Francisco hizo estas declaraciones en el contexto del encuentro "La responsabilidad de gobierno en los grupos de laicos: un servicio eclesial", organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.
El Papa denunció el "abuso de poder" y la
"deslealtad" de algunos movimientos eclesiales y previno de algunas
actitudes perniciosas como "el riesgo de vivir en un 'mundo paralelo',
destilado, lejos de los verdaderos desafíos de la sociedad" o de estar
"encerrados en una 'torre de marfil'".
"No pocas veces, la Santa Sede ha tenido que intervenir
en los últimos años, poniendo en marcha procesos de saneamiento que no eran
fáciles. Y pienso no sólo en estas situaciones tan feas, estruendosas, sino
también en las enfermedades que provienen del debilitamiento del carisma
fundacional, que se vuelve tibio y pierde su capacidad de atracción", ha
revelado el Papa.
Francisco hizo estas declaraciones en el marco del encuentro
'La responsabilidad de gobierno en los grupos de laicos: un servicio eclesial',
organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que convocó
a fundadores y moderadores de asociaciones de fieles, movimientos eclesiales y
nuevas comunidades.
Muchos de ellos han asistido de forma presencial, como la
fundadora de la Comunidad Nuevos Horizontes, Chiara Amirante, y el fundador de
la Comunidad San Egidio, Andrea Riccardi, mientras que otros participan de
forma virtual.
Francisco reconoció así su preocupación ante los abusos de
poder que ocurren en las realidades eclesiales y alentó a vivir el gobierno
como servicio y no caer en el deseo de poder.
"El ejercicio de la gobernanza en el seno de las
asociaciones y movimientos es un tema que me importa mucho, sobre todo teniendo
en cuenta que los casos de abusos de diversa índole que se han producido
también en estos grupos y que siempre tienen su origen en el abuso de poder.
Ese es el origen: el abuso de poder", destacó.
De este modo, se ha hecho eco del decreto del Dicasterio
para los Laicos, la Familia y la Vida publicado el 11 de julio de 2021 en el
que disciplina el ejercicio del gobierno en las asociaciones internacionales de
fieles, privadas y públicas, y en otros entes con personalidad jurídica sujetos
a la supervisión directa del mismo Dicasterio.
El Papa ha alertado de los obstáculos que un cristiano puede
encontrar en su camino y que le impiden convertirse en un verdadero servidor de
Dios y de los demás, como "el deseo de poder".
"Es una mala manera de 'disciplinar'. Y lo hemos visto.
Tantos –y pienso en las congregaciones que más conozco– superiores, superiores
generales que se eternizan en el poder y hacen mil, mil cosas para ser reelegidos
y reelegidos, incluso cambiando las constituciones. Y hay un deseo de poder
detrás. Esto no ayuda; es el principio del fin de una asociación, de una
congregación", ha criticado.
En este sentido, destacó que es necesario "prever una
rotación en los puestos de gobierno y una representación de todos los miembros
en sus elecciones". También advirtió de "la deslealtad" que
supone querer servir a Dios y a los demás, pero en realidad servir al propio
ego. Y agregó: "Nos entregamos a nuestro deseo de aparentar, de obtener
reconocimiento, aprecio... No olvidemos que el verdadero servicio es gratuito e
incondicional, no conoce cálculos ni pretensiones".
Por ello, el Pontífice alertó frente a la tentación de
presentarse como "los únicos herederos" de una asociación o
movimiento o cuando, creerse "imprescindibles".
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