En el actual proceso sindical que se está llevando a cabo en
Pemex en el país, no fue invitado como observador el Instituto Nacional
Electoral (INE), por lo que se mantiene al margen de la consulta, además porque
la selección se está llevando a cabo de manera digital, comentó para Organización
Editorial Mexicana (OEM) Jaime Juárez Jasso, vocal ejecutivo del Instituto
Nacional Electoral (INE).
“No hemos tenido una postura oficial por supuesto, es una
elección que ha organizado la Secretaría del Trabajo y pues en ese caso no
hemos tenido ninguna participación ni ninguna injerencia, no recibimos una
solicitud de apoyo, nos mantenemos al margen”, mencionó.
A diferencia de la participación que está teniendo el INE en
la consulta sindical de General Motors en Silao, en el proceso de Pemex no se
ha visto la misma intervención, ya que se respeta que la misma empresa no
solicitó a los observadores a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión
Social.
Por lo que desde el lunes 31 de enero del año en curso en
Pemex comentó la votación para elegir al nuevo secretario general del Sindicato
de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), cargo que está
vacante desde el 2019 tras la renuncia de Carlos Romero Deschamps.
Los trabajadores sindicalizados de Pemex votan a través de
un sistema electrónico, con la finalidad de alcanzar un voto que se espera sea
libre, directo y en secreto, esto también con el objetivo de cumplir con las
reformas laborales y las disposiciones del Tratado México, Estados Unidos y
Canadá (T-MEC), que buscan asegurar que la vida sindical en México sea
democrática y no por designación gubernamental o empresarial.
La dependencia federal agregó que la plataforma, creada para
contar con una votación pacífica e imparcial, permitió el proceso desde el
primer minuto de este lunes y hasta las 19 horas de los tres husos horarios de
México.
Entre los aspirantes al cargo están Ricardo Aldana Prieto,
diputado federal priista, también cercano a Romero Deschamps y tesorero del
sindicato, quién además estuvo involucrado en el desvío de recursos del gremio
petrolero para solventar la campaña presidencial del priista Francisco
Labastida en el 2000, un caso conocido como “Pemexgate”.
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