción y pedimos a Santa María de Guadalupe que interceda por nuestro nuevo cardenal, cuya generosa labor pastoral reconocemos con gratitud”, emitió la CEM.
La designación como cardenal del obispo mexicano, proveniente de una arquidiócesis que nunca antes había tenido un purpurado, fue una de las sorpresas en la lista de los futuros “príncipes de la Iglesia” anunciada por el Papa.
Alberto Suárez Inda nació en Celaya, México, el 30 de enero de 1939.
Realizó estudios eclesiásticos en el Seminario de Morelia y en la Universidad Gregoriana in Urbe, donde estudió Filosofía y Teología.
Se ordenó como sacerdote el 18 de agosto de 1964 en la Arquidiócesis de Morelia y al crearse la diócesis de Celaya el 13 de octubre de 1973 pasó a formar parte del clero de la nueva circunscripción.
El 5 de noviembre de 1985 fue nombrado obispo de Tacámbaro.
El 20 de enero de 1995, el papa Juan Pablo II lo nombró como el octavo arzobispo de Morelia. Además fue vicepresidente de la CEM durante dos periodos, entre 2004 y 2009.
Y fue también presidente de la Comisión del Episcopado para la Conmemoración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana.
La elección del arzobispo de Morelia es ya una sorpresa en sí, considerando que la arquidiócesis mexicana de Monterrey era históricamente cardenalicia y el Papa podía haber elegido a Rogelio Cabrera López como purpurado.
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