En Ecatepec Dramática vida de madre e hijo ancianos

92 años y 17 hijos son el referente de la señora Rosa Fragoso Rodríguez, quien junto con su hijo,Daniel Hernández Fragoso. de 64 años de edad, invidente y padre también de 7 hijos, exhiben públicamente su pena al tratar de subsistir de la mendicidad en un cruce vial de Ecatepec

Por Juan Manuel Padrón Lara

Ecatepec, México.- Ella, doña Rosa, muy lucida dice ser nativa de Guadalupe Victoria y justifica el desinterés y abandono de sus hijos por velar por ella, cuando comenta al reportero, “ellos también son pobrecitos y tienen que mantener a sus familias”.

Mientras su hijo Daniel, quien con un bote en mano pide unas monedas a los automovilistas escucha el diálogo y pregunta ¿es usted del gobierno? Al mismo tiempo con entereza, sin demostrar alguna tristeza, recuerda que por una enfermedad perdió la vista y ahora vive al lado de su madre.

Cuando le preguntó a doña Rosa por sus hijos lacónicamente responde, “ellos ya hicieron su vida”.

Ambos aceptan la charla con el reportero, pero piden apoyo, reconocen que enfrentan graves problemas económicos para subsistir, dejan entrever su deseo de recibir alguna ayuda institucional porque a la fecha, aseguraron, nada han recibido.

Madre e hijo, claramente se observa que su vida se desarrolla en un ambiente de pobreza extrema; ella, insiste en señalar que es nativa del pueblo de Guadalupe Victoria, municipio de Ecatepec, pero omite tácitamente dar la razón por la que sus hijos los han abandonado.

Refieren que viven por el rumbo de la Joya, en las laderas de la Sierra de Guadalupe, pero no saben o tal vez se niegan a dar un domicilio formal, porque prefieren puntualizar que en el crucero de la carretera Lechería-Texcoco y avenida Chopo se les puede ubicar.

La situación de estas personas, es tal vez otro punto de referencia cuando se han perdido los sentimientos y el cariño a los padres, como consecuencia de la descomposición del núcleo familiar.

Son 17 hijos de doña Rosa, de 92 años de edad y siete de Daniel, su hijo de 64 años, que sumados hacen un total de 24 seres que se han olvidado de quienes les dieron la vida.