Basta con recordar hace algunos años cuando las golondrinas
hacían sus nidos en las casas de la Ciudad de México, o era común ver insectos
como azotadores en los jardines o patios, pero actualmente las personas han
notado que cada vez llegan menos y estos insectos son más difíciles de
observar. Esto no es un caso aislado, pues poco a poco se han visto menos
especies de insectos y aves en la ciudad donde al mismo tiempo cada vez hay más
población y más edificios.
De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y
Uso de la Biodiversidad (CONABIO) en la Ciudad de México y sus alrededores se
han registrado aproximadamente 386 especies de aves silvestres. Algunas de
estas aves son permanentes y otras migratorias como es el caso de las
golondrinas que llegan a la Ciudad de México cada verano para tener a sus
crías.
Gerardo Ceballos, investigador en el Instituto de Ecología
de la UNAM, afirmó a Infobae México que lo que se está viendo en la capital es
que sí hay menos aves en general y tiene que ver con el impacto de nuestras
actividades. En el caso de las golondrinas mencionó que es una de las especies
de aves con mayor distribución en el mundo, pero aún así están decreciendo sus
poblaciones.
“Específicamente se debe a que tenemos menos ambientes
naturales, estamos destruyendo muchos bosques y selvas, en la Ciudad de México
es clarísimo que los bosques alrededor, muchos jardines y vegetación natural
que había en los años 70-80 han salido perdiendo”, declaró.
Tal es el caso recientemente de la palma que retiraron de
Paseo de la Reforma a causa de un hongo; de acuerdo con información oficial actualmente
existen aproximadamente 15 mil palmeras en la Ciudad de México y que alrededor
del 25% de ellas tiene algún tipo de plaga.
Ceballos comentó que otro de los factores es el uso de
muchos productos químicos, como los pesticidas. Los animales se terminan
muriendo por envenenamiento. El decremento de las aves también tiene que ver
con su captura, pues muchos individuos se venden en cautiverio como los
gorriones o jilgueros.
Debido a estos factores, afirmó, a esto se debe que hoy en
día vemos menos golondrinas, menos colibríes, menos chinitos en la Ciudad de
México. Estos últimos llegan en invierno y son reconocidos por tener un
copetito, pero en cuanto llegan a México las personas los atrapan para
venderlos en jaulas.
Es conocido que antes en la Ciudad de México y en sus
alrededores las golondrinas eran muy vistas en las casas, Ceballos contó que
cuando fue creciendo en Toluca, en su casa llegó a ver tres o cuatro nidos cada
año, pero aproximadamente hace 10 años que ya no hay. “Este patrón que se está
observando de la pérdida de las aves es un patrón global y es una llamada de
alerta” comentó a Infobae México.
De acuerdo con la CONABIO la transformación de ecosistemas y
su deterioro, la urbanización, contaminación y el impacto de especies invasoras
son algunos de los factores que tiene la crisis ambiental y que afectan
directamente a las aves.
A esto Ceballos agregó que algunas de las aves que más se
ven en la Ciudad de México son los zanates, de color negro que son parecidas a
los cuervos y son agresivos con las aves más pequeñas, también está el gorrión
café, las palomas y tordos negros. Estos últimos, de acuerdo con la Universidad
Nacional Autónoma de México, son una plaga avícola y son considerados parásitos
de nido porque ponen sus huevos en nidos de otras aves.
Lamentablemente no son los únicos animales que han sufrido
decrecimiento en su población, pues de acuerdo con la UNAM, el planeta está
sufriendo una extinción masiva de insectos. “El mundo se está colapsando,
estamos entrando en una crisis ambiental sin precedentes. Las extinciones son
lo de hoy y cada vez son más las especies que desaparecen”, declaró Alejandro
Córdoba Aguilar de la UNAM.
Antes era muy común ver los azotadores negros, orugas que se
convierten en polillas y que entraban a las casas sin pedir permiso, estos se
arrastraban muy lentamente y reposaban en las hojas. Su método de defensa es
generar irritación al contacto con la piel pues tienen espinas y en varios
lugares es considerada también una plaga.
Gerardo Ceballos contó que antes cuando se viajaba a
Acapulco, por ejemplo, el parabrisas del coche se llenaba de insectos; hoy en
día se estrellan uno o dos a lo mucho. “Lo que la gente observa está
ocurriendo, el decremento de las poblaciones”, declaró.
Al momento de querer acabar con una plaga y usar
insecticidas en casa se mata tanto a insectos malos como a los buenos. Ceballos
comentó que es necesario ver el problema de la Ciudad de México para decir que
es un fenómeno muy amplio, pues no es específico de la capital.
Por último, recomendó tener más vegetación y tratar de
priorizar a las especies nativas: “Sería importante que hubiera campañas de
control, por ejemplo en el Bosque de Chapultepec, que se usen pesticidas
biodegradables, que no compráramos animales silvestres, que fuéramos más
cuidadosos en nuestro consumo”.
“Si sabemos cuáles son las causas y sus consecuencias,
deberíamos poder hacer acciones correctas”, afirmó.
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