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viernes, 9 de septiembre de 2022

¡Es Moreira, estúpidos!

Rubén Moreira negoció con el secretario de Gobernación los detalles para enterrar los asuntos penales de él y de Alejandro Moreno, colocando en una situación complicada a Gertz Manero.

 


Darío Celis

ALEJANDRO MORENO Y Rubén Moreira pasarán al basurero de la historia: traicionaron al PAN, al PRD y a la sociedad civil que se opone a seguir militarizando al país, solo por salvar el pellejo.

Los dos, “Alito” y Moreira, nadaron sincronizadamente desde marzo de este año con fintas y guiños al presidente Andrés Manuel López Obrador y a Morena porque temían quedar atrapados sin salida.

Si bien la carga del fracaso de la alianza Va por México recae hoy en Alejandro Moreno, el origen subyace en Moreira, quien al igual que éste, la 4T le colocó la espada de Damocles y soltó las amarras para blindarse.

Hace apenas dos meses atrás al coahuilense le anticiparon lo que le venía: vincularon a proceso por peculado y uso ilícito de atribuciones a quien fuera su secretario de Finanzas, Ismael Ramos.

Se descubrió que hizo millonarios desvíos de recursos públicos federales que necesariamente tenía que conocer su jefe, el entonces gobernador Moreira, hoy coordinador de los diputados del PRI.

Operó bien el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, que si bien no solicitó la prisión preventiva oficiosa, sí logró que un juez federal le decomisara el pasaporte y le prohibiera salir del país.

Sobre todo se le vinculó a proceso penal y con eso tuvo Moreira, quien meses atrás, como ahora “Alito” con la diputada Yolanda de la Torre en el tema de la militarización, pidió a su excolaborador, el diputado Marco Antonio Mendoza, presentar una iniciativa afín a la reforma eléctrica de AMLO.

Es decir, Moreno y Moreira, que tienen a cuesta pecados inconfesables a su paso como gobernadores de Campeche y Coahuila, navegaron de ‘a muertito’ todo este 2022 con el sello de dizque opositores y cuando vieron que se les acercaba el fuego traicionaron todo para salvarse.

De hecho ha trascendido que quien negoció los detalles del pacto para anular los temas penales de ambos fue Moreira con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, lo que deja ahora a Gertz en una bronca.

Y es que todas las carpetas de investigación, incluso con información internacional, están listas, y echar para atrás esas pesquisas deja en riesgo a varios fiscales federales al esconder ahora lo que ya habían encontrado.

Finalmente, este par le vio la cara a los presidentes del PAN, Marko Cortés, y del PRD, Jesús Zambrano, y a los promotores de Va por México, Claudio X González y Gustavo de Hoyos.

Pero sobre todo a los propios priistas a quienes metieron en el escándalo mediático-político más grande en que haya estado el partido que fundó Plutarco Elías Calles desde el Pemexgate.

OTRO PRIISTA QUE aplicó el mejor “aquí corrió que aquí murió” es el ya exgobernador de Hidalgo, Omar Fayad. Desde hace un año empezó a negociar con López Obrador el fin también de la supremacía del PRI en esa entidad y entregar la plaza a Julio Menchaca, quien a principios de semana tomó posesión del cargo. Fayad no va a ninguna embajada o consulado. Se dará por bien servido de evadir la acción de la justicia por todas las irregularidades en su administración que el flamante fiscal, Santiago Nieto, está encontrando. Los secretarios de Finanzas y Obras Públicas, Jessica Blancas y José Meneses, lo mismo que el subsecretario de Salud Ignacio Valdez y el contralor César Mora, están bajo investigación. Igual quien fuera su secretario particular, Alejandro Enciso. Van abrir la caja de Pandora en cosa de días.

A OTRO QUE le viene como anillo al dedo el resquebrajamiento de la alianza Va por México es al panista Enrique Vargas. Le da batería para ir solo como candidato del PAN a la gubernatura del Estado de México. El exalcalde de Huixquilucan está empoderado: tiene muchos recursos, es diputado local, tiene amarrada la senaduría y encabeza las encuestas de preferencia. Sin embargo todos esos atributos no fueron suficientes para evitar la andanada mediática que desde el fin de semana pasado le enderezaron. Dicen que el golpeteo salió desde Toluca, auspiciado por el propio gobernador Alfredo del Mazo. Sin embargo, semanas antes panistas poblanos afines al desaparecido Rafael Moreno Valle estaban ofreciendo la misma información.

EL GOBERNADOR DE Quintana Roo Carlos Joaquín González rinde hoy su sexto y último informe de gobierno. El 25 de este mes le entrega el puesto a Mara Lezama. El exsenador priista ya tiene audiencia la próxima semana en Palacio Nacional. El Presidente le informará cómo lo integrará a su gabinete. La especie que corre es que le encomendarían el Tren Maya, para lo cual dicho proyecto se resectorizaría en la Secretaría de Gobernación de donde descolgaría un nuevo organismo dependiente de Adán Augusto López. Ese es el que podría ocupar Carlos. El que parece ya puede estar tranquilo es Miguel Torruco, el secretario de Turismo.

PUES CON LA novedad de que María Elena Álvarez-Buylla está haciendo de su pequeña casa de Tlapan un “palacete republicano” de tres pisos. Ese no es el problema, aunque vaya en contra de la cantaleta presidencial del “no somos iguales”. La cosa es que la insoportable directora del Conacyt no está cumpliendo con el área libre de la zona. Virtualmente está levantando una segunda casa y una biblioteca para su hija en el jardín, invadiendo el área libre que tenía el terreno, en franca violación a los permisos y reglamentos de la alcaldía que gobierna la perredista Alfa Eliana González.

JUECES Y MAGISTRADOS contrarios al presidente del Tribunal de Justicia de CdMx, Rafael Guerra Álvarez, se quejan de su colusión con el despacho Aguirre Marín Abogados, cuya plana la integran Ricardo Aguirre Marín, Angelly Wendy González Flores, Erick García Castañeda, Oscar León García, María del Carmen Cortes Núñez y Héctor Jesús Martínez Mendoza. Nos dicen que reciben fuertes presiones para que sus asuntos se resuelvan favorable a los intereses de ese bufete y en tiempos récord. ¿De esto estará enterada Claudia Sheinbaum?

QUIEN PIENSE QUE Andrés Manuel López Obrador ganó la batalla de la prisión preventiva oficiosa está totalmente equivocado. Aunque no se juntaron ocho de los once votos para sepultarla, el que el ministro Luis María Aguilar haya retirado su proyecto no es más que una señal de que se volverá a plantear mejor estructurado. Será este mismo año, una vez que la Corte Interamericana de Derechos Humanos condene a México por mantener esa figura que viola el principio de presunción de inocencia.

 

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