Para muchos resultó toda una sorpresa que
tengamos en este momento un dólar que se cotiza a 20 pesos.
Cuando comenzó la pandemia y cuando se
percibía el riesgo que corría la economía mexicana, la cotización de la divisa
estadounidense llegó hasta 25 pesos.
No faltó entonces quien augurara que podría
llegar incluso a 30.
¿Por qué sucedió todo lo contrario? ¿Por
qué razón nuestra moneda se fortaleció, para muchos de manera inesperada?
A mi parecer las razones son dos.
La primera es que los rendimientos que
se pueden obtener en el mercado mexicano siguen siendo
sustancialmente mayores a los que son alcanzables en un mercado como el de
Estados Unidos.
Los bonos del Tesoro de EU pagaban allá el
día de ayer una tasa de 0.07 por ciento a plazo de tres meses. En
México el rendimiento equiparable es de 4 por ciento. Parece bajo, pero es
muy superior al de nuestros vecinos del norte.
Pero ese no es el único factor. Por mejores
rendimientos que existieran, en caso de que hubiese la expectativa de una
depreciación futura del peso frente al dólar, las altas tasas no compensarían
el riesgo percibido.
Es decir, los inversionistas
extranjeros no estiman que tendremos en los próximos meses una
depreciación significativa de nuestra moneda. Por eso sigue alta la inversión
en activos denominados en pesos.
La segunda es que el gobierno mexicano no
se endeudó de manera significativa para apuntalar la economía en la pandemia,
como sí lo hicieron en otros lugares.
Ese hecho tuvo la gran desventaja de que
permitió una mayor caída de la actividad económica, la que alcanzará cerca de 9
por ciento.
Sin embargo, también tuvo la virtud de que
al final de la crisis, el gobierno mexicano tendrá finanzas menos
comprometidas que las que se tienen en otras latitudes.
Estos factores se combinan con una
política monetaria expansiva por parte de la Reserva Federal de
Estados Unidos.
La base monetaria de EU creció en 53
por ciento a tasa anual en septiembre. Esto significa un aumento en la
oferta de dólares de 1.5 billones en los últimos 12 meses.
Ante esa cifra, el dólar ha tendido a
debilitarse frente a otras divisas.
Si ese hecho se combina con los elementos
que explican el fortalecimiento del peso, encontramos la razón por la cual
entre el 23 de marzo y el día de ayer nuestra moneda se apreció en 21 por
ciento.
¿Cuál es la perspectiva para la cotización
de nuestra moneda en los siguientes meses?
En la medida que el cambio de
administración en Estados Unidos no implique una modificación sensible de las
políticas fiscal y monetaria, lo más probable es que en los primeros meses
de 2021 se mantenga una paridad del peso relativamente fuerte respecto al
dólar.
Para la economía mexicana, específicamente
para los sectores que tienen ingresos de divisas, como los exportadores o
quienes reciben remesas, la noticia no es tan favorable.
Sin embargo, para quienes tienen
deudas en dólares, o para quienes adquieren bienes o servicios cotizados en la
divisa norteamericana, la noticia es muy positiva.
Para la economía mexicana, este factor
también favorece la estabilidad.
Hace tiempo que el presidente López Obrador
no refiere la estabilidad cambiaria como uno de los factores positivos de la
economía mexicana. Pero, con el comportamiento que hemos visto en nuestra
moneda, tenga la certeza de que pronto lo va a hacer.
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