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jueves, 3 de septiembre de 2015

Diario de Tecamac

Chuayffet: adiós a la SEP

La foto lo muestra con una sonrisa triste. Emilio Chuayffet no abandonó el cargo de secretario de Educación Pública por voluntad propia; fue otra pieza de recambio en los juegos del poder. Cierto, su salud había mermado en los últimos meses, estuvo ausente de la oficina por varias semanas, mas regresó con brío para acompañar al presidente Enrique Peña Nieto a abrir el inicio de cursos en Guerrero.




Quizás dentro del gabinete presidencial, Emilio Chuayffet era quien mejor encajaba con las máximas de Max Weber, en “La política como vocación”. No sólo en la Secretaría de Educación Pública, sino en todos sus cargos anteriores mostró aspiraciones de trascender, ponía pensamiento y horas —bastantes cada día— a las tareas que emprendía. Tal vez él quisiera identificarse como un hombre de Estado, porque siempre pretendió mantener o ampliar el poder de las instituciones en las que sirvió.
Chuayffet es un hombre de partido, fiel a la ideología del nacionalismo revolucionario, primero; luego aceptó las premisas del liberalismo social en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari y se adaptó a las consignas que emergieron de la casa presidencial cuando hospeda a un cuadro emanado del Partido Revolucionario Institucional, como Enrique Peña Nieto.
Por cuestiones profesionales, seguí de cerca el desempeño de Emilio Chuayffet en la SEP. Tan pronto como tomó posesión del cargo, empuñó la encomienda de la Reforma Educativa como si fuera una misión de la que dependiera el futuro de la nación. Sus primeras piezas discursivas lo mostraban apasionado. “El Estado perdió el control de la educación”, afirmó. “La SEP es un archipiélago”, dijo. Y retomó el mensaje presidencial como una orden suprema: “Recuperar la rectoría de la educación”.
En casi 32 meses, la reforma que diseñaron los autores del Pacto por México no tuvo reposo. Emilio Chuayffet tomó con pasión la tarea. Si bien la autoría de las reformas al artículo tercero de la Constitución fue colectiva y tanto el Partido Acción Nacional como el Partido de la Revolución Democrática aportaron ideas, el secretario de Educación Pública condujo la redacción de los primeros borradores de las leyes secundarias. No es que me gustaran las porciones punitivas del proyecto de la Ley General del Servicio Profesional Docente, pero sí mostraron el empeño que el secretario puso en conseguir las metas que le encargó el Presidente.
Las cosas iban bien. El gobierno puso en la cárcel a Elba Esther Gordillo y desarmó la oposición a las reformas que ella quería encabezar como una “guerrera”. Lo que abrió el camino a que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación empuñara las banderas en contra de las reformas. Con argucias y constancia, los disidentes lograron sembrar dudas en el magisterio acerca de la Reforma Educativa.
Vinieron los errores de septiembre de 2013. Justo después de que el gobierno, el Presidente y el secretario de Educación Pública en primerísimo lugar, festejaban la entrada en vigor de las nuevas leyes y las enmiendas a la Ley General de Educación, el subsecretario Luis Miranda, de la Secretaría de Gobernación culminó las negociaciones con los disidentes.
Además de conceder prebendas por encima de la ley a los maestros de la Sección 22, de Oaxaca, esas negociaciones rebajaron la tarea del secretario de Educación Pública. El Presidente, por más que dijera que no habría paso atrás en la reforma, no apoyaba las apuestas radicales de Chuayffet. Confiaba más en las viejas tácticas priistas de calmar a los opositores con dinero público, y canonjías a los dirigentes, en lugar de bregar por el imperio de la ley.
Había pugnas interburocráticas y el Presidente se inclinó por la Segob. Quién sabe si en privado reconvino al secretario Osorio Chong por asegurar que la Reforma Educativa tenía lagunas. Claro, él lo hizo para justificar la intervención de la Segob, pero depreció la figura política de Chuayffet y del gobierno mismo.
No hago una apología de Chuayffet. En más de 50 artículos en Excélsior y en piezas académicas critiqué lo que consideraba errores, falta de visión o desmesuras. Pero reconozco que tuvo aciertos —cumplió buena parte de las encomiendas— y dice adiós a la SEP justo en el momento en que llega el tiempo de la cosecha. La diosa fortuna, diría Maquiavelo, le jugó una mala pasada.

Al sexenio le quedan tres años y al país muchos más

POR VALERIA MOY



Cortar el sexenio a la mitad resulta atractivo para evaluar los logros obtenidos. Hoy nos inundaremos de datos y trataremos de dilucidar si las cosas van bien o no. Compararemos con otras administraciones y mezclaremos coyunturas económicas distintas. Sabremos cuántas tablets se repartieron y cuántos emprendedores recibieron apoyo; cuántas canastas alimentarias se dieron y cuántos kilométros de carreteras se añadieron.

Me parece importante detenerse y observar el camino andado. Me parece todavía más importante analizar si el camino andado va en el mismo sentido del lugar al que queremos llegar, para corregir el rumbo de ser necesario. Es justo en este marco temporal, cuando el presidente decide hacer una pausa y ajustar su equipo. Se necesitaban hacer ajustes; desde hacía ya tiempo se le demandaba al presidente reconfigurar sus piezas, considerando los resultados obtenidos.

Los cambios se dan justo a la mitad de la administración. Dice el presidente en sus anuncios que “hoy tenemos claro lo que está funcionando, y tiempo para cambiar lo que debemos corregir”. También, en los mismos anuncios, señala que hay tres grandes obstáculos que frenan al país: 1) la corrupción, 2) la desigualdad y 3) un entorno económico global adverso. Coincido en los tres, no creo que sean los únicos, pero sin duda creo que son temas que nos detienen. En los mismos anuncios nos dice el presidente que todavía hay tiempo para cambiar lo que tenemos que corregir. Siguiendo con sus mismas preocupaciones, yo entendería que hay que atender justo esos tres ejes.

Supongo, entonces, que en el Informe estarán las acciones que se han llevado a cabo para el combate a la corrupción. En los tres años que lleva esta administración han habido enormes escándalos de corrupción que involucran al presidente y a su equipo más cercano. Si éste es uno de los mayores problemas que nos aquejan como país, habría que combatirla. La corrupción tiene un costo económico importante. Hay actividad económica que no llega a existir, negocios que no nacen y empleos que no se dan, por el incremento en costos y la incertidumbre que genera la corrupción. Parece ser que no estamos dispuestos a tocar ese tema.

El presidente nombra a un subordinado para que lo investigue y evidentemente no nos sorprende que no se encuentre nada que vincule al presidente con un posible conflicto de interés. Pero lo que llama más la atención es que no haya más voces que reclamen con más ahínco un combate a la corrupción. Tal vez se deba a que la corrupción está tan entretejida en toda la sociedad que nadie puede tirar la primera piedra. No es un problema cultural. Es un problema antiguo, profundo y enmarañado que atañe a todas las capas de la sociedad. No es lo mismo.

El presidente menciona que es uno de los pendientes de su administración. Sin embargo, el mismo día que oigo los anuncios en el radio, se hacen cambios en el gabinete que sin duda refrescan el juego político, pero que no hacen absolutamente nada por atacar este eje. No hay ningún cambio, en ningún nivel, que responda a una clara rendición de cuentas por conflicto de interés. Es más, ni siquiera sabemos con claridad qué constituye un conflicto de interés.

México enfrentará, en lo que resta del sexenio, condiciones externas adversas. Una Europa estancada inundada de liquidez que no se traduce en producción. China, la segunda economía del mundo, con una crisis cuya magnitud todavía no alcanzamos a dimensionar. Petróleo barato por muchos años. Nuestro motor externo será Estados Unidos, que afortunadamente muestra signos de recuperación.

Internamente tenemos las reformas. Las tan anheladas y citadas reformas, cuyos resultados esperamos que se empiecen a materializar pronto. Sin embargo, el discurso de las reformas no será suficiente. Hay que hacer más. Hay que reconocer las cosas que no están funcionando y cambiarlas. No hay que esperarse al siguiente año, ni a los siguientes 100 días, ni a ningún día emblemático. Los cortes de caja se tienen que hacer diario.

Al sexenio le quedan tres años. Pero al país le quedan muchos más. Hay que aprovecharlos todos.

La autora es profesora de Economía en el ITAM e investigadora de la Escuela de Negocios en Harvard.

Twitter: @ValeriaMoy

Annus horribilis

Pascal Beltrán del Río 02/09/2015 02:53


La última vez que un Presidente de la República pudo rendir su Informe de Gobierno anual desde la tribuna de San Lázaro fue en 2005, hace una década.
Al año siguiente, la oposición impidió la entrada de Vicente Fox al Palacio Legislativo y se inauguró la etapa de los mensajes presidenciales pronunciados desde la comodidad de un recinto en el que no ha habido un solo invitado indeseado.
De esa manera se perdió la oportunidad de que el informe fuera un acto de rendición de cuentas. Pasamos del Día del Presidente –como era el 1 de septiembre en los tiempos del autoritarismo– al día sin el Presidente.
¿Ganó algo el país? Fuera de quienes confunden los actos cívicos con las manifestaciones, y los argumentos con la majadería, creo que no.
Hoy el Informe de Gobierno es el mensaje que el Presidente pronuncia entre sus invitados (y no el tabique de papel que, por formalidad, se entrega al Congreso de la Unión).
Así que, en los hechos, el informe se rinde el 2 de septiembre. Ese día, la clase política, los medios y algunos académicos –quizá nadie más– esperan lo que puede decir el Ejecutivo, de forma directa o entre líneas, sobre cómo ve el país y cómo se ve a sí mismo.
Creo que estamos frente a una tradición en vías de implantarse, pues dudo que podamos volver a ver pronto a un Presidente en San Lázaro, salvo para la toma de posesión, cada seis años (y eso ni siquiera es ya obligatorio).
Hace un año, el presidente Enrique Peña Nieto veía distinto al país y se veía distinto a sí mismo.
Acababa de bajar el telón del periodo de reformas estructurales que se había propuesto sacar adelante. Después del acto en que promulgó las leyes secundarias de la Reforma Energética vendría el tiempo de la implementación de dichos cambios.
“Éste no es el país de antes… México se atrevió a cambiar y está en movimiento” fue la frase central del mensaje presidencial, en el que Peña Nieto dio un ejemplo del salto a la modernidad que vendría a partir de entonces: la construcción de un nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, algo que Fox ya había intentado y terminó en un fracaso.
Pocos días después, el Presidente estuvo en Nueva York. Habló ante la Asamblea General de la ONU, donde anunció que México dejaría atrás su reticencia a ser parte de las Operaciones de Mantenimiento de la Paz (cascos azules). También dictó una conferencia ante el prestigioso Consejo de Relaciones Exteriores y obtuvo la invitación de Reino Unido para una vista de Estado.
Peña Nieto estaba en plenitud. Un miembro de su equipo me comentó que el expresidente estadunidense Bill Clinton había esperado dos horas para verlo, mientras el mexicano terminaba una cena con una constelación mundial de empresarios.
Confieso que el tiempo de la antesala me pareció exagerado y fui a comprobar el dicho. El capitán del bar del hotel St. Regis me lo confirmó: “Sí, aquí estuvo sentado anoche”, me dijo. “Se tomó dos ginger ale”.
Ese era el ambiente que vivía en esos momentos el Presidente. Estaba eufórico, por decir lo menos.
En las calles de Nueva York me tocó atestiguar varias manifestaciones contra mandatarios presentes: contra la sudcoreana Park, contra el iraní Rouhaní, contra la política israelí en Gaza… Ninguna tenía como blanco a México o aPeña Nieto.
Cómo cambiaron las cosas unas horas después de esa visita. Iguala fue el parteaguas y se inauguró lo que, hoy sabemos, ha sido un annus horribilispara el Presidente de la República y su gobierno.
En noviembre de 1992, la reina Isabel II acuñó políticamente esa expresión latina, en un discurso en ocasión del 40 aniversario de su ascenso al trono.
El año horrible al que se refería la monarca tenía que ver con un encadenamiento de hechos negativos para la familia real, desde el divorcio de su hijo, el Duque de York, hasta el incendio del castillo de Windsor, cuatro días antes de su discurso.
Hoy el presidente Peña Nieto podría aprovechar la comodidad de Palacio Nacional para sincerarse.
Me gustaría que allí dijera que sí, que ha sido un año horrible, pero que ha aprendido todas y cada una de sus lecciones (¿qué es la política sino ese tipo de aprendizajes?), y que desde hoy eso quedará atrás.

Canacintra celebra que no haya incremento en impuestos y no se endeude el país.

Consideró que el mensaje del Tercer Informe de Gobierno emitido por el presidente EPN es claro




Respecto al mensaje emitido con motivo del Tercer Informe de Gobierno del presidente, Enrique Peña Nieto, la Canacintrareconoce que se haya iniciado el mensaje aceptando los errores cometidos en esta administración.

"Dicha acción deja ver que hay una conciencia del sentir social, sin olvidar los avances realizados. Ahora se vislumbra un largo tramo para poder realizar cambios concretos y palpables en la vida cotidiana de los mexicanos. Los industriales del país vimos un mensaje congruente con la realidad y las expectativas del país", señala la organización en un comunicado.

Los industriales destacamos los avances conseguidos en materia de seguridad, medidos en las cifras de homicidios que ofreció el titular del ejecutivo, dijo Rodrigo Alpízar Vallejo, presidente de la Canacintra, citado en el comunicado.



"Celebramos que no haya un incremento de los impuestos y que no se endeude al país, pero queremos conocer qué medidas fiscales, cambios normativos en materia de deducibilidad de inversiones y prestaciones sociales, se implementarán para dinamizar la actividad productiva".

Para la Canacintra, el mensaje que se transmitió es claro y simple, además de que consideran correctos los pasos que se están dando.

“En este trienio se abre una nueva partida con retos muy claros como son el despegue económico del país con tasas que superen el 4 por ciento; mejorar las condiciones de vida de los mexicanos; un nuevo entendimiento con los empresarios, resarcir el tejido social y abrir canales de movilidad social a la clase media para que se desarrolle actividad productiva”, señaló el líder de los industriales.

Sobre el decálogo presentado por el Presidente de la República, la cámara nacional destaca el trabajo en conjunto realizado con la LXIII Legislatura para fortalecer el Sistema Nacional Anticorrupción; el rediseño del Sistema de Impartición de Justicia y la iniciativa de la Ley Federal para las Zonas Económicas Especiales.

Asimismo, el sistema de bonos de infraestructura educativa; el énfasis en el aprendizaje del idioma inglés; el compromiso con la estabilidad macroeconómica; el mantenimiento de los programas de impulso al crecimiento económico y el compromiso con la austeridad presupuestal.

"Vemos un mensaje en el que el tema central es la confianza. Estamos a la expectativa del desarrollo de cada punto del decálogo con la expectativa de que las MiPYMES estén tan presentes como lo han estado en las estrategias de desarrollo del Gobierno Federal".

“En este momento no hay margen para la improvisación, ni para 'soluciones mágicas', ni para generar silencios que den pauta a especular sobre algún tipo de descontrol. Lo que se necesita es tomar un rumbo que vaya por encima de cualquier propuesta demagoga o populista. Es la hora de sumar”, concluyó Alpízar Vallejo.

Diario de TUltitlan

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Muchos legisladores federales son “ trapecistas” de puestos

Al menos catorce ex alcaldes del PRI, PAN y Morena, y ocho ex diputados locales mexiquenses del PRI, PAN y PRD, llegan hoy a la Legislatura federal para ocupar una curul; mientras el ex presidente de Naucalpan y legislador federal electo, David Sánchez Guevara, seguirá su proceso penal en prisión.





En las pasadas elecciones, 15 ex presidentes municipales ganaron la elección distrital donde compitieron, pero uno de ellos está detenido en el penal de Almoloya, mientras siete diputados locales también triunfaron en las urnas y uno más, del PAN, llega por la vía plurinominal.

Tanto los ahora ex ediles, como los ex legisladores locales solicitaron licencia a sus cargos antes de que concluyeran para competir por otros espacios y a partir de este martes inician funciones como diputados federales, junto con otros actores políticos como los dirigentes estatales del PRI, Carlos Iriarte y del PRD, Omar Ortega, quienes arriban como legisladores plurinominales.

Los cinco ex legisladores locales que son diputados federales electos son, del PRI: Fidel Almanza, por el distrito 3 de Atlacomulco; Francisco Lauro Rojas por el distrito siete de Cuautitlán Izcalli; Dora Elena Real Salinas, del distrito 9; Alfredo Torres, por el 13 de Ecatepec e Ignacio Pichardo, por el 23 de Valle de Bravo.

Por el PAN: Luis Marrón será diputado federal por Naucalpan y Ulises Ramírez por la vía plurinominal; mientras Armando Soto, del PRD, logró ser diputado federal por el distrito 31 de Nezahualcóyotl.

En el caso de los alcaldes, hay catorce que ya son diputados federales, entre ellos 13 del PRI: Martha Hilda González Calderón, de Toluca; Carolina Monroy, de Metepec; Pablo Basáñez, de Tlalnepantla; Pablo Bedolla, de Ecatepec; Sandra Méndez, de Tultitlán; Marisela Serrano, de Ixtapaluca; Gabriel Casillas, de Cuautitlán México.

También están: Andrés Aguirre, de Chicoloapan; Rocío Díaz, de Tecámac; Edgar Castillo, de Jilotepec; David Sánchez Isidoro, de Coacalco; Laidy Fabiola Leyva, de Capulhuac y Telésforo García, de Chimalhuacán; mientras de Morena, llega Delfina Gómez, ex alcaldesa de Texcoco y ahora diputada federal por el distrito 38.

El único de los legisladores federales electos que no inició funciones con el resto fue David Sánchez Guevara, de Naucalpan, quien está en prisión, acusado de peculado

Daños y pérdidas sufren transportistas del Edomex por lluvias

Transportistas del Estado de México sufren pérdidas cuantiosas en temporada de lluvia, debido no sólo a las malas condiciones de las carreteras o caminos, sino también por las inundaciones que se presentan en las avenidas, teniendo que hacer reparaciones a sus vehículos que van desde los tres mil pesos por unidad hasta más de 70 mil cuando se daña el motor.





A pesar que reconocen que se ha avanzado mucho en el mantenimiento a los caminos, el problema lo enfrentan en temporada de lluvias, pues algunos que aparentemente se encontraban bien, debido al tránsito pesado o el uso de su carpeta de rodamiento, hace que en esta temporada sea fácil que aparezcan los baches.

El presidente de la Coalición de Taxistas de Chimalhuacán S.A. de C.V. Ruta 33, José Bastida Constantino señaló a la carretera México-Texcoco como una vialidad con problemas, donde incluso el motor puede ser dañado debido a los encharcamientos que se presentan, que pueden afectarlo.

Las llantas son la parte con mayor afectación, debido a que algunas zonas por donde circulan carecen de infraestructura, son barrancas parte de cerro, además de las llantas, los baleros, la suspensión, y la reparación del vehículo puede ser muy costosa, dependiendo del tipo de unidad que se tenga.

Las camionetas pueden quedar paradas hasta una semana, y el perjuicio no sólo es por la reparación sino por la pérdida que significa tener parada la unidad y el hecho de que sigue corriendo el crédito por el cual fue comprado el vehículo".

"La letra corre, las financieras no respetan clima ni nada, hay que pagar".

De la organización, son alrededor de 500 vehículos, y de ese número pueden dañarse en una temporada hasta 10 unidades, por eso, aunque existen pérdidas, los usuarios no son afectados

Riesgo en Edoméx de ser gobernados por "dictadores de escritorio"


El 47 por ciento de los integrantes de los ayuntamientos del Estado de México tuvieron su primer contacto con la administración pública en el trienio que está por concluir, por lo que están propensos a cometer más arbitrariedades y errores, y hay mayor riesgo de que los ciudadanos sean gobernados por "dictadores de escritorio que por ignorancia quieren aplicar la ley a su modo".








Al revelar lo anterior, Mauricio Valdés Rodríguez, presidente del Instituto de Administración Pública del Estado de México (IAPEM), argumentó que "si alguien no tiene idea de cómo funciona y entra al servicio público sin estar capacitado, está sujeto a cometer errores, mucho más fácil que alguien que sí conoce cómo opera".

Además, refirió que los tesoreros de los actuales gobiernos municipales no cuentan con la certificación de la norma integral que por Ley están obligados a tener para desempeñar el cargo.

Explicó que el Instituto Hacendario del Estado de México se encarga de certificar tanto a tesoreros como a contralores y algunos funcionarios, y para ello existe una norma de competencia laboral que éstos deben cumplir.

Refirió que el IAPEM ofrece cursos de capacitación a los alcaldes, regidores y síndicos, entre otros servidores públicos, pero "muy pocos" de ellos se han acercado al instituto para solicitar el apoyo, porque no están concientizados sobre la importancia de tener tanto conocimientos básicos como de procesos de digitalización, que les permita, incluso, combatir la corrupción.

"Se requieren digitalizar procesos, un gobernante analógico como se llamaba la tecnología ya no funciona, se necesitan gobernantes digitales, que conozcan de toda esta tecnología y la aprovechen para evitar desvíos a tiempo, prevenir errores y la corrupción, lo digital permite combatir esa corrupción porque le da transparencia al gobierno", dijo.

A su parecer, un ayuntamiento que no está preparado desaprovecha las reformas aprobadas, pues es en este nivel de gobierno donde recaen todas las actividades económicas, a través de licencias de funcionamiento y demás permisos.

Para Valdés Rodríguez, el "talón de Aquiles" de los municipios es la prestación de servicios públicos, pues los cuidadanos difícilmente están conformes con el agua que reciben, la seguridad, la pavimentación y hasta la nomenclatura.

En Tultitlán se cumplen compromisos con la educación

*Impermeabilizaciones, construcción de bardas perimetrales y aulas, fueron parte de los compromisos que el Presidente Municipal entregó a la comunidad estudiantil.




La presente administración 2013- 2015, que encabeza el Lic. Higinio Alfredo García Duran, entregó más compromisos que benefician a la comunidad estudiantil de Tultitlán, con el objetivo de garantizar una educación de calidad en escuelas dignas y seguras.

Durante una gira de trabajo en la zona sur del municipio, el alcalde, acudió a las escuelas públicas de educación básica para realizar la entrega de impermeabilizaciones, construcción de bardas perimetrales y aulas, en donde además aprovecho para reiterar su apoyo a este sector.

“Las obras realizadas en las diferentes instituciones educativas de Tultitlán son una realidad, nos queda claro que en este sector, no se gasta, se invierte y claro que estamos invirtiendo y bien, porque queremos mejores escuelas para los y las niñas, porque sabemos que mañana serán las generaciones que den desarrollo al país” puntualizó García Durán.

Cabe destacar que las escuelas beneficiadas fueron: la secundaria "Plutarco Elías Calles" localizada en la colonia La Libertad, las primarias "Vicente Guerrero" del pueblo de San Francisco Chilpan, "Sor Juana Ines de la Cruz" de Ampliación San Marcos y "Emiliano Zapata" de la colonia La Sardaña, los jardines de niños "José María Vasconcelos" de Solidaridad y "Emiliano Zapata" de La Sardaña.

Las autoridades municipales informaron que la inversión que se destinó a las impermeabilizaciones, construcción de bardas perimetrales y aulas que se entregaron en las escuelas durante esta gira fue de más de 1 millón 500 mil.
Al respecto, las autoridades escolares, padres de familia y los miles de estudiantes, agradecieron el apoyo otorgado a sus instituciones, los alumnos unieron sus voces para decirle al Presidente gracias, por contribuir en la mejora de las escuelas y por elevar la calidad de la educación.