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lunes, 7 de mayo de 2012

TEMA LIBRE

Por I. León Montesinos

Candidaturas bajo la lupa

Bedolla, evitar motines a bordo

La ilusoria unidad de las “izquierdas”


Ecatepec, Edomex. (Elecciones 2012).- Insistimos: es imprescindible que el PRI y el resto de los partidos envíen a la sociedad ecatepequense un mensaje propositivo que aliente una participación ciudadana, consciente y reflexiva en el próximo proceso electoral. El municipio más grande de Latinoamérica, y su más de millón y medio de habitantes con infinidad de carencias y problemas por resolver, lo merecen.

En nuestra pasada entrega analizamos la serie de eventos que han sucedido en Ecatepec y que llevan a suponer, más allá de las meras especulaciones, que en el municipio sus actores electorales deben hacer un alto y retomar a la política como un instrumento de auténtico servicio a la sociedad y no como un trampolín a sus intereses personales o de sus grupos de poder.

La muerte violenta, al más puro estilo de las ejecuciones, de Miguel Ángel Barrera, quien era candidato a Primer Síndico en la planilla del Pablo Bedolla López, y el ataque con bombas molotov, a plena luz del día, a un inmueble propiedad del también candidato del PRI a la diputación federal del X Distrito y ex alcalde sustituto, José Luis Cruz Flores Gómez, son malas señales para una sociedad hastiada de la inseguridad y la violencia. Sobre todo si las autoridades no dan respuestas claras y puntuales.

Hace tres años, el PRD sufrió una aparatosa derrota electoral, amén de la guerra intestina de sus tribus, sin duda por dos factores de peso: el primero, el innegable carisma y compromiso político del entonces candidato y hoy gobernador del Estado, Eruviel Ávila; y, segundo el desbordado problema de la inseguridad que se generó por la irresponsabilidad en la materia del entonces alcalde saliente, José Luis Gutiérrez Cureño, y que colocó a Ecatepec en la nada honrosa categoría de ser uno de los municipios a nivel nacional, líderes en robo de autos. Una sociedad llevada a los límites del hartazgo también por los robos a casa habitación, el crecimiento del narcomenudeo y sus violentas consecuencias, le dio la espalda de manera absoluta al PRD.

Los políticos de todos los partidos ya deben saber a la perfección que el voto del electorado ecatepequense no es propiedad absoluta de ninguna fuerza política. Y si bien un gran número de analistas coinciden en que si en el 2000 el llamado efecto Fox, favoreció al PAN y hace unos años el efecto “Peje” inclinó la balanza a favor del PRD, la inercia que ha generado en todo el país el efecto “Peña Nieto”, permite visualizar un triunfo priísta.

La pregunta es: ¿Cómo es la forma en que quieren lograrlo? ¿Sudando con los porcentajes de votación? ¿O demostrando que el PRI es un partido con unidad real y proyecto social viable y sólido?

Si bien del lado de las llamadas “izquierdas” la palabra unidad se ha vuelto un símil de la Torre de Babel, para los priístas el tránsito a la integración de su planilla tampoco ha sido terso, y sin duda que los acomodos de última hora dejaron no muy satisfechos a muchos que se abrogan algo así como un título de propiedad partidista que han usufructuado desde años, sintiéndose además con el derecho de heredarlo en familia.

Hace una semana establecimos los por qué considerábamos como un candidato destinado a obtener un inmerecido fuero a José Luis Cruz Flores Gómez, polémico hasta la pared de enfrente por sus enredos políticos y administrativos no exentos de presumibles quebrantos oficiales y cochupos. Seguramente más de un priísta dejado a la vera del camino de las nominaciones en Ecatepec, se sigue preguntando cómo fue posible el ascenso a la candidatura del ex funcionario, cuando hace apenas unos meses estaba en el ojo del huracán de las suspicacias y en un sospechoso ostracismo político.

Habrá que preguntarse, como lo hacen muchos cuadros de las organizaciones del tricolor marginadas de los espacios políticos, si algunos de los que se piensan “indispensables” en el PRI, contribuirán realmente a sacar adelante una elección entorno a su candidato. Todavía existen resquemores de que algunas de estas “divinidades” políticas y sus seguidores nadarán “de muertito” en el proceso que se avecina pues siguen no muy conformes con lo que su partido “tuvo a bien darles”, según su criterio.

COMENTARIOS EN RELACIÓN.- Tales pueden ser casos como el del actual diputado federal, José Cirino Valdés Hueso, quien al desempeñarse como Secretario de la Comisión de Hacienda de la LXI Legislatura en San Lázaro, y haber sido ubicado como uno de los operadores cercanos al ex gobernador Emilio Chuayffet, se consideró el mejor prospecto al ayuntamiento. El enojo del legislador, dicen sus cercanos, es doble porque además de perder la nominación a la alcaldía fue prácticamente “bajado” de la candidatura por el distrito XLII, la cual recayó en el dirigente de la Sección 36 del SNTE, Alberto Hernández Meneses. A pesar de que sus huestes amenazaron con tomar el PRI, iniciando acciones de protesta que contemplaban acudir hasta Toluca, el hijo del ex alcalde, Josué Valdés Mondragón, debió apechugar aceptando ser incluido al cargo como Segundo Síndico. Entre su equipo se insiste que el enojo tomó forma de “empacho”, por lo que su participación será marginal, a un nivel de bajo perfil.

Otro de los diputados federales que corrió suerte similar es José Luis Soto Oseguera, quien tampoco logró la joya de la corona y debió conformarse con ser incluido como candidato a Primer Regidor. Al igual que Valdés Hueso, la designación le viene de herencia pues su padre, el zar gasero, José Soto González, ha ocupado todos los cargos habidos y por haber, entre ellos el de ser líder regional de la CTM. Las bases del PRI han visto absortas como el clan de los Soto, aunque tiene sus raíces familiares en Atizapán, donde siempre han vivido, aunque el diputado Soto Oseguera, cambió su residencia a la exclusiva zona de Condado de Sayavedra, siempre han utilizado a Ecatepec para sus fines políticos.

Fuentes cercanas al poderoso clan aseguran que el padre metió al vástago a la política más contra su voluntad que por su gusto, pues no hay que olvidar que hace unos años el hoy diputado federal, era propietario de la cantina “La Catrina” que se ubicaba en la Vía Morelos, a la altura de Tulpetlac, en un local que por cierto, era propiedad de Marco Antonio González, viejo amigo de su padre, y actual legislador local. El cuestionamiento que se hacen una y otra vez muchos priístas de hueso colorado del municipio, es justo: ¿Qué han hecho los Soto por Ecatepec? ¿Acaso no hay mejores prospectos para ocupar sus cargos con un mayor compromiso social?

En esto de las herencias políticas también debemos señalar a Luis Felipe Vázquez Guerrero, candidato a Segundo Regidor. El ex Director de Desarrollo Económico es hijo del ex alcalde Mario Vázquez Hernández, quien actualmente ocupa el cargo Director de Gobernación de la Subsecretaría General del Estado de México, para la zona que abarca municipios tan importantes como Ecatepec, Neza, hasta Amecameca.

El clan de los Vázquez es otro de los casos polémicos, cuya ambivalencia política no es fácil de explicar a los priístas ecatepequenses. La esposa del ex presidente municipal, Marcela González Salas, disputó en su momento la nominación a la alcaldía a sus ex compañeros de partido como el propio Eruviel Ávila. Cuando le fue negada adoptó una actitud tan beligerante que terminó renunciando al PRI, razón por la cual llegó a diputada federal por el PRD, desde cuya curul se dedicó a despotricar contra su antes amado partido.

Por una curiosa, extraña y convenenciera mutación, los hijos del clan Vázquez y su madre adoptiva, retornaron a las filas de la institucionalidad al grado de que el gobernador Eruviel Ávila, elevó al cargo de titular del Sistema de Radio y Televisión Mexiquense a la ex legisladora, mismo al que renunció hace unos días para integrarse, según anunció, a la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente. Aunque en realidad se comenta que el puesto le quedó demasiado grande.

Pero también el actual Primer Síndico del ayuntamiento, Juan Adrián Ramírez, no se quiso quedar atrás y peleó en heredad la tercera regiduría para su hijo del mismo nombre, quien por cierto se vio envuelto en un hecho de sangre registrado en el Bar Verona, hace un año, por el rumbo de Ciudad Azteca. Ha trascendido que el hoy joven candidato se encontraba en compañía de su primo cuando un comando armando irrumpió en el lugar. Aunque el hijo y el sobrino del ex diputado federal y síndico, lograron huir del lugar, el segundo fue alcanzado por los sicarios, quienes le dieron muerte cuando se ocultó debajo de un automóvil. Aunque se ha tratado de minimizar el asunto, el móvil, se dice, fue por un ajuste de cuentas. Priístas que conocieron del penoso caso se opusieron a la nominación, por las implicaciones que a futuro podría tener a la imagen del partido. Empero, y a pesar de que el caso no quedó del todo resuelto, se optó por hacer valer las herencias sobre los razonamientos y consensos.

También de chile y de dulce, la familia Maya ha sabido utilizar la presión y el chantaje políticos para conservarse dentro del poder y de la nómina oficial. Tal es el caso de la candidata a la Cuarta Regiduría, Maricela Maya Pineda, para variar, hermana de la actual Primera Regidora, Bertha Maya Pineda, quien a su vez es hermana de Isabel Maya Pineda, ex panista que en tiempos de Arturo Montiel, abdicó a su sangre azul panista para declararse como diputada independiente, convencida, por el entonces operador y líder del PRI, Isidro Pastor. Las Maya han sabido aprovechar su camaléonica posición para no ceder ni un ápice en sus privilegios. Cabe señalar que las bases priístas nunca las han visto con buenos ojos.

De los que también heredarán su ínsula de poder lo es el actual diputado local por el XXI Distrito, Marco Antonio Gutiérrez Romero, cuyo hijo, Juan Manuel Gutiérrez Ramírez, actual regidor, va como candidato por el mismo distrito.

El diputado federal, José Alfredo Torres Huitrón, brincará al Congreso Local. Inscrito para contender por el XXII Distrito, el hijo de don Alfredo Torres Martínez, fundador del Grupo Río de Luz y padre político del hoy gobernador Eruviel Ávila, no logró acceder a la nominación para la alcaldía, pero se le ubica como seguro candidato en tres años en que las condiciones electorales sean más adecuadas a su perfil político. Actualmente su padre ostenta el cargo nada menos que de Secretario de Desarrollo Urbano del Gobierno del Estado, lo que habla de la afinidad del viejo político con el mandatario estatal.

Por el Distrito Local XXXIII llega nuevamente el dueño absoluto de Tecamac, Aaron Urbina, un político que muy pronto podría ingresar al Record Guinness por el número de cargos que ha ostentado desde hace años. Dos veces alcalde, va por su tercera diputación. En su momento, fue de los tránsfugas del PRI y se enroló, por pura conveniencia personal, a las filas del panismo, al cual, como Isabel Maya, renunció ante el acogedor Canto de las Sirenas del PRI. Urbina es el artífice e impulsor del proyecto mediante el cual se le arrebataron a Ecatepec mil 200 hectáreas de territorio correspondientes a los pueblos de Santa María y Santo Tomas Chiconautla. De hecho, sobre lo que ahora se levanta el plan habitacional de los Héroes Tecamac, eran superficies que hace años pertenecieron a Ecatepec. Irónicamente, los allegados del moderno cacique dicen que Aaron no es de Tecamac, sino que “Tecamac es de él”. Lamentablemente, una verdad de 18 kilates.

COMENTARIOS A RAZONAR.- Por tales situaciones, podemos interpretar la candidatura de Pablo Bedolla López, como la de un capitán a bordo de una bien equipada nave, con una probada experiencia, un auténtico Lobo de Mar, pero con el problema de meter en cintura y en un férreo plan de trabajo, a una tripulación caracterizada por tender a insubordinarse y no acatar órdenes.

Debemos entender que la de Ecatepec será sin lugar a dudas una muy importante batalla electoral que contribuirá en buena medida a ganar una guerra política de proporciones nacionales. Razones que estarán del lado de Bedolla para hacer entrar en razón a todos aquellos que intenten cruzarse de brazos y tenderse al sol en la cubierta, despreocupados por llevar la nave a buen puerto. Aún más, echar por la borda a aquellos que intenten el menor motín.

Como señalamos en la pasada semana, los priístas deben entender que está en juego una Presidencia de la República. Y desde los altos mandos del cuarto de operaciones del candidato Enrique Peña Nieto, como del gobernador Eruviel Ávila, debe darse luz verde al capital Bedolla para que haga los ajustes y reconvenciones necesarias, evitando en lo posible, imprevistos en la campaña que está por iniciar.

COMENTARIOS INEVITABLES.- Problemas familiares o consecuencias lógicas de un rompimiento que no tiene marcha atrás en la cada vez más ilusoria e imposible unidad de las “izquierdas”, lo expresado en su Facebook por Gabriel Gutiérrez Cureño, hermano del ex alcalde José Luis Gutiérrez, y candidato del PRD a diputado federal por el Distrito XI, es inapelable: “Y de algo estoy seguro, no puedo estar del lado de los que la ambición desmedida e inescrupulosa, o el despecho personal los llevan a poner el riesgo el triunfo de la izquierda en Ecatepec, y por consiguiente de AMLO en el EdoMéx”.

Lo anterior en alusión a una foto subida a las redes sociales donde Gabriel Gutiérrez le levanta la mano en un acto público a su ex cuñada, Claudia Castello Rebollar, precandidata del PRD a la alcaldía. Y como en política, la regla de oro dice que “la forma es fondo”, es claro que la actitud mesiánica y de perdonavidas que ha mostrado el ex munícipe, lo ha distanciado hasta de su propia familia, lo que implica que aún cuando las encuestas le favorecieran, sería un candidato destinado al autoexilio del resto de las corrientes políticas, o mejor dicho, un excelente candidato…!pero al fracaso¡

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