CARLOS PUIG
En estos tiempos de información inmediata, ciclos noticiosos
que duran menos que un suspiro, de memes, teléfonos que todo lo graban y
después redes que inmediatamente lo publican, tiempos de atención fragmentada;
los malos momentos, los tropezones pueden ser peores que lo que era antes una
frase desafortunada para quien la dice.
El tristemente célebre “ya me cansé” de Murillo Karam, el
“cállate, chachalaca” del entonces jefe de Gobierno Andrés Manuel López
Obrador, el “haiga sido como haiga sido” de Felipe Calderón, el “estamos a un
minuto de aterrizar, a menos, como cinco”, de Enrique Peña Nieto; hay muchas.
Lo que importa es que más allá de contextos, del hecho que algunas hayan sido
errores obvios por el momento o un tropezón quedan en la memoria colectiva para
siempre.
Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, había
llegado tarde a la carrera por la candidatura a la Presidencia, pero había
logrado hacer ruido, lograr apoyos importantes sobre todo en el sureste del
país; de alguna manera disputaba la idea de que por historia Claudia
Sheinbaum es la consentida del Presidente, la historia juntos de Adán Augusto y
Andrés Manuel es larga y cercana.
Y entonces pasa lo que le pasó. Un encuentro con una madre,
rodeado de cámaras y celulares, un poco de mal humor y ¡PUM!. En un país de
desaparecidos le respondes a la madre de un desaparecido que, con toda la
razón te dice que no confía en nadie, que tú no confías en ella. ¡PUM!
Adán Augusto se dio cuenta del tamaño del error casi cuando
lo estaba diciendo, quiso corregir pero, por supuesto, era tarde. No conviene
el mal humor cuando uno sale a reunirse con una víctima. La frase, el
video, los memes quedarán ahí. Ni modo, Adán Augusto.
Otro que tuvo mal día fue Marcelo Ebrard. Su (ex) amigo
Jared Kushner acaba de publicar un libro que no lo deja muy bien parado en
términos de la 4T y la soberanía y la dignidad…
Así es eso de la industria editorial en Estados Unidos, al
yerno le pagaron millones por ese libro.
Ayer, molesto y apurado, el canciller respondió: “Mira,
están en campaña, ¿sí? Son documentos hechos para ganar votos”. Pero… pues
usted también, Marcelo, ¿o no?
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