En la actualidad, una de cada tres personas adultas mayores acude a presentar una queja por afectación a su patrimonio o fraudes por lo que Claudia Mena Rojas, delegada en el Estado de México de la Comisión para la Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), sostuvo que dicha cifra va en aumento y con esto existe el riesgo de mayor vulnerabilidad.
“La franja de la población en México que pasa de los 60 años
va en aumento por razones naturales derivadas de las tendencias demográficas en
el país y a que el bono demográfico se va agotando conforme van pasando los
años”, expresó.
Derivado de lo anterior, indicó que la situación de pobreza
económica, vulnerabilidad social, enfermedades y la brecha digital hacen de este
sector el que más ha resentido los efectos de la pandemia por el Covid-19 en su
vida cotidiana.
“En la comisión le hemos dado seguimiento al tema, observado
en los últimos años que el porcentaje de las quejas del sector de adultos
mayores ha venido creciendo, si tomamos en consideración el total de las
reclamaciones presentadas por los demás usuarios de los servicios financieros”,
externó.
Según el Censo de Población 2020 que realizó el INEGI, las
personas mayores de 18 años ascienden a 94 millones, de las cuales de 60 o más
años representa el 16.4%; esto es, 15.4 millones de personas, 54% son mujeres y
el 46% hombres. Se estima que para el 2050 la cifra alcanzará los 34 millones.
Recordó que desde el 2019 elaboraron en coordinación con el
Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) una guía para este
segmento de la población denominada “Las finanzas personales no tienen edad”.
Esta guía, agregó, tiene el propósito de brindar, de una
manera sencilla y coloquial, orientación y consejos prácticos para enfrentar
problemas relacionados con la discriminación, el desconocimiento de los
derechos y la falta de seguridad económica, entre otros, para que puedan
alcanzar una vida más independiente y tranquila.
“Nuestra propuesta para ese sector financiero es establecer
un sistema mixto de atención con modelos híbridos; es decir combinar la parte
digital con asistencia presencial y a su vez, de una manera diferente y
creativa, ir dando seguimiento, paso a paso, a los procesos que necesita un
adulto mayor”, concluyó.
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