La figurilla de un Dios narigón con más de 1000 años de
antigüedad fue encontrada en una duna desgajada en el fraccionamiento Lomas de
Río Medio 4, en la zona norte de la ciudad de Veracruz.
La encontró Florentino Vela mientras caminaba, como parte de
sus ejercicios para recuperar la condición física que le quitó el contagio de
covid.
Llegó a casa con una cara asomándose por un pedazo de
tepetate (tierra comprimida).
Su sobrino Fernando Morales, lo ayudó a verificar que se
trataba de una pieza arqueológica.
Para no dañarla, decidió quitar los restos de tierra
sumergiéndola en una cubeta con agua y pronto descubrirían que se trataba de un
hombre con un arete en la nariz.
Tras el primer hallazgo, regresaron al lugar y se percataron
de que en montículo de arena hay más vestigios.
"Me llevó unas piezas de barro y le dije: pues a lo
mejor sea basura que tira la gente. Y ya empezamos a ver... Llevamos la
figurita a la casa y la lavamos, pero ya le habíamos reportado al INAH, pero no
hicieron caso. De hecho, mi primo también mandó un correo electrónico e
hicieron caso omiso y pues nada", comentó Fernando sobre lo complicado que
fue reportar el hallazgo de las piezas ante las autoridades.
El reporte que una televisora local hizo ante el Instituto
Nacional de Antropología e Historia permitió que se atendiera el caso.
Así, Luis Heredia Barrera, investigador del Centro INAH
Veracruz le dijo a TV Azteca Veracruz que se trata de vestigios del periodo
clásico tardío con más de mil años de antigüedad, perteneciente a la cultura del
Centro de Veracruz.
"Se localizó un fragmento de lo que históricamente se
conoce como Dios narigudo, que son figurillas utilizadas en el área del centro
de Veracruz como acompañamiento a ofrendas. "Se expuso la figura de una
escultura de cerámica, la cual correspondería al individuo enterrado, como si
fuera ahora una fotografía", declaró Heredia Barrera a la televisora.
El terreno
A poco más de 10 kilómetros del centro de la ciudad de
Veracruz, hacia el norte, casi llegando a Tejería, los fraccionamientos se
expanden retirando las dunas que protegían a la antigua ciudad y convirtiendo
el terreno en desarrollos de viviendas de interés social.
Sobre la duna dividida y convertida en una brecha que une a
Lomas 4 con Tejería en un camino improvisado, aún existen los bebederos del
ganado que había en los potreros del antiguo rancho que se ubicaba en la zona
norte de Veracruz.
Este hallazgo no ha influido en las actividades de
construcción en la zona. Los trascabos y camiones que mutilan estos montículos
de arena mantienen la actividad normal en Lomas de Río Medio 4.
A espera de que personal del INAH acuda a resguardar las
piezas arqueológicas milenarias, Fernando Morales hace un llamado para que se
analice el terreno y se puedan recuperar todas las riquezas prehistóricas que
se asoman entre el tepetate.
"Si se da cuenta, ahí siguen trabajando, siguen
escarbando", lamenta Fernando sobre la falta de detención de las obras
para analizar el terreno y rescatar los vestigios que ahí se pudieran
encontrar.
Hasta el momento, las autoridades del INAH no han informado
sobre la detención de las obras de construcción en esta zona de la ciudad donde
se realizó el hallazgo arqueológico.
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