Ecatepec, Edomex. (Pobreza).- Xalostoc y sus colonias con denominaciones de santos como San José ó San Miguel, municipio de Ecatepec, es una comunidad que por circunstancias de la vida sus habitantes provienen de cualquier punto de la república y en las ultimas fechas también de países centroamericanos como consecuencia de que muchos migrantes permanecen en la zona.
La inseguridad es galopante tanto que se vieron obligados a instalar vinilonas con leyendas de que a quien se le sorprenda robando serán linchados ante la ausencia de personal de seguridad.
Existen núcleos de población muy significativos como el de los ferrocarrileros que al privatizarse este importante e histórico transporte, las familias de los integrantes de las cuadrillas itinerantes que se dedicaban a la reparación y mantenimiento de las vías, hoy ya son residentes fijos, aun cuando lo hacen en viejos vagones que adaptaron para fincar sus hogares.
La zona de Xalostoc que fuera alguna vez un importante bastión industrial de Ecatepec, hoy ha sido desplazada por domicilios particulares donde se puede observar diferentes construcciones desde algunas casas de varios niveles hasta humildes viviendas construidas con materiales de construcción de desecho.
En las márgenes de las vías se pueden ver las modestas casas y el apilamiento de desechos de plástico como PET ó bien vidrio, que seguramente sirven para comercializarse como una manera de allegarse recursos económicos.
Pese a que en la zona de alta marginación se carece de servicios básicos como agua, drenaje, entre otros, quienes viven en los vagones se sienten arraigados en la zona de vías del ferrocarril en Xalostoc.
Un hombre mayor que accedió a platicar con el reportero dijo sentirse a gusto en ese lugar, pese que su casa es un vagón y que vive bajo la zozobra de que algún día se lo puedan quitar. Esta persona que dijo ser originario del estado de San Luís Potosí y ser jubilado de Ferrocarriles Nacionales de México, manifestó que ahí seguirá viviendo hasta que dios quiera.
Una dama que también vive en un vagón platicó el mundo difícil en que viven los migrantes centroamericanos cuando llegan a ese lugar, “ duermen en la vía, hacen sus necesidades en cualquier lugar e inclusive dejan abandonada su ropa sucia”.
Reconoce que a raíz de que retiraron la llamada casa del migrante que el ayuntamiento perredista había instalado a un costado de las vías, ha bajado la afluencia de centroamericanos en la zona.
Otra persona que se acercó a la plática que se tenía con el reportero comentó que tal vez la carencia de dinero los obligaba a pedir en las casas alimentos, y no lo dude que ellos mismos delinquían.
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