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martes, 11 de octubre de 2022

El regreso del factoraje financiero

Uno de los retos a superar para el factoraje financiero es que más empresas conozcan los beneficios, pues puede cambiar su rumbo hacia mejores horizontes.

 


Jeanette Leyva Reus

 

Las quejas de las pequeñas empresas mexicanas que forman parte de las cadenas de valor de grandes empresas, han sido durante años el tiempo en que tardan en pagarles, lo que les impide el poder crecer o simplemente mantener en orden sus finanzas y es ahí donde el factoraje financiero ha tenido desde su creación un gran valor para quienes optan por este producto financiero.

En México, agrupadas en la Asociación Mexicana de Empresas de Factoraje y Actividades Similares (Amefac) hay 17 instituciones financieras dedicadas a dar ese servicio; 15 son parte de un banco y dos sofomes, y en conjunto operan 90 por ciento del factoraje del país, sin embargo, como bien nos explica Pilar Turanzas, presidenta del organismo, hay retos por superar, uno de ellos, que más empresas conozcan los beneficios del factoraje que puede cambiar el rumbo de sus negocios.

Si bien uno de los beneficios tangibles del factoraje financiero es la liquidez casi inmediata que obtienen entidades públicas y privadas al comercializar sus cuentas por cobrar y tener recursos de forma anticipada para poder operar o iniciar otros negocios, hay desde desconocimiento hasta miedo por este producto financiero que ha mostrado eficacia, ya que incluso en pandemia el producto no se retiró, sino se continuó ofreciendo a las empresas.

Por el contrario, hoy se ve mucho más interés en buscar esta alternativa de financiamiento, ya que les da “oxígeno” a los proveedores, pues es en tiempo de crisis cuando el factoraje financiero es una herramienta que realmente puede cambiar el rumbo de los negocios, incluso en la página están recibiendo mucho más solicitudes de información para entender y dar el siguiente paso para contratar.

Esto porque reconoce hay ideas erróneas de que son para grandes o cierto tipo de empresas, cuando el factoraje es adaptable para todas, y aunque se avecinan cambios tecnológicos o fiscales para el siguiente año, el beneficio del factoraje ayuda al empresario que tiene, por ejemplo, cuentas por pagar y se debe liquidar en 120 días y al proveedor le tienen que pagar en 30 días, acorta estos tiempos y le da “oxígeno” vital a todos, algo en lo que el gremio espera enfocarse en dar a conocer más en el país, ya que ante escenarios económicos complicados como los que se anticipan habrá en los siguientes meses y el próximo año, es un producto en el que las empresas de todos los tamaños deben voltear a ver ya, por lo pronto veremos si en los siguiente meses siguen rompiendo récord en su desempeño.

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Y en el otro lado de la moneda, el programa Coppel Emprende permitió en su fase de arranque capacitar a más de mil 300 empresas del estado de Yucatán, el 52 por ciento fueron mujeres jóvenes y empresarias con un promedio de 31 años de edad, quienes recibieron cursos relacionados a los servicios que ofrecen en la entidad, principalmente del sector alimentos, restaurantes y servicios. Lo más importante como dijo Rocío Abud, directora de Fundación Coppel y Sostenibilidad y ASG de Grupo Coppel, las micro y pequeñas empresas generan cerca del 72 por ciento de los empleos en el país y son los negocios familiares uno de los pilares para la generación de autoempleo en el país, por eso con los programas esperan que fortalezcan su gestión de negocios por medio de capacitación en las áreas de desarrollo personal, ventas, mercadotecnia, administración, finanzas y análisis georeferencial, entre otros temas, ahora esperemos que el programa pronto pueda estar en aquellos estados con menos desarrollo económico para apoyar a los emprendedores. Por lo pronto, la moneda está en el aire.

 

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