El proyecto comenzó a finales de 2022 con la finalidad de devolver la integridad al sitio arqueológico tras los daños provocados por los sismos de 2017
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
detalló hallazgos importantes durante las obras de restauración de la Gran
Pirámide de Cholula, esto durante la rehabilitación de la Escalinata del
Pocito, que se encuentra en el costado oriente del sitio arqueológico.
Además se informó que el avance de la rehabilitación se encuentra en el
70%, misma que se emprendió a raíz de los daños derivados del sismo de 2017
aunado al paso del tiempo.
La rehabilitación de la Escalinata del Pocito comenzó
durante diciembre de 2022, bajo la supervisión de la Secretaría de Cultura
del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH) con el fin de devolverle su integridad. El primer
descubrimiento realizado en la escalinata fue un núcleo de adobe, mismo que
corresponde al relleno de la quinta etapa del basamento, llevado a cabo a
finales del periodo Clásico en la región entre los años 100-600
d.C.
La coordinadora de los trabajos, Catalina Castilla
Morales, y la arqueóloga designada por el INAH, Mariana Toledo Mendieta informaron
que el núcleo es una prueba del trabajo constructivo que fue utilizado por los
antiguos cholultecas para realizar la expansión del monumento. “A pesar de que
ya no tenemos la fachada ni el enlucido de la sexta etapa de la pirámide, estos
núcleos insinúan la forma que el edificio habría tenido”, detalló Toledo
Mendieta
Además se informó del descubrimiento de una acumulación
inusual de material cerámico que probó corresponder a restos de braseros
prehispánicos, esto luego de que se realizará el análisis correspondiente.
Dicho hallazgo fue realizado en un espacio que se propone fue un descanso en el talud
de Tlachihualtépetl o “Cerro hecho a mano”, en náhuatl.
“Aún no se ha determinado su antigüedad y si tenían una
función ritual o se trataba de luminarias de la pirámide, pero es claro que
hubo un uso sostenido del fuego en este sitio y que, al momento en que uno de
los braseros se quebraba, en vez de retirarlo, colocaban otro encima de él”,
agregó la arqueóloga del INAH, Mariana Toledo.
Otro descubrimiento importante es el de la preforma de una
escultura cilíndrica en piedra blanca, de 30 centímetros de altura, una
representación de Tláloc, dios de la lluvia, teniendo su reconocimiento debido
a sus características anteojeras y por el diseño de sus colmillos. La escultura
y los fragmentos fueron resguardados en un laboratorio temporal, para una vez
que concluya el proyecto, puedan ser entregados al Centro INAH de Puebla.
La rehabilitación presenta un avance del 70% misma
que se emprendió para reparar los daños presentados después de los sismos de 2017. “Ha sido una obra compleja ya que el
acarreo de los materiales en manual. Recordemos que, como medida de protección al
monumento, no podemos usar maquinaria pesada”, comentó la arquitecta Catalina
Castilla.
Personal especializado realizó sondeos arqueológicos en
superficie, además de estudios a nivel subterráneo y limpieza en los 24
túneles ubicados debajo de la Escalinata del Pocito, mismos que revelaron
que ninguno se encuentra deformado ni presentó daños graves. “La principal
afectación, causada por los sismos del 2017, fue la separación de una junta
constructiva que afectó una porción de la escalinata, pero ya ha sido
atendida”, agregó la coordinadora de la rehabilitación.
La finalización del proyecto esta prevista para inicios
de marzo de 2023, por lo que se realizan trabajos relacionados a los acabados
en la escalinata, también se llevan a cabo consolidaciones en los lugares donde
el núcleo piramidal se encontraba expuesto. La protección de los núcleos
se realizará con una geomalla y serán cubiertos por una flora compuesta
por suculentas, una especie de raíces cortas que requiere de poca agua y
menor mantenimiento para su subsistencia.
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