Uno de los retos a superar para el factoraje financiero es que más empresas conozcan los beneficios, pues puede cambiar su rumbo hacia mejores horizontes.
Las quejas de las pequeñas empresas mexicanas que forman
parte de las cadenas de valor de grandes empresas, han sido durante años el
tiempo en que tardan en pagarles, lo que les impide el poder crecer o
simplemente mantener en orden sus finanzas y es ahí donde el factoraje
financiero ha tenido desde su creación un gran valor para quienes optan por
este producto financiero.
En México, agrupadas en la Asociación Mexicana de Empresas
de Factoraje y Actividades Similares (Amefac) hay 17 instituciones financieras
dedicadas a dar ese servicio; 15 son parte de un banco y dos sofomes, y en
conjunto operan 90 por ciento del factoraje del país, sin embargo, como bien
nos explica Pilar Turanzas, presidenta del organismo, hay retos por superar,
uno de ellos, que más empresas conozcan los beneficios del factoraje que puede
cambiar el rumbo de sus negocios.
Si bien uno de los beneficios tangibles del factoraje
financiero es la liquidez casi inmediata que obtienen entidades públicas y
privadas al comercializar sus cuentas por cobrar y tener recursos de forma
anticipada para poder operar o iniciar otros negocios, hay desde
desconocimiento hasta miedo por este producto financiero que ha mostrado
eficacia, ya que incluso en pandemia el producto no se retiró, sino se continuó
ofreciendo a las empresas.
Por el contrario, hoy se ve mucho más interés en buscar esta
alternativa de financiamiento, ya que les da “oxígeno” a los proveedores, pues
es en tiempo de crisis cuando el factoraje financiero es una herramienta que
realmente puede cambiar el rumbo de los negocios, incluso en la página están
recibiendo mucho más solicitudes de información para entender y dar el
siguiente paso para contratar.
Esto porque reconoce hay ideas erróneas de que son para
grandes o cierto tipo de empresas, cuando el factoraje es adaptable para todas,
y aunque se avecinan cambios tecnológicos o fiscales para el siguiente año, el
beneficio del factoraje ayuda al empresario que tiene, por ejemplo, cuentas por
pagar y se debe liquidar en 120 días y al proveedor le tienen que pagar en 30
días, acorta estos tiempos y le da “oxígeno” vital a todos, algo en lo que el
gremio espera enfocarse en dar a conocer más en el país, ya que ante escenarios
económicos complicados como los que se anticipan habrá en los siguientes meses
y el próximo año, es un producto en el que las empresas de todos los tamaños
deben voltear a ver ya, por lo pronto veremos si en los siguiente meses siguen rompiendo
récord en su desempeño.
***
Y en el otro lado de la moneda, el programa Coppel Emprende
permitió en su fase de arranque capacitar a más de mil 300 empresas del estado
de Yucatán, el 52 por ciento fueron mujeres jóvenes y empresarias con un promedio
de 31 años de edad, quienes recibieron cursos relacionados a los servicios que
ofrecen en la entidad, principalmente del sector alimentos, restaurantes y
servicios. Lo más importante como dijo Rocío Abud, directora de Fundación
Coppel y Sostenibilidad y ASG de Grupo Coppel, las micro y pequeñas empresas
generan cerca del 72 por ciento de los empleos en el país y son los negocios
familiares uno de los pilares para la generación de autoempleo en el país, por
eso con los programas esperan que fortalezcan su gestión de negocios por medio
de capacitación en las áreas de desarrollo personal, ventas, mercadotecnia,
administración, finanzas y análisis georeferencial, entre otros temas, ahora
esperemos que el programa pronto pueda estar en aquellos estados con menos
desarrollo económico para apoyar a los emprendedores. Por lo pronto, la moneda
está en el aire.
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